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110 Aniversario de una boda trágica. Madrid, 1906

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Hoy, martes 31 de mayo de 2016, celebramos el centésimo décimo aniversario de la boda de Alfonso XIII con Victoria Eugenia de Battenberg y recordamos el triste atentado que sufrieron en la calle Mayor a su regreso de la iglesia de San Jerónimo. En esta narración Madrid será el escenario de los días previos y posteriores, y los madrileños los protagonistas de todo cuanto aconteció.


Dedicatorias
A doña Maricruz Acereda Sampedro, quien ha cedido imágenes
de su patrimonio familiar para ilustrar los hechos que vamos a narrar.
Queda el agradecimiento del autor de este blog por su amable colaboración y por
conservar tan valiosas estampas de un instante en la historia de Madrid y los madrileños.

A don Antonio, hijo de Maricruz, por ofrecernos su colaboración en
todo lo referente a las imágenes que por primera vez verán los madrileños de hoy.


IN MEMORIAM
Don Fernando Sampedro Rozalén, Comandante de Infantería
con destino en el Ministerio de la Guerra aquel año,
autor de ocho fotografías tomadas
los día previos a la boda.



“[…] los que entienden el lenguaje de las flores y la charla de los pájaros, y el murmurar de las aguas en fuentes y arroyos, me han facilitado el programa de las fiestas con que la madre Naturaleza ha de solemnizarla boda del Rey de España.
Sé, por consiguiente, de buena tinta, que los ángeles, regazadas as mangas de sus vestes, andan lavando el cielo, para que, sin manchas de nubes, brille con toda su pureza.
Sé también que el sol destrenza su cabellera de oro, mientras sus sirvientes le bruñen y acicalan su carroza, para contemplar desde lo más alto de su carrera el cortejo nupcial. […] Los árboles han tejido verdes palios de hojas lozanas y temblorosas; los setos se han engalanado con rosas de suave perfume, y los campos, aunque humildes, han extendido á las plantas de los Reyes tupida alfombra, en que silvestres florecillas forman complicados y hermosos dibujos.
Anónimo, 1906



Los últimos días de mayo de 1906, previos a la boda Regia tan esperada por los madrileños, la Villa y Corte era un hervidero de gente. Visitantes extranjeros y nacionales llegaban a Madrid para asistir a la celebración; forasteros curiosos que no querían perderse el evento y, en algunos casos, hacer negocio con él.

En previsión de los problemas circulatorios que pudieran llegar a formarse, y atendiendo a la seguridad de las regias personas y el pueblo, el Ayuntamiento publicará un extenso Bando del que ofrecemos fragmentos a modo de introducción a este artículo conmemorativo.


Bando de la Alcaldía
«En los kioscos del servicio de Policía urbana, establecidos en la Puerta del Sol, estación del Norte y servicio de carruajes de la del Mediodía, encontrará el público todos cuantos auxilios necesite referentes á hospedaje, precios de carruajes, extravío de niños y de objetos, etc.
Los coches de todas clases, automóviles y máquinas, deberán observar en su circulación lo dispuesto por el art. 78 de las Ordenanzas municipales, no entorpeciendo el libre paso y circulación de los demás, debiendo ir siempre por la izquierda de la línea que sigan, la que tomarán forzosamente cuando se encuentren otro que vaya en dirección opuesta.
Todos los coches deberán llevar en sitio visible la tarifa de precios.»

«En las calles que debe recorrer la comitiva Regia el día 31, se suspenderá la circulación de tranvías desde las nueve de la mañana hasta que aquélla haya pasado.
Los coches de los invitados á la ceremonia de los desposorios en la iglesia de los Jerónimos, palatinos y del Cuerpo diplomático, provistos de pases expedidos por la alcaldía, deberán seguir el siguiente itinerario:
Por los bulevares al paseo de coches del Retiro, hasta la Casa de Fieras, calle de Venezuela, Plaza de Honduras, Paseo del Perú, paseo alto del Parterre, para cruzar la Chopera y salir por la puerta de de Murillo á la calle de Alfonso XII, Espalter y Moret, á apear en la iglesia de San Jerónimo por la puerta de la sacristía, y esperar con los coches en las calles de Alberto Bosch y Casado del Alisal.
El regreso al Real Palacio se hará por el mismo itinerario.
Las personas que vayan al Congreso de los Diputados dejarán los carruajes en las calles del Prado y San Agustín.»

«En la mañana del día 31, y hasta que se presente á la vista la sección de la Guardia civil montada que ha de abrir el paso de la Regia comitiva, los carruajes pueden atravesar y cortar la carrera que ha de seguir la comitiva oficial en todo el trayecto, por las siguientes calles: Postigo de San Martin á Bordadores y Siete de Julio; Peligros á Sevilla y Príncipe; Barquillo á Marqués de Cubas y San Agustín; Cibeles á Prado, Plaza de Cánovas y Paseo de Trajineros.
El tránsito de personas durante el mismo tiempo se permitirá, pero sólo precisamente á la altura de las vías transversales, y al único efecto de pasar de una á otra calle.
En la mañana del día 31, y durante todos los festejos que exijan la suspensión del servicio de tranvías, las Compañías cortarán la corriente de fluido eléctrico por los cables aéreos, al objeto de evitar peligros y desgracias por el contacto, si, á pasar de todas las disposiciones adoptadas, ocurriera el desprendimiento de algún hilo telefónico, lo cual se hace presente para tranquilidad del público, ó si, por cualquier contingencia, se desprendiese alguno de los conductores de fluido eléctrico.»

Estos cables, a los que presta principal atención el alcalde, Sr. Eduardo Vincenti, serán pieza clave en los sucesos posteriores.

El Bando municipal era muy acertado, a tenor de las noticias conocidas. Madrid estuvo sumido en un absoluto caos.

EL IMPARCIAL, 29 DE MAYO DE 1906
© Archivo HUM
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-001 BODAREAL
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325


El gobernador civil, Sr. Joaquín Ruiz Jiménez, también publicaba un bando muy relacionado con la seguridad del ciudadano y en particular la de las nobles personalidades. El artículo primero es muy significativo, donde se prohibe en absoluto "Que se arrojen en ningún momento y desde ningún sitio ramos de flores ni objeto alguno á la vía pública durante el paso de los cortejos oficiales."

BANDO DE GOBERNACIÓN
© Archivo HUM
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-001 BODAREAL
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325


Días previos a la boda
Viaje de la pareja Real a Madrid
En vapor había llegado la princesa Victoria Eugenia de Battenberg junto a su madre a Calais (Francia) el mediodía del 24 de mayo. Desde allí comenzarían su periplo en tren hasta España.

El viernes 25 la estación ferroviaria de Irún mostraba un aspecto solemne y festivo. Alfonso XIII, junto a una destacada comitiva, esperaba la llegada del tren que conducía a la princesa Victoria Eugenia.

Un primer cañonazo desde el fuerte de Guadalete, anunciaba que el tren estaba cruzando el puente internacional cercano a Hendaya. Al poco se estacionaba en el andén francés de la estación de Irún y sonaban más cañonazos. La banda no dejó de entonar la Marcha Real durante todo el tiempo que duró el ceremonial de bienvenida. La augusta pareja accedió al salón de espera del lado español y poco después embarcaron en el tren que los llevaría a Madrid. Otra vez cañonazos, chupinazos y vítores de todos los asistentes al memorable evento.

El convoy hizo parada técnica en San Sebastián, donde la pareja recibió los saludos protocolarios de las autoridades y ovaciones del pueblo allí presente. Luego se puso en marcha y continuó su ruta recibiendo mismo fervor del pueblo en cada una de las principales estaciones hasta Valladolid.







En Segovia el recibimiento fue apoteósico, había más de 8.000 personas, además de batallones del ejército y autoridades.



A la estación de El Plantío, donde ya estaba la banda del regimiento del rey, había llegado la reina madre para recibir al tren que salió puntual de El Espinar (Segovia). Poco después entraba el convoy real y descendía la pareja, recibida efusivamente entre vivas, vítores y sones de la banda. El rey y la princesa pasaron revista a las fuerzas allí presentes.



Se echó de menos al tren llamado “del Gobierno”, que llegó tarde cuando debía haber llegado entes que el del rey. En él iban viajaban los ministros de Hacienda, Instrucción pública, Estado y Subsecretario de Gobernación. ¡Los Gobiernos siempre dando la nota!

Desde El Plantío salió una extensa columna de coches, carruajes y jinetes rumbo a El Pardo. De más está decir que la animación en aquel sitio era monumental; cantidad de gente se había acercado para conocer a la que sería nueva reina de España. Prescindimos de los detalles, pero el palacio y sus alrededores estaban engalanados con profusión y un despliegue de uniformes y trajes de gala conformaban un paisaje colorido y alegre.

Otra vez los cañonazos y la entrada solemne de la gran comitiva, que llegó a eso de las siete y cuarto de la tarde. El rey venía montado en su caballo favorito y la reina madre, junto con las princesas Victoria Eugenia y Beatriz, viajaban en un landó.

La mañana del día 27 las regias personalidades viajaron de incógnito a Madrid, entrando al palacio de Oriente por el Campo del Moro.

El 28 por la mañana llegaban al palacio de El Pardo, donde recibieron a una comisión de la Diputación provincial de Madrid. También llegó una comisión catalana que traían un presente a la princesa, nada menos que una diadema de brillantes valorada en 24.000 duros. Además hicieron entrega de un álbum que contenía acuarelas de prestigiosos artistas de Barcelona, valorado éste en 10.000 duros.


Los invitados a la boda
El día 29 llegaban a las estaciones del Norte y Mediodía los príncipes extranjeros invitados a la boda.
Príncipes de Gales.
Archiduque Federico Fernando de Austria.
Príncipe Luis Felipe, de Portugal.
Príncipe Jorge, de Suecia.
Príncipe Alberto, de Bélgica.
Gran Duque Wladimiro, de Rusia.
Duques de Genova, de Italia.
Príncipe Alberto de Prusia y su hijo el Príncipe Federico Enrique.
Príncipe heredero de Monaco, Princesa Beatriz de Battenberg.
Gran Duquesa María de Sajonia Coburgo-Gotha y su hija la Princesa Beatriz.
Princesa Federica de Hannover.
Príncipe Alejandro Augusto de Teck.
Príncipe Luis Fernando de Baviera y su hija Pilar.
Príncipe Alfonso de Baviera y su esposa Luisa.
Príncipe Andrés, de Grecia.
Príncipes Raniero, Jenaro y Felipe de Borbón.
Príncipe Alejandro de Battenberg.
Príncipes Leopoldo y Mauricio de Battenberg.
Princesa María de Battenberg, Condesa de Erbach y su hija la Princesa María Isabel.

Todos fueron recibidos en las estaciones por individuos de la familia Real y representaciones del Gobierno, verificándose por la tarde en Palacio la recepción oficial de todos ellos.
También llegaron en días previos los representantes de Gobiernos de otras Naciones.


La representación de Marruecos
A la estación del Mediodía llegaba en el tren Correo de Andalucía la Embajada extraordinaria del emperador de Marruecos.
Componían dicha Embajada el bajá de Tetúan, Sid Kuddur Bel el Bujari, uno de los generales más distinguidos é ilustrados del Marruecos; El Mesfini, hijo de un antiguo ministro del padre del emperador;
Sid Sadík Ajardan, comerciante acaudalado de Tánger, y cuatro kaides de la absoluta confianza del emperador.
La servidumbre la componían siete criados y un cocinero.


© 2016 MARICRUZ ACEREDA SAMPEDRO
COLECCIÓN ACEREDA SAMPEDRO
Signatura: MAS BR-007_C1
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-001 BODAREAL
© 2016 HISTORIA URBANA DE MADRID ISSN 2444-1325


En el tren Correo de Algeciras había llegado la Compañía de tiradores del Riff, que prestaban servicio en Ceuta. Estaba compuesta por 53 recios y pintorescos soldados y una mora viuda de un tirador. Todos llamaban la atención del público que pudo verles en las inmediaciones del Ministerio de Guerra, donde habían sido alojados.

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COLECCIÓN ACEREDA SAMPEDRO
Signatura: MAS BR-008_C1
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Festejos
Automovilismo
El día 28, a las nueve y media de la mañana, en el Paseo de la Castellana formaban los 178 coches inscriptos en una Caravana automovilística Madrid –El Pardo, organizada por el Real Automóvil Club.
El espectáculo fue fabuloso por el lujo de los automóviles y el colorido de sus insignias.

Se formaron grupos de 10 a 20 coches, con un director a la cabeza de cada grupo, que fueron colocándose de cinco en fondo con una separación de 10 metros entre unos y otros.
La organización tomará precauciones para evitar accidentes. Así, en poblado debían adaptar la velocidad de circulación, no excediendo de 12 km/h y con una separación de 4 metros entre coche y coche. En carretera la velocidad no debía sobrepasar los 25 km/h y la separación de 20 metros.


© 2016 MARICRUZ ACEREDA SAMPEDRO
COLECCIÓN ACEREDA SAMPEDRO
Signatura: MAS BR-001_C1
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© 2016 HISTORIA URBANA DE MADRID ISSN 2444-1325

Pasadas las diez de la mañana se puso en marcha la caravana siguiendo este recorrido: La Castellana, Recoletos, Plaza de Castelar (Cibeles), calle de Alcalá, Puerta del Sol (por el costado de Gobernación), calle Mayor y calle Bailén, deteniéndose en la Puerta del Príncipe para que se unieran los coches del rey y altezas reales. Continuaron la marcha por la plaza de San Marcial, Cuesta de San Vicente y carretera hasta El Pardo.

Fotografía: Gómez Durán
© Archivo HUM
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Una vez en el palacio (puerta principal) los grupos quedaron formados en grupos de cinco por fila, recibiendo los saludos de la princesa Victoria Eugenia.

Fotografía: Gómez Durán
© Archivo HUM
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© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325

En la siguiente fotografía, de Campúa, el rey bebe el agua que le había ofrecido una campesina.

Fotografía: Campúa
© Archivo HUM
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© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325

El regreso se efectuó en el mismo orden que a la ida y respetando las normas de circulación citadas.
Desde El Pardo tomaron la carretera hasta la estación del Norte, y desde allí Cuesta de San Vicente, calle Ferráz, Quintana, ronda de Conde Duque, Paseo de Areneros y Carranza, calle de Sagasta, plaza de Alonso Martínez, calle de Génova, plaza de Colón, Recoletos, plaza de Castelar (Cibeles), hasta el Salón del Prado, donde se realizó un desfile general hasta la plaza de Cánovas del Castillo. Allí se disolvieron los grupos.


Globos aerostáticos
El martes 29, a las cuatro de la tarde, se verificó en el Parque del “Real Aero-Club de España” (Calle del Gasómetro) el despegue de los globos inscriptos en el “rallye baloom automobile”. Participaron doce globos con nombres tan pintorescos como “Júpiter”, “Huracán”, “Marte”, “Urano”, “Mercurio”, “Alcotán”, “Avión”, “Alfonso XIII”, “Cierzo”, “Vencejo”, “Santa Ana” y “María Teresa”.


Revista GRAN VIDA, junio 1906
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LA ILUSTRACION ESPAÑOLA Y AMERICANA, junio 1906
Fotografía: Muñoz Baena
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EL PAÍS, 30 de mayo de 1906
© Archivo HUM
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 Acompañaron el seguimiento de los globos un nutrido número de automóviles que recogieron a los pilotos en el lugar del descenso.


En El Pardo
Función teatral
En la noche del día 29 se verificó en el pequeño teatro del Palacio de El Pardo una función dramática en honor de la Princesa Victoria y de los Príncipes extranjeros.

El salón del teatro y decorado del escenario fueron retratados por el fotógrafo Franzen y publicadas en El Progreso.

SALÓN DEL TEATRO DE EL PARDO
Fotografía de Franzen
© Archivo HUM
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© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325

DECORADO DEL ESCENARIO
TEATRO DE EL PARDO
Fotografía de Franzen
© Archivo HUM 
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© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325

La organización de la fiesta estuvo a cargo de la ilustre actriz María Tubau y su esposo el eminente autor dramático D. Ceferino Palencia, poniéndose en escena la comedia de D. Miguel Echegaray titulada Echar la llave, y el sainete de costumbres españolas Comediantes y toreros o La Vicaria, original del mismo Sr. Palencia.

A las nueve y media, reunidos todos los invitados, inició Alfonso XIII el paso hacia el teatro. El Rey dio el brazo a su prometida, y se colocó á la cabeza de todos. Detrás, el gran séquito de príncipes y representantes extranjeros y del Gobierno español.



En Madrid
Calles engalanadas
Del archivo particular de doña Maricruz Acereda Sampedro, ofrecemos una serie de estampas que ilustrarán este y otros apartados.
Acereda Sampedro guarda estas fotografías como tesoro familiar, que fueron tomadas por un hermano de su abuelo, llamado Fernando Sampedro Rozalén.

Se trata de un conjunto numerado del 1 al 9, del que por fortuna se conservan ocho fotografías y no menos. Su propietario las cede a Historia Urbana de Madrid para el presente artículo, quedando prohibida su descarga y uso sin el consentimiento expreso de doña Maricruz Acereda Sampedro.
Las imágenes cuentan con el aval del ISSN 2444-1325 (Historia Urbana de Madrid. Publicación seriada).

D. Fernando Sampedro Rozalén nació el 23 de septiembre de 1857.
Había ingresado en el ejército el 26 de junio de 1874 y, aunque desconocemos
en qué momento partió hacia Cuba, sí podemos asegurar que regresará a Madrid
hacia el 11 de junio de 1890. En 1906 ya era Comandante de Infantería y en 1917
será ascendido de Coronel de Infantería a General de Brigada de primera reserva.



© 2016 MARICRUZ ACEREDA SAMPEDRO
COLECCIÓN ACEREDA SAMPEDRO
Signatura: MAS BR-002_C1
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-001 BODAREAL
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© 2016 MARICRUZ ACEREDA SAMPEDRO
COLECCIÓN ACEREDA SAMPEDRO
Signatura: MAS BR-006_C1
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Calle de Alcalá
El domingo 27 habían acabado los trabajos de decoración en la calle de Alcalá. Los gastos de esas obras fueron costeados por la Compañía general de Tranvías de Madrid.
A ambos lados de la calle, desde Cibeles hasta la Puerta del Sol, se colocaron mástiles forrados con telas encarnadas. Entre unos y otros colgaban oriflamas ingleses y españoles.
El edificio que ocupaba la “Gresham”, (Gresham Life Assurance Society Limited) estaba suntuosamente adornado. En los balcones del piso principal se habían colocado colgaduras hechas con banderas británicas y españolas, orladas de guirnaldas de flores, de las cuales arrancaban otras guirnaldas que, formando dibujos, subían hasta los pisos superiores. En el balcón central había una inscripción dedicada a los reyes.
Se esperaba una espléndida iluminación eléctrica, con los millares de pequeñas bombillas instaladas por decorado y fachada.

En la tribuna del Casino de Madrid se colocaron tapices con las inscripciones: “Bienvenida”, “¡Viva Madrid!”, “Viva Alfonso”, “Viva Inglaterra”, entre otras, destacando una en el centro que decía “A los Reyes, salud”.

Por su parte, en la fachada de la Presidencia del Consejo se habían colocado grandes escudos de Inglaterra y España, con banderas de ambos países, lo mismo que en las guardillas, donde, además, se habían instalado luces amarillas y rojas. También adornaban el edificio guirnaldas de flores.


Calle Sevilla
No se apreciaron muchos adornos en esa calle, más que los de la Equitativa, el Banco Hispano
Americano y el de algunas casas particulares.
En La Equitativa lucieron miles de bombillas. En el primer piso, y sostenidas por las columnas
de los arcos voltaicos que se colocaron, había dos filas de luces atravesadas por letreros luminosos con la siguiente inscripción “Victoria Welcome Alfonso”, “Alfonso Welcome Victoria”.

En el Banco Hispano Americano se colocaron escudos y una cantidad considerable de bombillas esmeriladas y en las ventanas triángulos cruzados por barras con luces del mismo tipo.


Carrera de San jerónimo
El decorado de esta calle era sencillo pero muy vistoso. De balcón a balcón se habían colgado banderas inglesas y españolas, y líneas de luces de colores.
A la entrada de la calle se colocaron construcciones efímeras, representando columnas con adornos.


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COLECCIÓN ACEREDA SAMPEDRO
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Puerta del Sol
En la plaza no se colocaron luminarias, sólo se hizo en el ministerio de la Gobernación (Casa de Correos) y otras fachadas particulares.
En Gobernación se colocaron banderas y gallardetes. En la cornisa de la parte más alta había escudos de España y de las colonias inglesas y debajo colgaduras rojas que atravesaban toda la fachada. En el segundo piso, más escudos con banderas.
En los balcones del primer piso se colocaron colgaduras que llevaban unas las iniciales V y otras la A, en color amarillo sobre la seda roja. Lo mismo, pero con banderas entrelazadas, en las ventanas de los lados de la entrada al ministerio.
De los tres balcones del centro pendían tapices amarillos, completando la decoración bombillas de luz a lo largo de la línea del alero del tejado de balcones y reloj.

Una gran corona real remataba la fachada del hotel de la Paix, con grandes banderas distribuidas por el alero del tejado, cayendo largas guirnaldas que, formando onda, llegaban a los extremos del edificio.
A la altura del piso segundo se colocaron dos pintorescos escudos.

En la fachada del hotel de París se instalaron dos grandes arcos voltaicos; también en el tejado, juntamente con una cantidad considerable de banderas.

El Credit Lyonnes había iluminado sus balcones con guirnaldas de luces. También la Compañía Transatlántica, con luces de colores circundando las letras A y V, y en la esquina de la calle del Carmen las de C T entrelazadas.


Calle del Arenal
Su decoración era similar a la de la Carrera de San Jerónimo.
Se colocaron quince líneas de banderas colgando en el centro de la calle, alternando con otras tantas de guirnaldas con ondas, que terminaban en los balcones de las casas a un lado y otro.

A la entrada de la calle se instaló un arco efímero. Según las noticias, este arco comenzó a arder la mañana del lunes 28, pero pudo ser apagado y recuperado rápidamente.
La casa Prast estuvo profusamente decorada y con una iluminación que destaco sobre la de otros edificios.

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Calle Mayor
Fue una de las arterias mejor engalanada. Dieciocho arcos de guirnaldas de flores y luces, sostenidas por armaduras de madera iluminadas en las que se apreciaban las letras A. V., daban a esta calle un aspecto de bóveda luminosa. Y no era para menos, más de tres mil bombillas iluminaban los arcos, que estaban sostenidos por palos ornamentados con gallardetes y palomillas llenas de flores.


Calle de Esparteros
A la entrada de esta calle se instalaron tres líneas ondulantes de tulipas que sostenían en el centro
un escudo de regular tamaño, iluminado con bombillas de colores.
Otros cuatro arcos más eran el complemento de la decoración de esa calle, en cuyo centro había una especie de corona de la que pendían cuatro largas guirnaldas flores que terminan en los balcones de las casas.


Calle Carretas
Frente a la plaza del Ángel se había colocado un inmenso escudo iluminado que estaba sostenido por altos mástiles con gallardetes.
En los balcones del Círculo Mercantil se instalaron tulipas de colores con luz eléctrica. En los balcones centrales, grandes banderas nacionales de fondo sobre las que destacaban unos leones sosteniendo un escudo con las iniciales A V y debajo la leyenda «Círculo Mercantil e Industrial» en colores luminosos.


Calle Espoz y Mina
En la desembocadura a la Carrera de San Jerónimo se instaló una armadura de hierro para luces, de la que colgaban guirnaldas iluminadas. Algunas casas particulares también habían adornado con luces sus balcones y fachadas.

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Pruebas de alumbrado
A las dos de la madrugada del lunes 28 se realizaron las pruebas de iluminación en la calle Mayor, Montera y el edificio de la Gobernación y otras fachadas de la Puerta del Sol.
Millares de bombillas de colores, combinadas con buen gusto, asombraron gratamente a los curiosos que se acercaron a contemplar el fantástico espectáculo.


Los tranvías decorados
La Empresa de los tranvías, siguiendo la costumbre de otras ocasiones, había engalanado los coches que prestaban servicio en todas las líneas de Madrid. A lo largo de los troles se colocaron gallardetes con los colores de las nacionales de Inglaterra y España.


En el Congreso de los diputados
Se colocaron dos tribunas a los lados de la escalinata del Congreso y otra en frente. Todas habían sido engalanadas con arreglos florales en forma de guirnaldas, banderas y escudos de ambas naciones, y carteles coloridos con las inscripciones “Viva el Rey” “Viva la Reina”.
El día de la boda las tribunas estarán llenas de personalidades, lo mismo que la plaza e inmediaciones, pero de militares y vecinos.

Repasados los días previos, no centramos ahora en la boda.



110 Aniversario de una boda trágica
Ahora lo sabemos y podemos decir que fue una boda trágica, pero viajando a esos días de 1906, previos al acontecimiento, nadie hubiese podido presagiar ni imaginar tan triste desenlace.

Así, el día 29 se publicaba el programa oficial de festejos:



Jueves, 31 de mayo de 1906
Llegó el día tan esperado. Las calles mostraban su mejor aspecto; engalanadas, como ya hemos citado, y relucientes bajo un cielo azul y un sol esplendido.
El pueblo madrileño, los visitantes de otras provincias españolas y los llegados de Naciones extranjeras vivían aquel acontecimiento con gran alegría.

Ninguna de las princesas que vinieron a compartir el trono con reyes españoles había tenido un recibimiento tan entusiasta y cariñoso como el que se ofrecía a la princesa Victoria Eugenia.
Ni la mismísima Cristina de Borbón, que había venido a casarse con Fernando VII, tuvo recibimiento similar, mientras que Victoria Eugenia fue aclamada por todo el pueblo en su conjunto desde su llegada a tierras españolas.

Dicho esto, relatamos paso a paso lo acontecido desde primeras horas de la mañana.

A las seis y media de la mañana salió Alfonso XIII del Palacio de Oriente en su automóvil, en compañía del General Del Río. Se dirigían al Palacio de El Pardo, donde el rey desayunó en compañía con la princesa Victoria Eugenia, que también había madrugado.

A las ocho menos veinte emprendieron el viaje hacia Madrid los augustos novios, junto con la familia Battenberg.
A las ocho y media llegó la princesa al Ministerio de Marina. En la antecámara, una Comisión del Instituto Agrícola de San Isidro le hizo entrega de un ramo de azahar y un pañuelo de encaje. Más tarde, desde este Ministerio saldría la novia rumbo a la iglesia de San Jerónimo.

A las nueve y media en punto se dio orden de que saliera la comitiva Real. Entonces sonó un cañonazo y apareció el primer coche, en que iban los reyes de armas, seguidos por berlinas donde iba la servidumbre. Después el coche de París, con el duque de Sotomayor y el marqués de la Mina, y varios coches más con todos los príncipes e Infantes, hasta llegar al coche de la corona Real, en el que viajaban el Rey, el príncipe Carlos y el heredero de la Corona, príncipe Alfonso.
En esta comitiva, detrás de la Escolta Real, iba el conde de Romanones en coche oficial del Gobierno.

Por la puerta del Príncipe salía poco después otra comitiva, la de la Reina madre, que iba al Ministerio de Marina a recoger a la novia. Estaba compuesta por cinco carrozas, ocupando la última la reina María Cristina. En otra viajaba el presidente del Consejo de ministros, Sr. Moret.

Llegados al Ministerio, subió la reina madre a las antecámaras y entró en el tocador donde se encontraba la princesa.
A las once menos veinte de la mañana se pusieron en marcha las augustas damas y su comitiva. En el interior del Ministerio sonaron entonces los acordes del himno inglés y la Marcha Real.

A las once menos diez minutos subieron a la carroza regia la reina madre, la princesa Victoria y su augusta madre.
El público las hizo una ovación.
La futura Reina de España estaba verdaderamente deslumbradora. La emoción coloreaba sus mejillas, y el blanco traje de desposada prestaba singular realce á la pureza de sus líneas y á sus rubios cabellos.
— ¡Viva la Reina Victoria!—gritó el público.
—El principal festejo es verla—añadían otros.
—Parece un ángel—decía una mujer del pueblo.—Es hermosa como un sol.
—Dios te bendiga—exclamaron otras.
Las mujeres, desde los balcones, agitaban con frenesí los pañuelos.
La Princesa saludaba con la mano cariñosamente.
Los entusiastas vivas, reflejo de lo que iba á ser el camino hasta la iglesia, producían honda emoción en la Princesa.
AÑO POLÍTICO, 1916

Y todas esas muestras de cariño y respeto se repitieron centímetro a centímetro por todo el trayecto desde la calle del Arenal, Puerta del Sol y Carrera de San Jerónimo hasta el templo.


En San Jerónimo



No se escatimó en gastos para la decoración del templo. El altar estaba cubierto en su base por palmeras y el ara con grupos de flores, principalmente de azahar.
En el presbiterio se había colocado un lujoso reclinatorio, con dos sillones para los reyes. A la derecha tomaron asiento los Cardenales Casañas, Martin Herrera y Nuncio de S. S.; a la izquierda, los Arzobispos de Valencia, de Tarragona y Zaragoza y Obispos de Madrid, Lugo, Solsona, Oviedo, Jaén, Sigüenza, Coria, Segovia, Astorga y San Luis de Potosí. Cerca de estos los Capellanes de honor de Palacio y clero de la parroquia.
Entre los Prelados tomó asiento el Obispo de Nottingham, quien asistió a la Reina en la ceremonia de su conversión.

Además, se habían instalado doradas tribunas para las damas, los diplomáticos, los Cuerpos Colegisladores, los elementos oficiales y la nobleza.

Demás está decir que el interior del templo estaba lleno, atestado de personalidades de la nobleza, la política, etc. Lo mismo que en el exterior, con militares y el pueblo madrileño.

Los fotógrafos Muñoz de Baena y de Rivero captaron momentos previos y posteriores a la celebración.


Momentos previos a la boda
Fueron llegando los príncipes españoles y a continuación los extranjeros, con el príncipe de Gales a la cabeza. Sonaron los acordes de la Marcha de Infantes.




Poco después sonaron los acordes de la Marcha Real; entonces todo el público se puso en pie e hizo su entrada Alfonso XIII vistiendo uniforme de gala de Capitán general y luciendo en su pecho las condecoraciones de todas las órdenes españolas. Entró bajo palio, acompañado por el Infante D. Carlos, que vestía uniforme de General de Caballería, y entre ambos el príncipe heredero, con traje de raso blanco adornado de encajes.
Después llegaron los príncipes de Battenberg, luciendo sus vistosos uniformes de “highlanders”.

Como ocurre con todas las novias, la tan augusta y regia también se hizo esperar. A su llegada volvieron a sonar los acordes de la Marcha Real. Como su futuro esposo, la princesa entró bajo palio, acompañada por la princesa Beatriz, que vestía de raso gris, y la Reina Cristina, con un traje malva y collar y diadema de brillantes. La reina madre llevó a la novia de la mano hasta llegar al reclinatorio del altar mayor.





La ceremonia
El rey se arrodilló al lado de la princesa, mientras que la reina madre y el infante Carlos de Borbón ocuparon el puesto de los padrinos. Entonces comenzó la ceremonia.

Antes de pronunciar el consentimiento, Alfonso XIII pidió la venia de su augusta madre, quien le abrazó y dio su beneplácito. Mismo abrazo recibió la novia por parte de la princesa Beatriz.

Hecho esto, la pareja volvió a los reclinatorios y pronunciaron el sí a viva voz. Desde ese instante, Victoria Eugenia Julia Ena de Battenberg se convertía en reina de España.




Después se celebró la misa de velaciones con arreglo al ritual; estuvo a cargo del Cardenal Arzobispo de Toledo. Al final se cantó un Te Deum.

En el claustro y ante una mesa cubierta de terciopelo rojo, se procedió á la inscripción del Registro civil, y en otra sala adornada con tapices se sirvió un refresco a los príncipes.


Rumbo al Palacio
Finalizada la ceremonia, Alfonso y Victoria, y todo el acompañamiento, salieron de los Jerónimos en la misma forma que habían entrado, recibiendo estruendosas aclamaciones en el atrio; las mismas que recibirían durante todo el trayecto por la calle de Alcalá, Puerta del Sol y calle Mayor.

Y a la una y cuarto empezó en la Puerta del Sol un grandioso desfile de caballos y carrozas, con intensas ovaciones al paso de cada una de ellas.
Así retrataron esos momentos los fotógrafos de Rivero y Ciarán para La Ilustración Española y Americana










La plaza estalló en vítores y hurras a la entrada de la carroza de la Corona que conducía a los flamantes desposados. Más de cuarto de hora estuvo detenida, mientras los reyes saludaban con la mano y recibían intensas muestras de cariño.

En la calle Mayor la expectación era máxima, y cuando entró la carroza Real toda la arteria tembló de júbilo. La aclamación del pueblo era atronadora en la calle y desde los balcones.
Nadie podía imaginar lo que ocurriría un momento después.

Así lo relataba un testigo en El Liberal:
A las dos y diez minutos de la tarde, el público, que llevaba largo tiempo aguardando al final de la calle Mayor, removióse impaciente. Habían pasado casi todos los carruajes del cortejo, llenos de herederos de tronos, de altísimos personajes, y la pompa palatina admiraba á la bullanguera multitud. Y de pronto
sonó un grito:
«—¡Los Reyes! ¡Ahi están!»
Todos avanzaron nerviosamente, haciendo vacilar á los soldados.

Por la calle Mayor avanzaba el carruaje tirado por los soberbios caballos. Llegados a la intersección con la calle de San Nicolás, y cuando el tiro delantero pasaba frente a la Embajada de Italia, un ramo de flores cruzó el cielo desde un balcón del número 88 (hoy 84) y fue a caer en la calle Mayor. Entonces sonó una explosión.

-¡Una bomba! ¡Han tirado una bomba! ¡Hay muchos muertos!

Una nube densa cubrió el radio de la explosión. Imposible era verse los unos a los otros y a la carroza del rey. Al disiparse la humareda pudo verse el sangriento panorama.



En el suelo había tres cadáveres: un soldado, sin pies, con el pecho hundido, con las piernas maceradas...
Un palafrenero convertido en un montón de carne sangrienta, chamuscado por el soplo terrible de la bomba.
Un guardia con la cabeza deshecha. Los soldados de la escolta, rabiosos, temblando de emoción é ira, galopaban; revolviendo los caballos, agitando los sables, sin oír las voces de sus Jefes, gritando ellos también palabras sin sentido.
Por las junturas de los adoquines corrían hilillos de sangre, y su púrpura trágica manchaba el estribo de la carroza regia, los trajes, las paredes.
Los caballos del tiro, ametrallados en el vientre, cubiertos de heridas, con los ojos llenos de vértigo, encabritábanse sacudiendo fieramente el coche. Uno de los del tronco, el de la derecha, que había recibido parte de la descarga en el vientre, estaba muerto, y el otro, materialmente acribillado, relinchaba vacilante, con la finísima piel recorrida por nerviosos estremecimientos.

En La Ilustración Española y Americana publicaba a doble página la ya conocida fotografía "retocada" -mitad foto, mitad ilustración-, que recrea el instante de la explosión. La ubicación del carruaje no es correcta.



Los reyes salieron ilesos. La reina Victoria Eugenia estaba más afectada; lloraba al contemplar la masacre. Alfonso XIII, desde la ventanilla del carruaje, anunciaba que estaban bien y pedía a la gente que se calmase.
El monarca descendió de la maltrecha carroza y ordenó que acercasen el carruaje de respeto. Decían algunos testigos que las voces que daba el rey sonaban enérgicas y resolutivas, poco propias de quien acababa de sufrir un atentado.

Los caballos de la carroza fueron desenganchados. La escolta despejó el trozo de la calle siniestrada y los heridos empezaron a ser auxiliados. Se les transportó a la Capitanía general, a la Farmacia militar, y a las Casas de Socorro.
Los soldados llevaban en brazos a sus compañeros heridos. La Cruz Roja actuaba con celeridad. Otros soldados y los camilleros eran ayudados por la gente que había acudido a vitorear a los reyes.
Escenas dantescas se repetían una y otra vez, sumando a las víctimas aquellas que se desmayaban o estaban aturdidas y desorientadas por los efectos de la explosión.

Muchos vecinos, gritaban desde los balcones ofreciendo sus casas para auxiliar a los heridos; otros para indicar que allí también había muertos.
Así ocurrió en los balcones e interiores del número 88, propiedad del duque de Ahumada, donde fallecieron o sufrieron impacto de esquirlas las siguientes personas:
La marquesa de Tolosa.
La joven Teresa Ulloa, hija de la condesa viuda de Adanero.
D. Antonio Calvo González, administrador del duque de Ahumada y secretario de Segismundo Moret.
La señorita Carmen Prieto, sobrina de D. Antonio Calvo González.
D. Julio Prieto, padre de Carmen, que resultó herido en el pecho.
En el piso segundo de la misma casa:
D. Manuel de Sola Tejada y D. Luis Fonseca Cabañel.
En el piso cuarto, en el balcón Inmediato al en que el criminal lanzó la bomba:
D. Eusebio Flores Turbado, huésped de la casa, siendo extraño el que él muriera no habiendo recibido lesión alguna el dueño de aquella casa de huéspedes, D. José Cuesta, y su esposa, que estaban en el balcón junto a esa víctima.

En la calle fallecieron los siguientes miembros del regimiento de Wad-Rás:
Capitán D. José Rasilla Ceballos, primer teniente D. Roberto Reinlein Gispert, primer teniente D. Jacobo Prendergast y de Francisco Martín, cabo de cornetas Lorenzo Navalón de Fez, tambor Gregorio Sánchez
Rodrigo, educando José Martínez, soldado Isaac Romanillas y soldado Hilario Gorrea.
También el guardia municipal número 473 y un palafrenero.

En resumen la cifra de militares muertos ascendía a 8 y 30 los heridos; a 16 los civiles muertos y 70 los heridos.
En total, 23 muertos y 100 heridos, aunque poco después se sumarían otras dos víctimas, elevándose a 25 el número de fallecidos.

Pronto llegaría la noticia al Ministerio de Guerra, donde el entonces Comandante don Fernando Sampedro Rozalén la recibiría con el mismo asombro y estupor que todo Madrid. Y seguramente él tuvo que acatar órdenes de superiores y movilizar tropas hacia el Palacio o la calle Mayor; o establecer cordones en el mismo ministerio. No lo sabemos, como tampoco él pudo saber lo que iba a ocurrir aquel día de mayo; por eso nos ha dejado este legado de imágenes festivas.


Comentaban los periódicos que zapatos y vestido de la nueva reina estaban manchados con pequeñas gotas de sangre.
¿Se le pudo pasar por la cabeza que los madrileños, o los españoles, fuésemos unos bárbaros? Casi imposible. Su propia abuela, la reina Victoria de Inglaterra, había sufrido varios atentados, como el perpetrado el 10 de Junio de 1840, cuando Edward Oxford hizo dos disparos de pistola contra el coche de la reina. O los que sufriría poco después, de los que fueron autores John Francis y John William Beau. De todos salió ilesa.

Por su parte, nuestro monarca ya había sido víctima de un atentado fallido en Francia, durante su visita de 1905.


Consejo de ministros en la casa de Moret
A las cinco de la tarde se reunieron los ministros en la casa de D. Segismundo Moret, prolongándose el improvisado Consejo hasta las siete de la tarde.
Se trataron tres temas, todos ellos relacionados con el atentado.

El primero cuestionaba las medidas de seguridad adoptadas, puesto que varios ministros habían recibido anónimos en los que se anunciaba el suceso. También en Palacio se había recibido uno indicando que la princesa Victoria Eugenia no se sentaría en el Trono.

En el segundo se trató fue la suspensión de todos los festejos previstos en el programa que ya hemos mostrado. Se sopesó el tema de las víctimas y el estado de ánimo del pueblo, decidiendo entonces que continuaran las celebraciones.

Por último se trató el tema del anarquismo y adoptar medidas de represión, pero el asunto fue tratado con tanta cautela que tuvo vaga aceptación. Nada se acordó ni se legisló, dejando el tema para las Cortes.


El o los criminales
Como es habitual en esos casos, surgieron cantidad de especulaciones y se detuvo a sospechosos.
Durante la noche de aquel día escenas de pánico en distintos puntos de Madrid, todos ellos originados por ruidos sospechosos o carreras sin importancia. El pueblo madrileño estaba aterrorizado y la psicosis se había generalizado.
Se dijo que había aparecido un paquete sospechoso en la puerta de Capitanía general. Inmediatamente se pensó en otra bomba, más si lo era no llevaba carga o estaba desactivada.

Sobre Mateo Morral, o Martín Moral, o Manuel Morales, no hablaremos ahora.


El día después
El día 1 de junio, a las doce de la mañana, el rey y la reina salieron de Palacio a mostrarse por las calles céntricas. Iban sin escolta, sólo acompañados por otro coche que ocupaba el presidente del Consejo de ministros.
La gente vitoreaba a los monarcas y se acercaban a los automóviles para saludarles. Estas muestras de afecto se repitieron durante todo el recorrido, que discurrió por la calle Mayor, Puerta del Sol, Carrera de San Jerónimo, Paseo del Prado y calle de Alcalá.
Aproximadamente a la una de la tarde regresaban al Palacio, encontrando la Plaza de Oriente abarrotada de gente que les ovacionaba. Tal era la multitud que agentes del Orden público montados y a pie casi no podían abrir camino al automóvil.
Por fin pudieron llegar a la puerta del Príncipe. Desde el automóvil los reyes saludaron a las masas y, más tarde, asomados al balcón.


En el hospital del Buen Suceso
A las cuatro de la tarde llegaron al hospital dos automóviles. En el primero Alfonso XIII y el príncipe de Asturias; en el segundo los coroneles Milán del Bosch y Loriga.
Visitaron la capilla ardiente donde permanecían los ataúdes de las víctimas y luego hablaron con los heridos.

La capilla ardiente
Fue instalada en una galería de la planta primera del hospital. Las paredes y el suelo habían sido cubiertas con grandes paños negros. En el centro de la estancia un gran crucifijo y a sus lados los féretros de los militares fallecidos.

Funerales
Militares
A las siete de la tarde aparecía la primera carroza fúnebre por la Puerta del Sol. La multitud que transitaba por allí por la calle de Alcalá inmediatamente abrieron camino al cortejo formando filas a los lados.
Los gestos de tristeza del pueblo fueron evidentes.
A esa le siguieron más carrozas, en total ocho. En algunas se veían emblemas militares y todas llevaban grandes coronas con cintas.
Seguían a los carros mortuorios y personas de todas las clases sociales el regimiento de Wad-Rás con su banda de tambores (con ausencia del tambor Gregorio Sánchez, fallecido) y la bandera desplegada. En los rostros de soldados y mandos era visible un gesto amargo. Detrás de ellos los piquetes de todos los regimientos que había en Madrid y los tiradores del Riff.
Este cortejo había salido del Buen Suceso siguiendo trayecto por la calle de la Princesa, Leganitos, Preciados, Puerta del Sol, calle de Alcalá y Plaza de Castelar (Cibeles). En ese punto se bifurcó el cortejo, conduciendo el féretro del primer teniente D. Jacobo Prendergast al cementerio de San Justo y el resto al del Este.






Marquesa de Tolosa y Teresita Ulloa
A las cinco de la tarde eran depositados en los carruajes fúnebres los féretros de la marquesa de Tolosa y su sobrina, la joven Teresita de Ulloa, hija de la condesa viuda de Adanero. El de la primera era un coche estufa color negro, el de la segunda, color blanco. Ambos iban tirados por seis caballos de los mismos colores que los coches.
Presidían el duelo: en representación del rey, el duque de Sotomayor; en el de la reina Victoria, el duque de Santo Mauro; en el de la reina Cristina, el marqués de Aguilar de Campóo; en el de la princesa Beatriz, lord Cecil; en el de la Infanta Isabel, el Sr. Coello; en el del infante D. Carlos, el marqués de la Mesa de Asta, y en el de los infantes María Teresa y Fernando, el marqués de Sanfelices.
También estaba el obispo de Madrid-Alcalá.
Por la familia, los marqueses de Castelar y Albaserrada; los condes de Santa Coloma y Cañada-Honda, y el Sr. Pedro Fernández Duran.
Asistieron muchos hombres de la política, diputados, senadores, Grandes de España; una representación numerosa del partido conservador, con los señores Maura, Dato, Vadillo y Osma a la cabeza. También estuvo presente el pueblo madrileño.
La marquesa y la joven Teresa fueron enterradas en la Sacramental de San Isidro.







Familia Calvo-Prieto
También a las cinco de la tarde se verificaron los funerales de D. Antonio Calvo y su sobrina, la niña Carmen Prieto Calvo.
En la calle Carretas, número 9, fue velado D. Antonio Calvo, secretario particular del presidente del Consejo, mientras que los restos de su sobrina lo fueron en la calle Atocha, número 125.
Representaciones de la familia Real, de la Presidencia y del Sr. Moret formaron parte del cortejo fúnebre de Antonio Calvo. El féretro, de color negro, fue colocado sobre un coche estufa tirado por cuatro caballos.
El cortejo fúnebre de Carmen Prieto estuvo acompañado por altos funcionarios del Banco de España y familiares. La madre de la niña, doña Isidora Calvo, no pudo asistir. La pérdida de su hija y un hermano, además del lamentable estado de su marido, D. Julio Prieto,


La vida continúa
Del programa de festejos que se prolongaba hasta el día 8 de junio sólo se suspenderán los bailes y verbenas populares.
Hubo, entonces, en Madrid muchas celebraciones, como la Retreta militar, la Batalla de las flores, corridas de toros, actos militares en Carabanchel y algunas otras cosas reflejadas en el programa que os hemos mostrado.

Y para ejemplo, esta ilustración de Rafael Segura que representa la Retreta militar a su paso por el Palacio de Oriente, y la fotografía de Pedro Algueró Nicoli, autor de la preciosa carroza alegórica.






Queda aquí el recuerdo y homenaje a los madrileños de aquellos tiempos, reflejado en el trágico suceso que empañó la boda del monarca Borbón.

Por ahí hemos leído que no hubo otro atentado semejante hasta el del 11-M. Y ante esa comparación debemos decir que muchas más tragedias hubo en esta Villa y Corte; que compararlas es odioso porque, de una u otra magnitud, hirieron los corazones de este pueblo sufrido y sacrificado.
La memoria no puede ni debe ser oportunista. En Madrid ocurrieron sucesos lamentables a lo largo de su historia, y nadie puede poner valoración al sentimiento de cada una de las personas que hicieron y hacen nuestra ciudad.



Bibliografía

Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.

En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2016) "110 Aniversario de una boda trágica. Madrid, 1906", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/ ISSN 2444-1325 [VER: "Uso del Contenido"]

Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación.
En todas las citas se ha conservado la ortografía original.

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Fuencarralera, burra y petimetre en los pliegos de cordel

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Imagen añeja de mujeres trabajadoras inmersas en el diario sacrificio de ganar unas perras -de las chicas-, retratadas por don Salvador R. de Azpiazu Imbert junto al Mercado de la Cebada. Más allá la cúpula de San Andrés y el lugar de descanso eterno de Isidro, el labrador, a quien tanto rogaban en beneficio de sus mercancías.


“Venta de vegetales junto al mercado de la Cebada de Madrid”
Salvador Ramón de Azpiazu Imbert (ca. 1900)
© AMVG
Fondo: AZPIAZU - Registro: 280
Signatura: AZP-226/AF0000280/index.djvu
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Señoras de edad y otras más jóvenes ofrecen los productos de la huerta; hermosos, relucientes, apetecibles pimientos, tomates, cebollas... Todo fresco, recién arrancado de la tierra, anunciado con sus melodiosos y característicos gritos:

"-¡A tres cuatos el manojo de cebolla, y sin capar!

"-¡La limoneraaa! ¡Toito agrio!

"-¡Melares melares melaritoooos, melares para los militares. Y bien pesao!"

Ecos perdidos en rincones añejos de nuestra ciudad de los gritos de vendedores ambulantes que hoy traen el recuerdo de las fuencarraleras o foncarraleras.

Y no llega esta elección por casualidad -que estos tipos madrileños eran variopintos-, sino por la referencia que hacen de ellas en nuestro grupo de Facebook dos de sus miembros, Antonio Checa Sainz y José Laso Teresa.

“Gritos De Madrid”
Gamborino, Miguel (1760-1828). Grabado, 1817
© GALLICA-BNF
Signatura: ark:/12148/btv1b8446762j
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"[...] Yo vivo en los barrios bajos, y desde la plaza, donde está mi casa, se columbra un buen trozo de tierra castellana y un gran espacio de cielo.
Y hay en la plaza unos sombrajos que cobijan puestos de fuencarraleras, y hay otros puestos de verduras, y los hay también de baratijas, y está el puesto de la cangrejera en la esquina , y más allá, junto a la fuente, el de la requesonera, toda peripuesta de mandil y manguitos blancos, muy repeinada con bandolina; y hay también su corro de traperos, tomando acuerdos, antes de lanzarse a la conquista de Madrid; y hay voces y pregones y disputas, y de vez en vez el acento desgarrado de una vendedora joven rompe el aire cristalino do la mañana con su "Todas en una perra" o "En diez céntimos tóos, parroquiana".
Luis Ruidobro
"Mañana de Abril"


Lejos de contar su historia (Ver artículo de la revista Madrid Histórico, nº. 62) nos centramos brevemente en la presencia de estas vendedoras en un gracioso texto de 1782.

Se trata de “Tertulias de la Aldea, y Miscelanea Curiosa de Sucesos Notables, Aventuras Divertidas y Chistes Graciosos, Para entretenerse las noches del Invierno y del Verano”, siendo el Pasatiempo III el que nos ocupa, perteneciente al Tomo II de la obra escrita y publicada por Joseph Manuel Martin en 1782.
«Caminaba para Foncarral, uno de los Lugares inmediatos á Madrid, una Aldeana de aquel mismo Lugar, despues de haber vendido su hacienda, como acostumbran en la Corte. Llevaba delante de sí una borrica.
Encontró en el camino un pisaverde de Madrid, el qual advirtiendo que la Foncarralera era de agraciado rostro, sintió movido el apetito á sellarle con sus labios.
Para este efecto, deteniéndose á conversar con ella, la preguntó adónde iba? Respondió, que volvía á su Lugar.
Y quál es vuestro Lugar, repreguntó el de Madrid, paysana hermosa?
Foncarral, señor mio, respondió ella.
Había estado este tal bastantes veces en dicho Lugar, y conocía allí varias gentes. Prosiguió pues diciéndola:
De Foncarral? ¿Conoceréis según eso, á la hija de Fulano?
Sí conozco muy bien, respondió la Aldeana.
Pues llévala, dixo el Caballero ó Petimetre, este beso de mi parte; y al mismo tiempo hizo movimiento á executarle en ella; pero ella apartándose con denuedo, le replicó:
“Señor mio, si teneis tanta prisa de enviar vuestro beso á la hija de Fulano, dádselo á mi burra, que va delante, y llegará al Lugar primero que yo:” dando luego con la vara á la burra, acompañando el golpecon un arre, pasó delante, dexando al bufón de Madrid hecho un estafermo.»

Esta obra pertenece a las publicaciones denominadas "pliegos de cordel", de la que se conoce una primera edición de 1765 escrita por Hilario Santos Alonso e impresa en la casa del ya citado Joseph Manuel Martin. En aquella de Santos Alonso se incluían algunos fragmentos del Quijote y Novelas ejemplares de Miguel de Cervantes Saavedra.

Los "pliegos de cordel" eran llamados así por tratarse de cuadernillos cuyas hojas o pliegos estaban atadas con un cordel, no superando en algunos casos las treinta y dos páginas; aunque lo más frecuente eran ocho o menos.
La obra que hoy presentamos estaba compuesta por cuatro pliegos (ocho páginas) y se vendía al precio de un real en la casa u oficina del tal J. M. Martin, situada en la calle de la Cruz.

Las “Tertulias de la Aldea, y Miscelanea Curiosa de Sucesos Notables, Aventuras Divertidas y Chistes Graciosos, Para entretenerse las noches del Invierno y del Verano” de Hilario Santos Alonso tuvieron tanto éxito que se imprimieron nuevas ediciones entre 1768 y 1782, siendo la nuestra la correspondiente a ese último año y con J. M. Martin como autor.

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El 15 de julio de 2015 la Casa Durán sacará a subasta el lote nº 3001, correspondiente al compendio publicado en 1768 por J. M. Martín con un precio de salida de 250 €.


Bibliografía
De las imágenes:
- Archivo Municipal de Vitoria-Gasteiz / Fondo Azpiazu
- Biblioteca Nacional de Francia / Gallica

Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.

En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2016) "Memoria de Pez. Parte II: Comercios antiguos y peces gordos (Siglo XVIII)", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/ ISSN 2444-1325 [VER: "Uso del Contenido"]

Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación.
En todas las citas se ha conservado la ortografía original.

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Madrid, cien años atrás. Fiesta de la Flor

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"Fiesta de la Flor... Fiesta de primavera.
Día caballeresco de piedad, de donaire, de galantería. Las mujeres ne han vestido con las primeras galas estivales, han prendido en su pecho un puñado de ardientes claveles y han alzado sobre sus cabellos un pabellón de gloria que tejió el mar con sutil espuma de las olas. Estaban muy hermosas las madrileñas.
Su obligada audacia encendía el color de sus mejillas y la fascinación de sus ojos. Sus manos prendían la margarita de papel en todas las solapas, y eran un momento, blancas, perezosas y gráciles, sobre el pecho de los hombres, una flor más, armoniosa y fragante como una magnolia.[...] Fiesta de la Flor... Detrás de un nombre bello y galán hay un dolor humano que no quiere mostrar su semblante trágico para no entristecer a la muchedumbre.
Generosidad por generosidad."

Con esas palabras resumía el día de la Fiesta de la Flor un periodista en el diario La Acción. La fiesta se celebró el lunes 5 de junio de 1916, por lo que hace cien años y dos días de aquella cuestación en beneficio de los tuberculosos.

Bajo el sol abrasador, desde bien temprano y durante todo el día, las jóvenes y hermosas postulantes de cada distrito lucían sus preciosos mantones de Manila, pañololes, mantillas, testas adornadas de peineta y flores coloridas, regalando su mejor sonrisa y ese gracejo tan particular de las madrileñas, mientras depositaban en las solapas unas florecillas de tela a cambio del caritativo donativo.

Esta escena se repetía una y otra vez en puntos estratégicos de la ciudad, mostrandose abarrotada de gente, alegre, colorida, y con un rumor de piropos constante flotando en el aire.

MUNDO GRÁFICO VI (241) Madrid, 1916
Fotografía de CAMPÚA
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-020 EFEMERIDES 1916
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Como cada año, los reyes abandonaron el palacio para mezclarse con el pueblo y disfrutar de la algarabía. Aquel día de 1916, pasadas las once de la mañana, Alfonso y Victoria Eugenia marcharon en automóvil descubierto por las calles, repartiendo saludos y pesetas.

LA ACCIÓN. Madrid, 5 junio 1916
Fotografía: Cervera
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-020 EFEMERIDES 1916
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Durante el recorrido los monarcas fueron acompañados por multitud de gente y muchos fotógrafos y periodistas. Esta fue la regia ruta:
Plaza de Oriente, calle del Arenal, Puerta del Sol, calle de Alcalá, Paseo de Recoletos y Castellana hasta la calle de Lista. Desde allí por el bulevar y la calle de Quintana, la de Ferraz hasta la Plaza de España. Desde allí a la Cuesta de San Vicente, entrando al palacio por el Campo del Moro a las doce en punto.


Las mesas por zonas
Desde temprano se habían instalado los "cuarteles generales" de los ejércitos de bellas féminas. Al mando señoras distinguidas, muchas de ellas esposas de renombrados señores, y conocidas marquesas y condesas.
En las decoradas mesas muchas flores y bandejas donde se iban depositando las donaciones: monedas, billetes, y alguna que otra alhaja.
Las jóvenes postulantes, elegidas entre las más guapas de las clases acomodadas y no tan acomodadas, disponían de un carné e insignia que las identificaba. Toda precaución era buena cuando se trataba de recaudar dinero.

Plaza de Oriente
Aquí estaba la mesa de la marquesa de Comillas, ubicada en la mismísima Puerta del Príncipe, con más de treinta bellas postulantes.
En la fotografía, de Díaz, vemos al ministro de la Gobernación sorprendido por cuatro postulantes.

LA ACCIÓN. Madrid, 5 junio 1916
Fotografía: Díaz
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-020 EFEMERIDES 1916
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325


Estación del Norte
Esta mesa fue la más madrugadora; se constituyó a las seis de la mañana en el andén de la estación.
La presidía la señora de Prieto, acompañada por los alcaldes de barrio señores Charlo y López Arroyo. Las postulantes eran treinta.

Plaza de Isabel II (Ópera)
Estaba presidida por la marquesa de Alhucemas, acompañada por casi treinta postulantes.

Plaza de España
En la presidencia la señora de Prieto de Castro acompañada por dieciséis postulantes.

LA ACCIÓN. Madrid, 5 junio 1916
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-020 EFEMERIDES 1916
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Distrito Centro
Aquí era donde más se recaudaba, con mesas en la calle Montera (Red de San Luis), Plaza de Santa Cruz, Puerta del Sol, Plaza de Callao y Santo Domingo.

La mesa de la Puerta del Sol estaba presidida por la marquesa de Portago, acompañada por la condesa de la Quinta de la Enjarada y señoritas de Portago y Rózpide.

En la de la Plaza de Santa Cruz presidía la señora de Sáiz de Carlos, acompañada de un numeroso ejército de señoritas. A las diez y media de la mañana ya habían recaudado 150 pesetas.

La de la Plaza de Callao estaba presidida por las señoras de Díe y Aranda; con ellas la guapísima artista Amalia Escalante y una veintena de postulantes.

Presidian la mesa de la calle Montera la señora de Baüer y condesa de Fuente Blanca, acompañadas de más de treinta postulantes.

Universidad
En este distrito sólo se había instalado una mesa, situada en San Bernardo esquina con la calle del Pez.
Los alrededores estaban adornados con vistosos macetones, y en la pared que servía de fondo se colocó una cruz pontificia, confeccionada con claveles rojos.
Presidía esta mesa la señora de Barroso, acompañada de casi cuarenta bellas postulantes.
A las diez de la mañana habían caído en la bandeja dos "papiros" de cien pesetas.

Chamberí
Uno de los distritos más alegres en el que las postulantes lucieron sus vistosos mantones y mantillas con la gracia típica de esos barrios.
La mesa de la glorieta de Bilbao estaba presidida por la señora condesa de San Antonio y la señora viuda de Ruiz Martínez, ayudadas por el alcalde del barrio del Dos de Mayo, don Miguel Laura, y el de Monteleón, don Ángel del Hoyo.
En la mesa del Obelisco estaban la marquesa de Valdemolinos y la duquesa de Montellano.
En la plaza de Chamberí, la condesa viuda de Montano.
En los Cuatro Caminos, doña Amparo Trulla de Vidal, y en la plaza de Alonso Martínez, la marquesa de Pozo Rubio.

Latina
Dos mesas había en este distrito; la de la plaza de la Villa, esquina a la calle Mayor, y otra en la popular plaza de San Millán.
Preside la primera la señora condesa de Romanones, que estaba rodeada de 2.100 claveles.
La segunda estaba presidida por la señora condesa de Heredia Spínola.

Hospital
La mesa colocada en la plaza de Lavapiés estaba presidida por la caritativa señora marquesa de Alhucemas, acompañada por el subsecretario de la Gobernación, señor Mendoza; el director del Patronato, señor Verdes Montenegro; el teniente alcalde del distrito del Hospital, don Enrique Flores Valles, y los señores Sampelayo, Aguilar y Gallardo.
En la calle de la Magdalena, frente a Lavapiés, estaba ubicada la mesa que presidia la marquesa de Camarines.
Presidia la mesa de la calle de Santa Isabel, esquina a la Magdalena, la señora de Sáiz de Vicuña con la señorita de García Prieto.
En la mesa de los andenes de la estación del Mediodía presidia la señora de Villegas.
En cuanto a las postulantes, sumadas las de cada mesa, fueron casi cien.

Inclusa
Dos fueron las mesas de este distrito: una en la plaza de Nicolás Salmerón, y otra, en la del Progreso.
La primera estaba presidida por la señora del doctor Fatás; la segunda lo estaba por las señoras de Ranero y Sáinz de los Terreros.
En total sumaron más de sesenta postulantes, a cada cual más guapa.
La nota graciosa, contaba un periodista de La Acción, la habían puesto dos vecinos de la zona.
"Al pasar por la calle del Duque de Alba, una mujer del pueblo, vieja, y con una cara de gracia propia de estos barrios, dice a dos monísimas criaturas que, con mantilla blanca ataviadas, van prendiendo florecitas en todos los ojales:
—¡Hijas mías; no vayáis por el sol, para que no cojáis una insolación!
Y un chusco que oye el consejo, agrega :
—Pues el que va a coger la insolación soy yo si las niñas van por la sombra."

Hospicio
La mesa estaba ubicada en la confluencia de las calles Fernando VI y Barquillo, presidida por la señora de Albarrán.
Gran animación había por las calles del Barquillo, Fernando VI, Hortaleza y Fuencarral, donde una docena de señoritas graciosas y bellísimas se las ingeniaron para conseguir una suculenta recaudación.

Congreso
En la calle de Santa Isabel la mesa estaba presidida por la señora de Sáinz de Vicuña.
En la de la calle de la Magdalena, la marquesa de Camarines.
En la de la En la plaza de Santa Ana, en la mesa la condesa de Bugallal con su hija, la señora de Fernández-Barrón.
La mesa de la carrera de San jerónimo estaba la marquesa de Ogaba con su sobrina Conchita de Alfonso.
En la mesa del Banco de España presidia la señora Carmen Escario; desde allí y por la calle de Alcalá transitaban las jóvenes postulantes sin dejar escapar ni una solapa.

Junto a la iglesia de San Manuel y San Benito se ubicaba la mesa presidida por la señora de Eduardo Dato.
La de la plaza de la Independencia estaba presidida por la marquesa de Comillas,pero en su ausencia la encargada era la señora do Rubio.

Impresionante debió ser aquel despliegue logístico de jóvenes madrileñas tan vistosamente ataviadas. Fruto de la elegancia y la simpatía de aquellas bellas damas se lograron importantes recaudaciones en beneficio de los enfermos, recibiendo ellas los halagos y piropos de este solidario pueblo.

No quedó títere con cabeza
Atestadas las solapas de los caballeros con cantidad de florecillas, muchos escapaban a la belleza por no quedar paupérrimos. Más las postulantes no cejaron en su solidario intento y hasta vaciaron los bolsillos de los ínclitos señores del Consejo de ministros, del Ministerio de Fomento y del de Instrucción.
Tampoco se salvaron los que acudieron a comer al Ritz, donde se consiguieron 1.200 pesetas, ni los viajeros que ya estaban instalados dentro de los trenes.
Y si algún lugar falta citar, hasta en las redacciones de los periódicos dejaron su florida impronta. La fotografía muestra a dos elegantes postulantes cumpliendo su benéfica labor en una sala de máquinas de Mundo Gráfico.

MUNDO GRÁFICO VI (242) Madrid, 1916
Fotografía: Cortés
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-020 EFEMERIDES 1916
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325


La Fiesta de la Flor, sin ser religiosa, tenía la misma magnitud e importancia que la Romería de la Cara de Dios.




Fiesta de la Flor, colorido, alegría, belleza y animación por las calles madrileñas. Resume la celebración don José Montero en la revista Nuevo Mundo:
"No hay que darle vueltas. Mientras las mujeres se envuelvan en el mantón de Manila y se velen el rostro con los arabescos de la mantilla, andar por la calle cuando se celebre la Fiesta de la Flor, será un grave peligro. A pesar de todo, como el buen español nunca es más bravo que cuando lo mira una mujer, todos deseamos ser blanco de una mirada y del «sablazo» que descarguen unas manos gentiles. Si una madrileña juncal se nos acerca nos sentimos hidalgos de otro siglo y sentimos que la vulgaridad del traje no nos permita barrer el suelo con la galana pluma del chambergo."





Bibliografía
De las imágenes:
- Archivo HUM
- Biblioteca Nacional de España

Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.

En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2016) "Madrid, cien años atrás. Fiesta de la Flor", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/ ISSN 2444-1325 [VER: "Uso del Contenido"]

Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación.
En todas las citas se ha conservado la ortografía original.

© 2016 Eduardo Valero García - HUM 016-020 EFEMERIDES 1916
Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325


Memoria de Pez. Parte III: Tocando fondo

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Qué bonita y alegre se mostraba este fin de semana la calle del Pez. Daba gusto pasear por allí y ver el resultado del esfuerzo de comerciantes y vecinos; artífices todos de la recuperación de una tradición convertida hoy en Fiestas de la calle Pez.

Si en la segunda parte de las “memorias de pez” evocábamos antiguos comercios y vecinos que fueron dotando de identidad a la longeva calle, en esta tercera parte –menos idílica-, encontraremos la vía y su entorno tocando fondo.

No hace mucho de esta lamentable realidad. Una escueta noticia titulada “Calle del Pez, año cero”, publicada en La Hoja del Lunes Semanal de finales de marzo de 1985, daba cuenta de la penosa situación de la zona y la asociaba con un paisaje de guerra y postguerra.

La Hoja del Lunes Semanal
Madrid, marzo de 1985
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-003 CALLE PEZ
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325

El fotógrafo Pastor inmortaliza aquel paisaje, cuando todos se preguntaban en qué momento y por qué la calle había comenzado a apuntalarse.







La noticia sentenciaba:
Esta calle es, madrileños todos, el ejemplo más claro de lo que no debe ser una calle. Pez, 1985, año Cero: un vertedero de incapacidad municipal, de pobreza urbana.

Como colofón a este recuerdo, las imágenes de la calle y su entorno que Somos Malasaña captó durante las fiestas. Son, a nuestro modo de ver, ejemplo claro del esfuerzo conjunto de quienes aprecian y respetan su barrio.

© Somos Malasaña
Fotos de Plataforma Maravillas, Manuel Romo y Somos Malasaña
VER TODAS LAS FOTOGRAFÍAS
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-003 CALLE PEZ
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325


Bibliografía

Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.

En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2016) "Memoria de Pez. Parte III: Tocando fondo", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/ ISSN 2444-1325 [VER: "Uso del Contenido"]

Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación.
En todas las citas se ha conservado la ortografía original.

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Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325


Los ideales del sufragista en las coplas de Antonio Casero. Madrid, 1920

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A propósito de las nuevas Elecciones generales a celebrarse el domingo 26 de junio de 2016, rescatamos la copla de Antonio Casero que se publicaba en la portada del Heraldo de Madrid el lunes 9 de febrero de 1920.
El día anterior toda España había participado en las Elecciones municipales; bueno, toda España no, sólo el género masculino.

Los ideales” pone por título Casero a esta copla y, con su característico sarcasmo, deja en evidencia a los políticos de entonces a través del diálogo de dos fulanos cuyos ideales se compran con lujos efímeros.


LOS IDEALES
—M'han dicho qu'en vista
de qu'el tabaco escasea,
t'has fumao los ideales
y has votao con la derecha.
—Como que yo no soy zurdo.
—Ni hace falta que lo seas;
eso es una villanía
en Madrid y en Alcobendas.
—Pero, a mí qué pan m’ha dao
el ideal?
—T'alimenta
d'ilusiones, ques bastante.
—Pero, eso no engorda, Vega.
—¡No te conozco!
—Las cosas cambian.
—Muchacho, me dejas
que... bueno, dame un pitillo;
paece mentira que seas
tú aquel jabato del mitin
de Provisiones; cuarenta
contra tí, tú gasmeando
sin alcanzarte una piedra
de las que te dedicaban
los fulanos; ¡qué peleas!
y, luego, ¿pa qué? pa esto,
pa que por una futesa
votes a cualquier fulano
y nosotros en la higuera;
¡por ese camino viene
enseguidita la nuestra!
—Pero, oye, ¿cuál es la tuya?
—La verdaz, la que se eleva
por encima de las cosas
más sublime, la morena
del gorrito colorao,
y la balanza en la diestra;
la tuya también, la tuya,
sí señor, aunque no quieras.
—Calla, loco, si la mía
es Paca la cangrejera,
y tú estás soñando, y déjame
de pláticas, que molestas;
a mí llegó el «Misterioso»,
me dijo: veinte pesetas
te doy si votas a éste,
y sin ver del color qu'era .
le voté, y aquí me tienes
que m' han puesto unas chuletas
pa cenar que son riquísimas.
—Pero, y ¿no te da vergüenza
el comer con el producto
d’ una mala acción?
—¡Tú sueñas!
—¡Y, no te va dar reparo,
u cortedaz, el comértelas?
¿está seguro c'así
t'aprovecharían?¿esperas
que no t'hagan daño?
—¡Digo!
¡como que son de primera!
—¿Y de qué son?
—De cordero.
—Hijo, m 'has dao en la ye ma;
¿de cordero, y m'asegura
que son una cosa extra?
hago un facrificio.
—¿Cómo?
—Me voy contigo a comerlas.
— Pero, si son del producto
d'una mala acción
— ¡Que sean!
Mejor, las hincaré el diente
con más entusiasmo, Vega.
Antonio CASERO

© 2016 Eduardo Valero García (GARCIVAL) - HUM 016-011 ILUST
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-009 COPLAS AC
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325


Aquellas Elecciones municipales de 1920 –siempre hablando de Madrid-, fueron escandalosas. Se detuvo a varios votantes falsos, principalmente en los distritos de Latina, Palacio, Chamberí e Inclusa.
En la Latina, y en las secciones correspondientes al mercado de ganados, fué disuelta una cuadrilla de falsos electores a garrotazo limpio.
Resultaron tres contusos y fueron practicadas tres detenciones.
También en el distrito de Palacio hubo sus correspondientes estacazos en las secciones de la Fuente de la Teja.
Los electoreros profesionales de este distrito atracaban materialmente a los electores.
Se pagaron votos hasta 25 y 50 pesetas, y en algunos puntos eran comprados casi en pública subasta.”

Así lo anunciaba el periódico La Libertad, indicando, además, que la Jornada había sido más animada que en otras ocasiones,“y también con más compra de votos por parte de los candidatos de la derecha”.

El Fígaro del domingo 8 de febrero -día del sufragio-, publicaba en portada el mapa electoral de los diez distritos con el número de candidatos de cada partido, las vacantes y el número de nombres que podía votar cada elector.   

EL FÍGARO III (532) Portada. Madrid, 1920
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-009 COPLAS AC
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325
VER ORIGINAL


De acuerdo con el listado que ofrecemos a continuación, resultaron triunfantes siete socialistas, siete mauristas, cuatro albistas, dos romanonistas, dos conservadores, un ciervista, un demócrata, un republicano y un independiente.



Sin lugar a dudas, la copla de Casero exageraba poco y era fiel copia de una realidad.

Recordamos que en diciembre de ese año se celebraron elecciones generales con el triunfo del Partido Conservador y Eduardo Dato Iradier como jefe de Gobierno. Meses después, el 8 de marzo de 1921, Dato Iradier era asesinado.

Aquí lo dejamos, para no apartarnos de la esencia de esta copla.



Bibliografía
Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.

En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2016) "Los ideales del sufragista en las coplas de Antonio Casero. Madrid, 1920", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/  ISSN 2444-1325

Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación. 
En todas las citas se ha conservado la ortografía original.


© 2016 Eduardo Valero García - HUM 016-009 COPLAS AC
ISSN 2444-1325

Coplas del domingo. La Gatera de la Villa y una copla chamberilera

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Gracias al interés de los miembros de la revista La Gatera de la Villa, la que "ilustra, entretiene y además... es ecológica", las coplas domingueras de Antonio Casero vuelven a sus páginas con un recuerdo a las verbenas de Chamberí.


Fragmento de la ilustración publicada en La Gatera de la Villa
© 2016 Eduardo Valero García (GARCIVAL) - HUM 016-010 ILUST
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-010 COPLAS AC
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325


Como todos sabéis, la revista es gratuita y puede descargarse. Además de interesantes artículos y entrevistas, en las páginas 39 y 40 se publica la copla de Antonio Casero titulada "La verbena de mi barrio (chamberileras)", acompañada de una ilustración del autor de este blog.


ACCEDER AL Nº 23

Destaca en la ilustración la fisonomía que tenía la iglesia de Santa Teresa y Santa Isabel cuando fue escrita la copla (1916). Una postal fotográfica cedida por Isabel Gea muestra cómo era la parroquia antes del año 1936. Por su parte, nuestro colega Bélok muestra su estado actual en el blog Viendo Madrid.

Imagen cedida por Isabel Gea
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-010 COPLAS AC
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325

Para finalizar, como homenaje al barrio de Chamberí, sus costumbres y vecinos, una entrañable fotografía familiar que muestra el casamiento de Amparo con José, padres del autor de Historia Urbana de Madrid.


Casamiento en la Iglesia de Chamberí
Fotografía, colección particular
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-010 COPLAS AC
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325


El agradecimiento a Mario Sánchez Cachero, Juan Pedro Esteve García, Julio Real González y Pablo Aguilera Concepción, equipo de La Gatera de la Villa.


Bibliografía
Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.

En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2016) "Coplas del domingo. La Gatera de la Villa y una copla chamberilera", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/  ISSN 2444-1325

Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación. 
En todas las citas se ha conservado la ortografía original.


© 2016 Eduardo Valero García - HUM 016-010 COPLAS AC
ISSN 2444-1325





La olvidada fuente de la Glorieta de Atocha (Plaza del Emperador Carlos V)

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A la colección particular de Historia Urbana de Madrid se suma desde el pasado mes de julio el patrimonio de mi familia, conformando así un importante archivo de documentos relacionados con la historia de nuestra ciudad y su gente. De ese patrimonio –y como siempre, hablando en plural-, ofrecemos hoy una estampa del Madrid de la década de los 60 del pasado siglo. Se trata de una postal que nos recuerda el aspecto de la plaza del Emperador Carlos V, su fuente y los alrededores de la glorieta de Atocha hacia 1963.

La plaza, conocida como “Glorieta de Atocha o de Carlos V” ha sufrido varios cambios a lo largo de su historia; quizá el más drástico ocurrió a finales de esa década con la construcción del famoso “Scalextric” que dejó casi oculta y deslucida la fuente que nos ocupa y de la que pocas referencias existen.

La anunciada postal -que vemos a continuación-, ilustra lo que comentamos. Se trata de la fuente que adornó la entonces “nueva” plaza del Emperador Carlos V hasta la década de los 80, proyecto del arquitecto municipal D. Manuel Herrero Palacios.

"Postal 34. Madrid.-Plaza de Carlos V: Fuente"
Heliotipia Artística Española - Madrid (1963)
COLECCIÓN VALERO GARCÍA
Signatura: VALGAR_POST_001_JVH-001
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-001 FUENTE CARLOS V
© 2016 HISTORIA URBANA DE MADRID ISSN 2444-1325


Decía M. Barbeito Herrera en el número 1.148 de Hoja del Lunes (1961) que “Hasta el año pasado no conoció Madrid una fuente luminosa. Ahora, dentro de muy poco, tendrá dos más: una, planeada por el arquitecto municipal señor Herrero Palacios, y la encargada al ingeniero don Carlos Buigas. La primera está en vías de realización inmediata, pendiente nada más de sacar las obras a concurso.

Don Manuel Herrero Palacios fue arquitecto municipal que ostentó el título de Director de Parques, Jardines y Estética Urbana del Ayuntamiento de Madrid. Conocido es por varias obras realizadas en la ciudad, entre las que se encuentran la fuente del Nacimiento del Agua (Plaza de España), de los delfines (Plaza de la Rep. Argentina), la de los cisnes autómatas (Red de San Luis), la reforma de la Puerta del Sol y de la antigua Casa de fieras de El Retiro, llevando su nombre estos últimos jardines. En la breve biografía conocida se habla de otros de sus proyectos más no se cita la fuente del Emperador Carlos V.


La olvidada fuente
Como hemos comentado, son pocas –por no decir ninguna-, las referencias que existen sobre la fuente del Emperador Carlos V de los sesenta. En este artículo la recuperamos del olvido y volvemos a sus años de esplendor, cuando adornó la glorieta y su plaza, y reguló la circulación del tráfico tan intenso que siempre tuvo.

El objetivo del fotógrafo capta para la postal la fuente y el amplio paseo de la Infanta Isabel, otrora paseo de Atocha; espacio muy frecuentado por los madrileños de antes en las noches estivales, por lo fresco que allí se estaba, y lugar de festejos religiosos y espectáculos regios.

Así aparecía retratada en un grabado publicado en la revista El Artista de abril de 1835, con el paseo del Prado y Jardín Botánico al fondo.



Un año más tarde, en 1836, Vicente Camarón la dibuja desde otro punto de vista, con la Puerta de Atocha al fondo.

"Vista de la Puerta de Atocha. V. Camarón"
Litografía, 1836
© BNE-BDH
Signatura:INVENT/22946
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-001 FUENTE CARLOS V
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325


Viene bien, entonces, recordar someramente cómo fue configurándose ese punto donde estuvo la fuente.



Antecedentes históricos
No fue capricho bautizar a la fuente, plaza y glorieta con el nombre de Emperador Carlos V. Nos cuenta Mesonero Romanos en su obra El Antiguo Madrid, que durante el reinado del Habsburgo, allá por 1523, se escoge esa zona de antiguos atochares y primitivo santuario o ermita de Nuestra Señora para la fundación y construcción de un convento de la orden de Santo Domingo, el Convento de Atocha. En 1588 Felipe II, gran devoto de la virgen de Atocha, mandará construir una suntuosa capilla y desde entonces pasará al patronato real; refrendado esto por Felipe III en cédula del 10 de noviembre de 1602.

En tiempos de Carlos III, hacia 1781, y como parte del proyecto de modernización del Salón del Prado, se instala cerca de la primitiva Puerta de Atocha una fuente conocida popularmente como “de la alcachofa”, obra de Ventura Rodríguez, Alfonso Vergaz y Antonio Primo.

Así la describe A. Fernández de los Ríos en Guía de Madrid. Manual del madrileño y el forastero:
Es por su gusto y buena construccion la mejor del Prado; su dibujo se debe á D. Ventura Rodriguez, su ejecución á los escultores D. Alfonso Vergaz y D. Antonio primo. Toda la fuente, cuyo conjunto es de exquisito gusto, está construida de piedra caliza y formada de una columna que lleva las armas de Madrid sostenidas por una nereida y un triton. La columna sostiene una taza de 13½ piés de diámetro y en el centro se levantan varios niños agrupados bajo una alcachofa, de cuyo centro se eleva el agua á bastante altura.” [1]

Refuerza estas palabras la imagen captada por Jean Laurent hacia 1870, cuando la fuente aun permanecía en Atocha, junto al Jardín Botánico.

"MADRID. - 941 . - Fuente de la Alcachofa. J. Laurent. Madrid."
(Hacia 1870)
© BNE-BDH
Signatura: 17/32/52
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-001 FUENTE CARLOS V
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En los Archivos de la Villa se conserva el documento de modificación de los terrenos del Observatorio Astronómico y cesión de los jardines del Botánico para las obras de ensanche de la Puerta de Atocha (1852). En la disposición cuarta se establece lo siguiente:
"El Ministerio de Gracia y Justicia cede al Ayuntº. para el uso público, en compensación del terreno que este dá al Observatorio toda la parte y construcciones del Jardín Botánico comprendida entre el actual paseo de Atocha y la nueva línea que se establece."[2]



La "nueva línea" correspondía al espacio delimitado en el plano con la letra K, tramo final del Paseo de Atocha y confluencia con el "Paseo de las Cuatro fuentes."
Dice Pascual Madoz de este último paseo:
"Cuenta este trozo 1337 pies de largo (407, 52 metros) por 378 de ancho (115,21 metros), disminuyendo hasta 173 (52, 73 metros) que tiene en la conclusión del Botánico: el hermoso aspecto que ofrece el Jardín de que solo le separa una gran verja de hierro, permitiendo registrar lo elegante de sus formas y aspirar el perfume de sus flores, hace que este paseo sea de los mas concurridos por la sociedad elegante que hasta la caida de la tarde le prefiere al salón del Prado: consta de seis filas de árboles que forman otras tantas calles, si bien desde la fábrica de bujías de la Estrella quedan reducidas á cuatro: á su conclusión y próximo á la puerta de Atocha, se encuentra la fuente llamada de la Alcachofa, labrada también en piedra caliza." [3]


Los siguientes fragmentos de planos nos ubican en el tiempo para conocer la fisonomía de la zona y situación de la puerta y fuente. Las imágenes hablan por sí mismas y rebaten la opinión de aquellos que sitúan la actual fuente en el mismo emplazamiento que la antigua.

Tanto Pedro de Texeira en 1656, como Nicolás de Fer en 1706, dibujan una especie de pilón que identifican como fuente del Hospital General.




En el plano de Nicolás de Chalmandrier de 1761 podemos apreciar la situación de la Puerta de Atocha, la fuente llamada de las Delicias (nº 170) y un embalse o reservorio de agua (nº 205).



En la Hoja kilométrica de 1860 se aprecia la ubicación de la fuente en los terrenos cedidos del Jardín Botánico. Aun no existía el Ministerio de Fomento.



El plano de Facundo Cañada, del año 1900, muestra la glorieta sin fuente y el espacio que ocupará el monumento a Claudio Moyano Samaniego.



En el plano del Ayuntamiento de Madrid, de 1929, vemos la configuración de la glorieta y plaza con la inclusión de las bocas de Metro (tema que estudiamos más abajo).



Por último, la comparativa de la situación primitiva de la fuente de la Alcachofa en 1873 y su réplica del siglo XX en una vista aérea de 2006.



Al Retiro
En sesión del Ayuntamiento del 8 de septiembre de 1880 se acuerda trasladar la fuente al Parque de Madrid (El Retiro). El viernes 12 de noviembre comenzaban las obras de excavación en aquel sitio.
Durante ese periodo de tiempo algunos vecinos de la Castellana solicitaron al consistorio se instalase donde estaba el obelisco, pero aquella moción fue rechazada. Mucho antes, cuando se proyectaba el ensanche del Paseo del Prado, existió la idea de colocarla en la Puerta del Sol, pero tampoco prosperó esa iniciativa.

Un inciso
Durante la epidemia de cólera que azotó Madrid en 1885 se declaró el “motín de las verduleras”. Los vendedores de verduras, hortalizas y frutas mostraron su disconformidad por la Real Orden publicada el 16 de junio en la Gaceta de Madrid que declaraba oficialmente la epidemia de cólera morbo asiática, algo que había creado el terror colectivo y afectaba a la venta de productos frescos por el riesgo a contagio. Los días 19 y 20 de junio la situación fue complicada, hubo palos y sangre durante las manifestaciones, el Gobierno actuó con contundencia, apoyado por la prensa que definía el conflicto como “oportunista”.

¿Por qué contamos esto? Por el breve relato publicado en La Ilustración Española y Americana que a continuación transcribimos y es muestra del ocurrente humor madrileño:
El dia del motin de las verduleras, como faltaron las alcachofas en la plaza, se hizo indispensable aquella verdura en todas las mesas de buen tono; era el plato del día.
El cocinero de un titulo recorrió en vano todos los mercados, preguntando dónde las encontraría á cualquier precio.
El mayordomo le habia dicho que no volviera sin ellas.
Llegó la tarde, pasó la noche, y el cocinero no volvía.
Al dia siguiente supieron en la casa que el criado estaba preso.
Habia intentado robar la fuente de la Alcachofa para servírsela á sus amos.

Desaparecida la fuente, en la década de los veinte del pasado siglo se instalará la boca del Metropolitano de Alfonso XIII.


La estación del suburbano
El 26 de diciembre de 1921 quedará inaugurado el ramal Sol-Atocha del Metropolitano de Alfonso XIII. Comprendía las estaciones de Sol, Progreso (Tirso de Molina), Antón Martín y Atocha.
Es de destacar las dificultades técnicas de la obra por los obstáculos hallados en el subsuelo. Como curiosidad citamos los encontrados en Atocha, que fueron los siguientes: colectores generales de la calle Trajineros y carcavón de la glorieta de Atocha, la conducción del Canal de Isabel II, distribución de gas, electricidad, pozos y galerías abandonadas, entre otros.

La calle de Atocha contaba con una pendiente máxima del 4% hasta la glorieta. El tramo hasta la calle de San Pedro se construyó en túnel, y desde allí hasta Atocha (432 metros finales) en zanjas abiertas, debido a la escasa cota.

El siguiente plano nos muestra los accesos de la estación de Atocha, apoyado por una vista aérea del año 1927.

"Estación del Metro y sus accesos en la Glorieta de Atocha"
Archivo HUM (Año 1921)
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-001FUENTE CARLOS V
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325


Ortofotomapas Madrid capital 1927
© CAM-Dirección General de Urbanismo-Consejería de Medio Ambiente
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-001 FUENTE CARLOS V
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325

Bajamos a la tierra para contemplar la boca del Metro y su ubicación en la glorieta.

"46. Madrid.- Paseo de Atocha y Estación del Mediodía""Edición Extra Madrid"
Hauser y Menet
(Entre 1920 y 1930)
Núm Inventario: Inv. 34131
© Archivo de la Villa. BD-MdM
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-001FUENTE CARLOS V
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Cuatro eran las entradas de Metro; la principal corresponde a la fotografía de Hauser y Menet, situada en el centro de la plaza; la segunda, para dar servicio a la estación del Mediodía con doble escalera para acceder a los espacios de entrada y salida de viajeros; la tercera entrada correspondía a la del Ministerio de Fomento; y la cuarta, en la esquina de la calle Atocha con la glorieta.
El diseño de la estación permitía a los viajeros llegar hasta los andenes de entrada y salida de los trenes de la estación del Mediodía sin necesidad de atravesar la glorieta; lo mismo que los viajeros que se dirigían al Ministerio de Fomento.

Dicho esto a modo ilustrativo, llega el momento de centrarnos en la olvidada fuente del Emperador Carlos V.


La nueva fuente del Emperador Carlos V
El Boletín Oficial de la Provincia de Madrid, número 78, del 1 de abril de 1961 (O.-45.203), anunciaba el concurso público para la construcción de “una fuente luminosa, giratoria, en la Glorieta del Emperador Carlos V, con el tipo de 2.442.881,18 pesetas, con plazo de ejecución de seis meses y garantía de un año, con cargo al Presupuesto especial de Urbanismo.” Firmaba la resolución el Secretario general, señor Juan José Fernández-Villa y Dorbe, el 27 de marzo de 1961.

La construcción de la fuente pondría broche de oro a la culminación de las obras acometidas en la zona sobre un proyecto del ingeniero municipal José María Paz Casañé que dotaba a la plaza de 300 metros de longitud y dos rotondas.

Las obras viarias habían comenzado en enero de 1959 y finalizaron en octubre de 1961, dando como resultado un andén central de cinco metros de ancho, con aparcamientos de metro y medio a los lados, y dos calzadas de 18 metros con capacidad para seis coches en su ancho. Dos metros y medio para la línea tranviaria, con siete metros y medio de ancho la acera de la estación de Atocha, siete la opuesta, y espacios verdes en sus límites. Además, se sustituían los dos pasos de peatones antiguos por uno de doble ancho que cruzaba por el centro las dos calzadas.

Esto que comentamos es visible en la maqueta del proyecto Paz Casañé fotografiada por Portillo para Hoja del Lunes en 1961.






Los trabajos habían tenido su complicación puesto que se removió todo el pavimento, se modificó la ubicación de las entradas de Metro y se elevó la rasante en aproximadamente metro y medio por el lado de la estación de Atocha. Todo ello con la dificultad de no cortar el tráfico rodado en su totalidad y el paso de los tranvías que iban a las cocheras y talleres de la zona Norte.

Debemos aclarar que las obras de ensanche de la estación de Metro y la modificación del acceso al Ministerio de Obras Públicas estaban fuera del proyecto, por lo que en octubre de 1961 continuaban en ejecución. Por su parte, la obra municipal concluía con los árboles ya plantados, los semáforos colocados y con todos los elementos urbanísticos instalados. Sólo faltaba la fuente, los espacios ajardinados de esa zona y una farola ornamental que se situaría en el extremo opuesto, a la entrada de Santa María de la Cabeza.

Volviendo a la fuente, los titulares de la prensa del mes de marzo de 1961 daban cuenta de la que se preparaba en Atocha. Con bombos y platillos se anunciaban las características del proyecto, centrando la atención en la monumental fuente y su chorro luminoso.




Y es que la fuente de Herrero Palacios tenía un pilón de 24 metros de diámetro y otros dos concéntricos de 8 y 20 metros, con una novedad: los surtidores, en lugar de ser fijos, realizaban un movimiento rotatorio al estar dispuestos sobre un gran plato giratorio. Se construiría en piedra natural y artificial.

En el centro de la fuente se ubicaba una tobera de cinco centímetros de la que saldría un chorro vertical de 20 metros de altura, rodeado de 28 chorros que alcanzarían los 7 metros. De otro anillo de 3 metros de diámetro saldrían 80 surtidores de trayectoria parabólica, completando así un magnífico y potente espectáculo de luz y movimiento.

Como bien dice el titular, la magnífica fuente lanzaría 139 litros de agua por segundo, consiguiendo el efecto lumínico con 6 proyectores de luz cambiante de 1.500 vatios de potencia, 12 de 500 y 160 de 200. Todos ellos alimentados por una instalación eléctrica de 54 kilovatios.

El 14 de mayo de 1962, en el artículo titulado “Estampa, ya clásica, de un gran Madrid que se reforma, crece y se completa”, decía Hoja del Lunes (página 12):
[…] Crece como la selva Madrid, y en el corto espacio de un año ha visto realizados algunos de sus mejores sueños. Se han reformado los bulevares, se han inaugurado la avenida de los Reyes Católicos y la espaciosa y vital glorieta de Carlos V y el modernísimo mercado de la Cebada… Madrid se embellece, se completa, se perfecciona a ritmo acelerado. Surgen por todas partes los edificios suntuosos, proliferan las colonias y los poblados modernos y funcionales, aumentan las riadas de luz, aumenta el nivel de vida. […]

El texto iba acompañado de una fotografía de Portillo, panorámica de la novísima plaza de Carlos V con el Ministerio al fondo.


Sumamos otro punto de vista más cercano a la fuente. En este caso corresponde a Federico Vallina y es también del año 1962.

Atocha
Federico Vallina (1962)
© ARCAM
ES 28079 ARCM FEVA0001_000018
 
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El 31 de julio de 1963, a las ocho de la tarde, el alcalde de Madrid, conde de Mayalde, acompañado por el primer teniente de alcalde, señor José María Gutiérrez del Castillo y el arquitecto Herrero Palacios, inauguraba la luminosa fuente. La noche del día 30 se habían efectuado las pruebas técnicas, con resultados satisfactorios.

En el reverso de la postal que vimos al principio, enviada en febrero de 1964 a José Valero Hernández por don José Ramos Moreno (padre y tío respectivamente del autor del blog), dice:
Pepe: La fuente que podrás admirar no la conoces, pues la inauguraron el verano pasado, como ves el fondo es Pacífico y Pº Infanta Isabel y Mª Cristina, es una fuente que se mueve sola con la presión del agua, es muy bonita, particularmente por la noche, ya que al girar iluminada cambia de tono las luces, solamente hay una parecida en Alemania, el paseo y la calle ha sido arreglada y ha quedado como ves en la postal […]


Con esas palabras queda reflejado el entusiasmo de los madrileños por aquella nueva fuente luminosa de la que podemos decir que fue un portento de la ingeniería hidráulica y lumínica.
Y, por supuesto, hubo quienes posaron frente a la magnífica fuente y guardaron esas imágenes para recordarla siempre, como hoy lo hacemos nosotros. Ese es el caso de la siguiente estampa, donada por doña Susana García Sierra y atesorada por el Archivo Regional de la CAM.

Glorieta de Atocha (1964)
"Un niño en la hierba. Se ven al fondo cables de tranvía y trolebús"
© ARCAM
ES 28079 ARCM SUGA0001_000003

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El paso elevado o "scalextric"
Así como la nueva fuente había cambiado la fisonomía de la glorieta de cuarenta años atrás, un esperpéntico paso elevado le quitaba todo su esplendor a escasos cinco años de su inauguración. El conocido “Scalextric de Atocha” era inaugurado el 16 de mayo de 1968 por el alcalde de entonces, señor Carlos Arias Navarro. Su construcción supuso un coste de noventa y cuatro millones de pesetas.

En el siguiente video correspondiente al NO-DO Nº 1325ª, de 27 de mayo de 1968, podemos apreciar la fuente en funcionamiento y el flujo de tráfico del paso elevado.



El Scalextric comenzará a desmantelarse el 14 de marzo de 1985, después de 17 años de actividad con un tráfico rodado diario de 200.000 vehículos, convirtiendo Atocha en uno de los puntos de mayor contaminación.

El viernes 24 de enero de 1986 escribirá Pedro Montoliú en El País:
Un total de 1.200 toneladas de hierro y hormigón serán retiradas de la glorieta de Carlos V y almacenadas cerca de la carretera de Toledo, donde se encuentran los 26 tramos retirados hasta ahora. […]El domingo, a las tres de la tarde, grúas de gran altura especialmente trasladas a Madrid desde Puertollano (Ciudad Real), con una capacidad para levantar 150 toneladas cada una, retirarán el primero de los tramos del ramal que une el paseo del Prado con el de Santa María de la Cabeza, el más cercano a las viviendas de la glorieta. Exactamente se comenzará por el situado al comienzo de la calle de Atocha, lo que obligará a interrumpir el paso de vehículos por esta calle. A continuación serán desmontados los ocho tramos restantes y llevados en vehículos especiales al depósito de la carretera de Toledo, donde, presumiblemente, terminarán por ser desguazados.
La razón del desguace es que, hasta ahora, los ayuntamientos del Área Metropolitana que habían solicitado en principio el aprovechamiento de los tramos desmontados han rechazado esta posibilidad tras examinar el material. De no utilizarse ninguno, se procedería a separar la estructura metálica con objeto de convertirla en chatarra. Se estima que podrían aprovecharse hasta 3.000 toneladas de hierro, de las 4.400 que pesa todo el scalextric. Una pequeña parte se utilizaría para hacer llaveros, para lo que se encargaría a un escultor el diseño de una figura.

La desaparición de este paso elevado formaba parte de una operación urbanística que mejoraría la conexión de la zona Sur con el centro urbano y coincidía con el proyecto de remodelación de la glorieta y la estación de Atocha, además de la creación de la terminal de largo recorrido y transporte público de cercanías diseñadas por el arquitecto Rafael Moneo.

Ortofotomapas Total comunidad 1975-2006
© CAM-Dirección General de Urbanismo-Consejería de Medio Ambiente
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Durante esas reformas se instalará la fuente actual, réplica de la que hubo antaño en la plaza y cuyo original –como ya hemos citado-, se encuentra en El Retiro. La nueva fuente de la Alcachofa se instalará definitivamente en 1986 sobre una base circular y un cuadrado, reticulado en su interior, que da forma a cuatro estanques en los que se ubican cuatro surtidores simulando alcachofas.
En nada se parece a la poderosa y luminosa fuente de Herrero Palacios.

Fernández Alba, Antonio (2011).
Del ejercicio de la arquitectura.
En: "Antonio Fernández-Alba, Premio Nacional de Arquitectura 2003 :
libro de fábricas y visiones recogido del imaginario de un arquitecto [de] fin de siglo, 1957 - 2010".
Ministerio de Fomento, Madrid, pp. 68-161. ISBN 978-84-498-0896-8. p. 95
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Fernández Alba, Antonio (2011).
Del ejercicio de la arquitectura.
En: "Antonio Fernández-Alba, Premio Nacional de Arquitectura 2003 :
libro de fábricas y visiones recogido del imaginario de un arquitecto [de] fin de siglo, 1957 - 2010".
Ministerio de Fomento, Madrid, pp. 68-161. ISBN 978-84-498-0896-8. p. 97
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La siguiente fotografía, también de la publicación de Antonio Fernández-Alba, muestra la fuente durante el proceso de remodelación de la plaza del Emperador Carlos V. (Año 1985)

Fernández Alba, Antonio (2011).
Del ejercicio de la arquitectura.
En: "Antonio Fernández-Alba, Premio Nacional de Arquitectura 2003 :
libro de fábricas y visiones recogido del imaginario de un arquitecto [de] fin de siglo, 1957 - 2010".
Ministerio de Fomento, Madrid, pp. 68-161. ISBN 978-84-498-0896-8. p. 94
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Muchos recordaréis que en mayo de 2004 en la glorieta se instaló de forma temporal el entonces llamado Bosque de los ausentes (Bosque del recuerdo, trasladado en 2005 al Parque de El Retiro).


Fin de la historia
Y así, desde los tiempos del emperador Carlos, primero de España y quinto de Alemania, hasta los alcaldes Tierno Galván, Barranco, Rodríguez Sahagún y Álvarez del Manzano, hemos conocido brevemente la metamorfosis de la plaza y glorieta de Atocha.
La investigación sobre la olvidada fuente de los sesenta finaliza aquí, truncada por la falta de datos que nos permitan dilucidar dónde acabó después de su desmonte.


Actualización de contenido:
Gracias a la aportación de +Francisco Casas Velarde podemos aportar datos relevantes sobre el destino de la fuente diseñada por Herrero Palacios.
Dice don Francisco en un comentario:
"Creo que está fuente nunca fue trasladada a otro lugar, sino que fue destruida. Recuerdo haber pasado un día por la glorieta y ver cómo la arrasaban con excavadoras. Una pena porque era una fuente preciosa."
Por ser testigo presencial del modo en que fue retirada la potente fuente del Emperador Carlos V, las palabras de don Francisco son ahora epitafio de esta historia.
Podemos asegurar, entonces, que después de su desmonte (por llamarlo así), la fuente acabó en las escombreras. Lamentable final para ese artilugio de agua y luz que adornó la glorieta y plaza por dos décadas.

Nuestro sincero agradecimiento a +Francisco Casas Velarde por esta información.


Tres cosas deseo –hablando en primera persona– después de la publicación de este trabajo: principalmente que sea del agrado del lector; que aporte datos sobre la historia de elementos urbanos desaparecidos; y, finalmente, sea respetado por quienes hoy hablan de Madrid, citando su procedencia y no atribuyéndose méritos que no les pertenecen.


Bibliografía
[1] FERNÁNDEZ DE LOS RÍOS, Ángel. Guía de Madrid, Manual del Madrileño y del Forastero. (1876) Madrid. Oficinas de la Ilustración Española y Americana, p. 413
[2] Documento: Cesión del terreno del Real Jardín Botánio para el proyecto de ensanche de la Puerta de Atocha. (1852) Archivo de la Villa. Biblioteca digital memoriademadrid. Disponible en: http://www.memoriademadrid.es/buscador.php?accion=VerFicha&id=228866&num_id=2&num_total=2
[3] MADOZ, Pascual. Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico, Madrid. (1848) Madrid. Parte recerativa-Paseos y arbolados: Paseo de las cuatro fuentes a la de la Alcachofa, p. 404

Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.

En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2016) "La olvidada fuente de la Glorieta de Atocha (Plaza del Emperador Carlos V)", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/ ISSN 2444-1325 [VER: "Uso del Contenido"]

Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación.
En todas las citas se ha conservado la ortografía original.

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Inauguración del Teatro Lara. Madrid, 3 de septiembre de 1880

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Viajamos en el tiempo hasta el Madrid de 1880. Retrocedemos ciento treinta y seis años para ser testigos de un elegante acontecimiento. No es esta una visita gastronómica como la de anteriores ocasiones, sino la invitación a la inauguración del Teatro Lara.

Fragmento del cartel de la Temporada 1884-85
© BNE-BDH
Signatura: Cart.p/64
Memoria de la seducción : carteles del siglo XIX en la Biblioteca Nacional, p. 169, 346, n. 111
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Es el 3 de septiembre de 1880 y son las siete y media de la tarde. Tenemos las entradas, adquiridas con anterioridad en la quinta sección del Ayuntamiento por tratarse de una primera función en beneficio de los pobres de los distritos Centro y Universidad. También un ejemplar del periódico político literario La Mañana de este día, donde reza:



Iba yo en compañía de dos figuras: una estudiosa de la Villa y Corte desde mucho antes de serlo y un sereno del XXI, erudito en cosas de los madriles.

Habíamos caminado desde Alcalá rumbo a la Corredera de San Pablo, donde se encuentra el elegante teatro, guiados por el plano de Morales, Peñas y Neussel (editado ese año) que nos orientaba por el entramado de calles anteriores a la Gran Vía.


"Madrid. Planos de población. 1880 "
José Pilar Morales, Pedro Peñas, Otto Neussel

© BNE-BDH
Signatura: 1317
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Transitábamos por calzadas incómodas y espacios lúgubres. La estudiosa se mostraba maravillada por el paisaje real que tenía ante sus ojos, muy a pesar de la desconfianza que nos generaban algunos viandantes. El sereno a sus anchas, llevaba el chuzo.

Muy cerca de nuestra ruta –hacia la derecha- estaba el novísimo Circo Teatro de Price.
Casi sin darnos cuenta llegamos a la calle Puebla esquina con Corredera; un poco más abajo luces y aglomeración de público. El vecindario vivía con entusiasmo el vibrante y postinero espectáculo que atestaba la calle. En los balcones se apiñaban los curiosos y algún que otro reportero. Desde la calle Puebla hasta la de Luna no cabía un alfiler y los carruajes avanzaban con dificultad hasta las puertas del precioso coliseo.

Jugábamos con ventaja; sabíamos que el flamante teatro sería llamado “la bombonera”, pero el madrileño de entonces no lo supo hasta el día después, cuando un periodista que firmaba con el seudónimo de “Almaviva” escribía en La Época:
La sala recuerda, por su tamaño y forma, la de Variedades, y por la elegancia y lujo de su decorado á la de la Comedia. Es una preciosa bombonera.
Mientras esperábamos nuestro turno para acceder al recinto, algunas personas hacían comentarios sobre otros asuntos. Unos recordaban la inauguración de la Estación de Delicias, verificada el 30 de marzo del mismo año, y comparaban la cantidad de gente que había acudido al Lara y al otro evento.

Una señora recibió un empujón no intencionado; ipso facto encomendó el alma del causante del accidente al mismísimo “Luzbel” del Retiro. Con el típico gracejo madrileño, la dama enviaba al infierno al susodicho y hacía referencia a la estatua del Ángel Caído, instalada en El Retiro el 29 de abril.

Y si de estatuas inauguradas hablamos, también este año de 1880, se plantaba en la Plaza del Príncipe Alfonso (Plaza de Santa Ana) la estatua de Calderón de la Barca (2 de enero).

Por fin, después de enterarnos de otros cotilleros del momento, la concurrencia comenzó a ordenarse para acceder al teatro. No fue fácil la entrada; las estrecheces de las puertas y el tumulto formado en el vestíbulo nos impedían subir por una de las dos escaleras que conducían a los pisos superiores y camerinos de los artistas.
Una vez arriba quedamos asombrados al contemplar la sala y no pudimos hacer otra cosa que exclamar a media voz: -¡Sí que es una caja de bombones!
Tres pisos, 39 palcos y 380 butacas en 14 filas; dos anfiteatros y capacidad para 900 personas.

Las barandillas de hierro colado formando grecas de color plomizo claro y oro, el reluciente y sencillo decorado resaltando sobre el rojo oscuro del papel de las paredes. Todo a estrenar, casi recién instalado. Eso hizo brillar nuestros ojos, estábamos contemplando el teatro lleno de vida, recién nacido; joven, exultante, sin la pátina que el tiempo deposita sobre todas las cosas.

En el techo una magnífica pintura, alegoría del arte, pintada por el maestro Contreras, y en el telón, copiando un rico cortinaje similar al del Teatro Apolo, se veía entre sus pliegues otra alegoría.
La decoración había estado a cargo del maestro Dardalla, y los decorados de escena correspondían a Julio Bulumburu.

Allí estaban, brillantes e inmaculadas, las butacas originales, las de rejilla, separadas convenientemente entre fila y fila.

Una veintena de candelabros de bronce iluminaban todo lo descrito con intensa luz de gas, con tres bombas en los palcos del entresuelo, dos en el anfiteatro y una en la última galería.
A las pruebas de iluminación, verificadas la noche del 14 de julio, asistió mucha gente que tuvo la oportunidad de contemplar el edificio en todo su esplendor.

Era normal que el público se apuntase a la inauguración de la iluminación, desde abril la prensa venía hablando de don Cándido Lara y su teatro. Crecía la expectación del pueblo para conocer el que decían era un teatro elegante, más pequeño que el de la Comedia pero sin nada que envidiarle.

Volvamos a nuestro palco. Pasados los momentos de emoción, nos pusimos a fisgonear para reconocer al selecto público. Del Madrid más postinero que allí estaba el sereno pudo reconocer a unos cuantos peces gordos y algunas señoras de copete. Poco antes había reconocido a la señorita Dolores Abril y al señor Julián Romea, artistas que actuarían en el Lara.

La estudiosa de la Villa identificó inmediatamente a la duquesa de Ahumada, a la condesa de Heredia-Spínola y a la marquesa de Álava. Dudó de otras nobles damas, porque en los lienzos se las pintaba muy guapas pero en vivo y en directo era todo lo contrario.

Yo, que en los tiempos de hoy estuve haciendo un trabajo sobre los circos de Madrid, pude reconocer a varios empresarios de teatro. Allí estaban Rovira y el polifacético Felipe Ducazcal, entre otros de los muchos que fueron a conocer al recién nacido rival.

FELIPE DUCAZCAL

Hubo un instante de revuelo.
Se cruzaban las miradas entre el público; murmullos; algún grito emocionado; luego un silencio solemne. Maravillados quedamos al ver entrar a Su Alteza Real la Serenísima Señora Doña Isabel de Borbón y Borbón, princesa de Asturias, condesa viuda de Girgenti, que así la anunciaron.
Nuestra queridísima Chata se disponía a ocupar el palco real en compañía de la marquesa de Nájera y de la condesada Superunda.

"La Princesa de Asturias y las Infantas Eulalia, Paz y Pilar"
Fernando Debas, Madrid (1875)

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Signatura: 17/176/24
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Tan solo unos días más tarde, el 11 de septiembre, su regio título de princesa de Asturias pasaría a la recién nacida María de las Mercedes de Borbón y Habsburgo-Lorena.

A las ocho y media de la noche se abre el telón. En escena la obra Un novio a pedir de boca, de Bretón de los Herreros, interpretada por las actrices Dolores Abril, Matilde Rodríguez y Balbina Valverde, y los actores Julián Romea, Antonio Riquelme, Arana y Cachet; toda una compañía de categoría.

Aplausos, vítores y aclamaciones. Don Cándido Lara, recién estrenado empresario de teatro y alejado de las armas de carnicero, asentía con la cabeza.

Como fuera poco lo que acabábamos de ver y disfrutar, la compañía se arrancó con La ocasión la pintan calva, de Ramos Carrión y Vital Aza, una obra de repertorio que “agrada más cuanto más se ve” –según el comentario de un orondo y bigotudo señor que teníamos al lado.

Poco a poco se vacía la sala. El ruido de los ropajes de las damas resulta curioso y la galantería de los señores, exquisita. Los candelabros van atenuando su luz y el teatro queda en soledad, evocando los ecos de aplausos y vivas.
Don Cándido se marcha con varios señores; está orgulloso y comenta la jugada. No sabe que su teatro del barrio de Malasaña celebrará un día su ciento treinta y seis aniversario.

Fuera, en la calle, huele a excremento de caballos, a puros habanos y a frituras. La gente se dispersa haciendo comentarios; unos a pie y otros en carruajes de diversos modelos y categorías.

Mucho más podríamos contar de la “bombonera”, pero nuestra visita acaba con la inauguración de 1880. Raudos volvemos al punto de partida, la irreconocible calle de Alcalá. El sereno lleva encendido su farol y su chuzo inspira seguridad.

La estudiosa de la Villa no puede evitar echar un último vistazo a la despoblada calle, era noche cerrada y luces tenues nos vigilaban desde la Casa del Ataúd y el palacio de la duquesa de Sevillano.

Nos desvanecemos justo frente al precioso Teatro de Apolo, con ganas de quedarnos al estreno de La verbena de la Paloma… pero eso era esperar mucho tiempo.



Bibliografía
El viaje en el tiempo está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.

En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2016) "Inauguración del Teatro Lara. Madrid, 3 de septiembre de 1880", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/ ISSN 2444-1325 [VER: "Uso del Contenido"]

Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación.
En todas las citas se ha conservado la ortografía original.

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Coplas del domingo en miércoles. Noche estival. Madrid, 1904

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Publicamos nuestra tradicional copla del domingo pero esta vez en miércoles. Y lo hacemos coincidiendo con el calor que hizo en aquel Madrid de agosto de 1904 -más comprensible que el de estos días de septiembre del siglo XXI.
El martes 4 de agosto de ese año, ciento doce años atrás, la temperatura máxima alcanzada fue de 40,4º a la sombra y 44,8º a la intemperie.

Ese mismo día publicaba el Heraldo de Madrid una graciosa copla de Antonio Casero que llevaba por título "Noche estival", e iba dedicada a su amigo Alejandro Saint-Aubin.[1]

Don Antonio Casero ya publicaba coplas en el Heraldo pero aun no tenía su exclusiva columna de los domingos; las entrañables “Coplas del domingo” que hacían reír al madrileño de antes, y también al de hoy a través de nuestro blog.

Con motivo de la celebración de un concurso de coplas organizado por el citado periódico en 1902 – y cuyo resultado se conoce el día 1º de enero de 1903-, se dice de Antonio Casero:
El poeta de las chulaperías, de los dichos y escenas de los barrios bajos; el aplaudido sainetero, muchas veces celebrado, acudió al certamen del HERALDO, y en él ha merecido una de las dos menciones especiales propuestas por el Jurado.
Es un joven lleno de alientos y de esperanzas.
Madrileño nato, dedica su talento á la pintura de las costumbres del pueblo en que nació.
Por su gusto resucitarían manolas y chisperos, jayanes de la Morería y guapos de Maravillas.[…]”

Dicho esto, recuperamos del pasado la copla costumbrista de don Antonio

NOCHE ESTIVAL
—Están ustes enfringiendo
y hollando las ordenanzas
y quitándole á la vía
la prespetiva que falta,
y en cuanto que yo me atufe
y use el derecho de guardia,
va á quedar esto más limpio
que una tacita de plata.
—Vamos, tú, despierta Ulogio,
que está perorando Maura,
—¡Kikirikí!
—A ese gallito
me lo meriendo yo en salsa.
—Miá que son ustés tragones
los del monecipio.
—Paca, trae la botija,
que viene la autoridaz sofocada.
—¡Cuidao con las eruciones!
—Marcelina, que le traigan
un azucarillo al pollo.
—Cuidadito con la guasa,
que de mí no se chulea
el populacho.
—¡Qué gracia!
¿dónde se ha dejao usté el yate?
—Hija, en los baños del Niágara;
miá que tiés unas preguntas,
que ni las hace el Ripalda.
—Cuidadito con las frases
y palabritas picadas.
—Más pica usté, que es guindilla
de nación, y se le aguanta.
¡Camará con Romanones
y qué genio que segasta!
¿dónde quié usté que pasemos
la noche al fresco?
—En la cama.
—¿Dónde quié usté que se aspire
oxígeno puro?...
— En casa.
—¡Hay coleoteros!
—Puede.
—¿Cómo?
—Puedo que los haiga,
—Denos usté un kilométrico
pa dir á tomar las aguas
de la Porqueriza.
—Oye,
que saquen una butaca
y que nos cuente ese cuento
de Bortoldino.
—¡Qué gracia!
Son ustedes más jucosos
que un pulichenela.
—Anda,
usté perdone, almanaque
de la risa; miá quién habla,
y paece usted propiamente
el argumento de un drama.
—Oye, Pepa, esconde al niño
que no le vea la cara
á este señor, no se crea
que es Herodes.
—Me dan ganas
de llevarle á usté á la preven
por incorreto y patarra.
—Hace calor.
—¡Uy, qué miedo!
—¡Manolo!
—¡Qué quieres!
—Saca
el aristón, pa tocarle
á este señor cualquier marcha,
a ver si con el tecleo
le bullen los pies y arranca,
porque miá que si pernozta
nos va á amargar la velada.
— Me voy por no ver lo inculta
que está todavía España,
y por no verles á ustedes,
que son fieras mal domadas.

—¡Adiós, Bidel!
—¡Adiós, Ninchi!
—Recuerdos á doña Urraca.
— Cuidao con los automóviles,
que hacen pupa cuando pasan.
—Y que escriba usté en llegando.
—Y ponga usté un telegrama.
—Y que se alivie la niña.
—Y recuerdos á la gata.
—Sí que le habéis dicho cosas
al hombre.
—Que no se salga
por peteneras, diciendo
que hollamos las Ordenanzas;
¿ú es que no va á poder una
salir del cajón de pasas
donde una vive, si es eso
vivir?
—¿Pero pa qué hablas
con el señor Caralampio
si perteneció á la rama
d'arcabuceros, y es clari
que abone á los de su casta?
—Además, no es socialista
ni demagogo.
—Ni falta.

—A ver esa del segundo,
que se la caen las enaguas;
bien podía usté tenderse
la ropa por las mañanas.
—Y ustedes podían dirse
á dormir y no dar lata,
que paece que vive una
al lao del Congreso.
—Guardias,
auxilio, que se costipa
un loro, y es una lástima.
—Que le arropen.
—Qué chistosos
son ustedes.
—Que nos traigan
al orador pa que vea
que infringen las Ordenanzas.
—No me importa; si mi esposo
es de Policía urbana.
—¿Su esposo?... ¡Quite hierro,
su administrador, y gracias.
Pues no presume usté poco,
y se pone poco ancha
con el cuarterón de hombre
que tié usted, ¡valiente alhaja!
Paece un día de tormenta.
—Perdone, no me acordaba
que á usté la pintó Murillo
un esposo.
—Vaya, vaya,
que está amaneciendo, niñas.
—Cállense ustés, que ya canta
la cordoniz.
—Marcelino,
levántate, que ya pasan
las burras de leche.
—Chicas,
descansar, y que no haiga
custiones.
—Lo mismo digo.
—¡Sereno!
—Estará en la tasca!
—Señores, que ustés descanséis.
—Hasta luego.
— Hasta mañana.
Antonio CASERO

Esta copla, típicamente sainetera, iba acompañada de una ilustración cuyo autor desconocemos. En ella quedan plasmados sus intérpretes: el erudito guindilla y una tropa de vecinos muy singular.
Prescindimos del habitual dibujo que realiza el autor del blog y damos protagonismo al de 1904.

Heraldo de Madrid, XV (5.009) Madrid, 1904
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© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325

Bibliografía
Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.

En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2016) "Coplas del domingo en miércoles. Noche estival. Madrid, 1904", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/  ISSN 2444-1325

Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación. 
En todas las citas se ha conservado la ortografía original.


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La saga Baüer y su palacio de la calle San Bernardo (#Punto Historia)

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En el número 44 (antiguo 54) de la calle de San Bernardo, hoy Escuela Superior de Canto, se encuentra uno de los palacios más postineros de los siglos XIX y XX, y sede de la Banca Baüer.

De Luis García, CC BY-SA 3.0,
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Sirva este edificio como punto de partida para ahondar en la historia de la poderosa e influyente familia Baüer; una saga de banqueros judíos afincada en Madrid en el siglo XIX con amistades en todos los sectores de la alta sociedad y la política, incluida la Casa Real, desde Isabel II hasta Alfonso XIII.
Además del palacio de la calle San Bernardo, la familia fue propietaria de la Casa de Gentilhombres de La Granja y de El Capricho de la Alameda de Osuna, entre otros inmuebles.


El palacio Baüer
El conocido como palacio Baüer forma parte del conjunto de casas señoriales construidas en aquella zona casi periférica del Madrid dieciochesco, muy relacionada con la nobleza y con vecinos importantes, miembros ellos del Consejo Real y Supremo de su Majestad.

En nuestro artículo sobre las memorias de la calle del Pez encontramos que en el siglo XVIII se afincaban en esta emblemática calle algunas personas nobles y miembros de la Real Junta General de Comercio, Moneda, Dependencia de Estrangeros y Minas, Consejo Real y Superior de las Indias, y hasta un negocio llamado “LA ÚNICA”, dedicado a la compra-venta de fincas y préstamos hipotecarios.

Visto así, es posible que los Baüer eligiesen esta zona y ese palacio para instalarse cerca de personas influyentes o, al menos, para permanecer aglutinados financieros y aristócratas, tan relacionados los unos con los otros.


Ubicación del palacio y una aclaración
El palacio está ubicado frente a la calle de San Bernardo, entre las de Pez, travesía de las Pozas (antigua calle de la Concepción) y calle de las Pozas. Como hemos comentado, en él se emplaza en la actualidad la Escuela Superior de Canto, donde antes había estado el Real Conservatorio de Música y Declamación y temporalmente la Escuela de Arte Dramático y Danza.


Plano de Nicolás de Fer (1706)
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LIBRO QUINTO DE LA PLANIMETRÍA GENERAL DE MADRID
MANZANA 490
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Consulta catastral 11/09/2016
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Es indudable que no somos los primeros, ni los únicos, que hablamos del palacio Baüer o Bauer; existen muchas publicaciones sobre este edificio. Como referencia hemos elegido el artículo publicado por nuestra compañera Mercedes Gómez, quien en su blog Arte en Madrid nos cuenta:
Y el Palacio Bauer en el nº 44, que se ha podido visitar a lo largo de este mes de septiembre gracias al programa de la Comunidad de Madrid Bienvenidos a palacio.
Comienza la explicación de nuestra guía, Elena, con una importante aclaración, que agradecemos:
En algunas publicaciones, en internet o impresas (incluido el folleto oficial que nos entrega antes de la visita), aparece que el Palacio Bauer fue construido en el siglo XVIII “para los marqueses de Guadalcázar”, pero este dato es erróneo. Y aprovecha para recordarnos algo que olvidamos demasiado a menudo: no se deben copiar las informaciones ajenas sin intentar contrastarlas pues a veces ocurre lo que en este caso, un autor copia a otro, éste a otro… y así un error se va transmitiendo infinitamente. […] La verdad es que el Palacio que fue propiedad de los marqueses de Guadalcázar no es el que perteneció a los Bauer, en el nº 44, sino el hoy llamado Palacio de Parcent, ubicado en la misma calle de San Bernardo, en el nº 72. […] En cuanto al Palacio Bauer, era la antigua Casa nº 4 de la manzana 490, actual nº 44 de la calle de San Bernardo, que a mediados del siglo XVIII era propiedad de la Casa Noviciado de la Compañía de Jesús. […]”
Dicho esto, y atendiendo a las aclaraciones de la guía, que son refrendadas por Gómez, nos sumamos a esta afirmación aportando nuevos datos.

A tenor del comentario que hemos encontrado en la Revista Musical Ilustrada RITMO de mayo de 1943, parece ser que las equivocaciones sobre quiénes fueron los primitivos propietarios del edificio viene de antiguo. Un artículo titulado “Inauguración del nuevo edificio del Real Conservatorio de Música y Declamación” ofrece la siguiente información:
“[…] instalado magníficamente en el vetusto palacio de la calle de San Bernardo, 44, frente por frente a la Universidad Central, mandado construir por los Marqueses de Valparaíso-no los Marqueses de Perales, como por error se ha dicho-y reconstruido ahora por el Estado, al adquirirlo de sus últimos propietarios, señores Baúer […]”
Este marquesado fue creado por Felipe IV (1632) a favor de Francisco González de Andía-Irarrázabal y Zárate, I marqués de Valparaíso. Quizá la construcción del palacio se deba al VII marqués, pero eso es un dato que debemos contrastar.

Quien aquello afirmaba era el arquitecto Rodrigo Poggio, director de las obras de reforma y restauración del palacio.

Y ya que hablamos de la inauguración del Real Conservatorio de Música y declamación, debemos apuntar que la adquisición del palacio de Baüer para ese fin la realizará el Padre Nemesio Otaño por 750.000 pesetas.
Los que habéis visto estos sombríos muros, desposeídos de los ricos atavíos de sus últimos moradores y manchados y maltrechos por los milicianos rojos, que aquí tuvieron un cuartel, y os disteis cuenta de los rincones y laberintos de esta casa, sin un plan arquitectónico de conjunto, podréis ahora apreciar mejor la considerable labor que aquí se ha realizado […]”
Fragmento del discurso inaugural pronunciado por el director del Conservatorio, Padre Otaño, el día 16 de mayo de 1943.

Para establecer decorosamente el de Madrid [el Conservatorio], se adquirió el actual palacio, que con celo inigualado el P. Otaño, quien a sus condiciones de músico insigne une las de organizar extraordinario, ha convertido en albergue digno y magnífico del primer centro musical de la nación, desterrando para siempre la vergüenza de que un centro de esta categoría arrastrara una vida precaria en locales impropios de la dignidad de la función docente. Para honra del régimen que preside el Caudillo, es hoy motivo de honda satisfacción incorporar una obra ten llena de posibilidades a las muchas que en el ámbito de las Bellas Artes lleva realizadas este Ministerio.
Fragmento del discurso inaugural pronunciado por el Ministro de Educación Nacional, Sr. José Ibáñez Martín, en el Conservatorio el día 16 de mayo de 1943.


Fisonomía del palacio
Desde su construcción, en el siglo XVIII, el edificio ha cambiado de fisonomía en varias ocasiones, alcanzando su máxima elegancia y esplendor en tiempos de los Baüer.



En sus inicios fue un caserón de pisos, con portal y acceso directo a las plantas altas por una escalera principal. Más tarde, por encargo de los Baüer al arquitecto y artista Arturo Mélida y Alinari, se acometerán grandes obras de reforma.

Se construirá una escalera más solemne y de mayor importancia, habilitándose diversos y lujosos salones. Dotar al edificio de mayor amplitud conllevará la desaparición de traviesas y algunos pisos que conservaban la estructura clásica de las construcciones del siglo XVIII.

Debemos tener en cuenta que una parte del palacio la ocupaba la Banca Baüer, por lo que en la distribución existía una zona independiente para despachos de trabajo y recibir, además de una caja fuerte. Anejo a esas dependencias, en el interior, salones, estancias al uso de la época, recepción y comedor oficial.

Una serie de escaleras interiores y angostas, con estratégicos accesos a todas las estancias de la casa, estaban destinados al uso de la servidumbre. Los dormitorios de esta servidumbre se ubicaban en la tercera planta.

Otra escalera, en este caso de caracol, se situaba en el salón de baile y tenía por objeto la mejor visualización del pintoresco espectáculo desde una galería superior.

En cuanto a descripciones de la decoración, cedemos el testigo a nuestra compañera Mercedes Gómez y su citado artículo, añadiendo por nuestra parte que alguno de los valiosos tapices que adornaban las paredes ciegas serían colocados años más tarde en el Banco de España, fruto de la testamentaria de don Ignacio Salomón Baüer Landauer.



Por su parte, un bellísimo jardín interior y de carácter romántico hacía las delicias de la alta sociedad madrileña en época estival. Según comparaciones de la época, nada tenía que envidiar al del palacio del marqués de Vega-Inclán, hoy Museo del Romanticismo.



Al estallar la Guerra Civil todo el edificio será ocupado por las milicias, lo que implicará un posterior estado de ruina y abandono.

En la década de los cuarenta volverá a sufrir reformas, perdiendo parte del proyecto de Mélida, y dando paso al Real Conservatorio de Música y Declamación (1943).

Las siguientes imágenes muestran la fisonomía del palacio con sus estancias convertidas en salas del Conservatorio.

Aula de piano

Clase de Danza y Ritmo

Despacho y Estudio del Padre Otaño

Salón de visitas de la Dirección

Salón de actos

En 1966 el Conservatorio será trasladado nuevamente a su antigua sede del Teatro Real y el palacio quedará en estado de abandono.

Más tarde, en la década de los setenta, el palacio será declarado monumento histórico-artístico. Posteriormente se acometerán obras de restauración para la instalación de la Escuela Superior de Canto que hoy perdura.


BOE nº 69 de 21 de marzo de 1972, pp. 4970-4971
Origen de los documentos: Agencia Estatal del Boletín Oficial del Estado
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El teatro Ida
Era en el salón de baile donde la esposa de Ignacio Salomón Baüer Landauer, baronesa Ida Morpurgo, organizaba obras de teatro infantiles en las que participaban sus hijos y los de la aristocracia madrileña. Tanta fama tenían estas representaciones que en las crónicas de sociedad el palacio era denominado Teatro Ida, nombre de pila de la baronesa.




La saga Baüer
Ignacio Salomón Baüer Landauer [1] (Budapest, 1827-Madrid, 1895) llegaba a Madrid en la segunda mitad del siglo XIX como representante de la Casa Rothschild en España.

Perteneciente a una saga de banqueros judíos, Ignacio contrae matrimonio en 1864 con la baronesa Ida Morpurgo en Trieste. De esta unión nacerán cuatro hijos.

El banquero no tardará en hacerse con la simpatía de la Corona, tal es así que en 1863 la reina le concede Regium exequatur con nombramiento de cónsul general de Hamburgo en la Corte madrileña. Esto es peccata minuta comparado con el amplio abanico de cargos que llegó a desempeñar y que conformaron un peligroso entramado de empresas y sociedades en beneficio propio y de la poderosa Rothschild.

Fue director del Banco Español de San Fernando; formó parte del Consejo de administración de la línea ferroviaria MZA, de las Minas de Río Tinto, las de Almadén, y la Sociedad Minera y Metalúrgica Peñarroya, entre otras sociedades mercantiles y de beneficencia.

En un principio su actividad se desarrolla como agente de Rothschild conjuntamente con Daniel Weisweiller. Éste llevaba todos los asuntos de Rothschild en España desde 1835 y se asocia con Baüer en 1855 para fortalecer sus intereses. Nace entonces la Weisweiller & Baüer Cía, entidad que funcionará hasta 1892, año de fallecimiento de Weisweiller.

La siguiente noticia da cuenta del poder de Rothschild en España a través de sus agentes en Madrid:



En esos tiempos se suceden los sobornos, siendo uno de los más sonados el del contrato de Almadén de 1870, en el que se beneficiaron altos funcionarios del ministerio de Hacienda. En todos esos chanchullos Weisweiller y Baüer se mantenían en la sombra.

Fallecido Weisweiller, Baüer tomará las riendas de la agencia bajo su nombre desde 1892 hasta 1894.
Como hemos dicho anteriormente, Ignacio contrae matrimonio en 1864 con la baronesa Ida Morpurgo. De esta unión nacerán Gustavo (1865-1916), Paulina (1869-?), Manuel (1872-1895) y Fernando (1873-1943).

La buena relación de Ignacio con la Corona, nobles y otras personalidades de la alta sociedad, servirá para hacerse con participaciones en muchos negocios y ubicar a su hija entre los Grandes de España. Así, Paulina Baüer Morpurgo se convertirá al catolicismo y adquirirá el título de marquesa de Villamanrique al contraer matrimonio con Mariano Ruiz de Arana, primogénito del duque de Baena y marqués de Villamanrique. [2]




Muerte del patriarca
El 25 de mayo de 1895 se conoce la noticia del grave estado en que se encontraba Ignacio. A las seis y cuarto de la mañana del día 30 fallece en su palacio de la calle San Bernardo.



Gran multitud de personas pasarán por la casa mortuoria para dar el último adiós al banquero, al amigo, al benefactor. Su viuda hará repartir dinero entre los más necesitados como muestra de la benevolencia de Ignacio, quien era conocido por su poder pero también por su caridad.
Sus restos fueron trasladados a París desde la Estación del Norte, el 1º de junio de aquel año.

Ironías de la vida, los primeros días de agosto de ese año fallecerá su hijo Manuel Baüer Morpurgo en la residencia que la familia tenía en La Granja.


El heredero de un imperio financiero
Seguirá los pasos de Ignacio Salomón Baüer Landauer en el ya consolidado negocio su primogénito:

Gustavo Baüer Morpurgo (1865-1916).
A él se debe, además de otros asuntos, la remodelación del palacio de la calle San Bernardo y la compra en subasta pública de El Capricho.

Gustavo había comenzado a colaborar con su padre desde muy joven, por lo que conocía perfectamente los entresijos de los negocios financieros. Además, será un poderoso mecenas de gustos refinados. Su entusiasmo por las Bellas Artes le llevará a reunir una valiosa colección de obras de autores como Moreno Carbonero, Arturo Mélida, Mariano Benlliure, entre otros.

Como era tradición en el hogar de los Baüer, continuarán los famosos banquetes, tertulias y bailes del palacio de la calle San Bernardo, sumando a estos los celebrados en la nueva propiedad de la Alameda de Osuna.

En 1889 contraerá matrimonio con una prima carnal, Rosa Landauer. Fruto de esa unión nacerán tres hijos: Alfredo, Ignacio y Eduardo.

Fundará la Baüer & Cia. (1898-1908) y después la Gustavo Baüer (1908-1917).

Incursionará en la política como diputado por Coruña en 1910 y senador por Orense en 1914, 1915 y 1916.


Temprana muerte
Gustavo fallecerá en El Capricho el 23 de noviembre de 1916. La diabetes que padecía fue deteriorando su salud y la muerte le sorprendió en el palacio de Osuna, donde se había retirado a descansar.

Por expreso deseo del difunto no se colocaron esquelas en la prensa ni se hicieron invitaciones  para el funeral. A pesar de su riqueza el banquero siempre había sido muy modesto, por lo que el entierro se celebró de forma extremadamente discreta y sencilla, sin ceremonia alguna, con la presencia de la viuda y sus hijos y la asistencia del duque de Baena; el expresidente del Consejo, D. Eduardo Dato Iradier; el marqués de Urquijo y otros pocos amigos íntimos.

Desde El Capricho fue conducido el cadáver en un furgón al Cementerio de los Ingleses, donde esperaban el embajador de Francia, Monsieur Geoffray; el consejero de la embajada, Monsieur Vieugué, y poco más.

“Panteón de la familia Bauer situado en la zona con mayor presencia de tumbas hebreas.”
© Un paseo por la Memoria 2014
https://unpaseoporlamemoria.com/2014/08/05/los-secretos-del-cementerio-britanico-de-madrid/

La viuda mandó colocar un libro de condolencias en el palacio de la calle San Bernardo, donde, como en tiempos de don Ignacio, muchas personas de distintos estratos sociales pasaron a dar su pésame.


Los hijos de Gustavo
A la muerte de Gustavo, Eduardo Dato Iradier ocupará su puesto de presidente del Consejo de administración de la MZA (Dato era amigo íntimo de la familia). Más tarde renunciará en favor de Ignacio y Alfredo Baüer Landauer, quienes continuarán los pasos de su padre dentro de la Compañía como presidente y vice respectivamente.
Ignacio y su hermano Alfredo fundarán la Casa Baüer & Cia. (1917-1930).

Alfredo Baüer Landauer fue secretario general del Patronato Nacional de Turismo, presidente de la Sociedad Minera y Metalúrgica Peñarroya, además de otros puestos en el ámbito de la publicidad, el cine, la industria agrícola, electromecánica y aviación.



Eduardo Baüer Landauer también ocupará puestos importantes, pero su mayor responsabilidad será la de pertenecer a la Comisión liquidadora de la Compañía Baüer, que estuvo ubicada en El Capricho. Morirá en extrañas circunstancias en 1939; para unos asesinados, y para otros, fusilado al comenzar la guerra civil.


Por su parte, Ignacio Baüer Landauer (nieto), además de los citados puestos que ocupó, se dedicará a la docencia y la publicación de importantes libros, muchos de ellos relacionados con el judaísmo y la "geografía física y humana" de Marruecos. Fue miembro de la Academia de Historia y la de Medicina, entre otras instituciones; diputado provincial de Madrid por los romanonistas, y promotor de la primera sinagoga de Madrid, de la que fue presidente.

Siguiendo los pasos de su padre y de su abuelo, será un gran benefactor de instituciones públicas y privadas, realizando donaciones arqueológicas al Museo del Doctor Velasco (Museo Antropológico) y otros; además de las Bibliotecas públicas del Estado.



Agonía y final de un imperio
El gran imperio Baüer se desmoronará a principio de los años 30 y los descendientes del viejo Ignacio quedarán en la ruina.

Las noticias de los periódicos comenzaban a dar cuenta de la difícil situación de los Baüer y sus negocios, de los cuales algunos se asemejaban a los tejemanejes que son noticia en la actualidad.
La Banca Bauer-Marchal, que vendió el paquete de acciones que tenía de la Banca Arnús, está buscando deshacerse de otro paquete de acciones Pathé.
Veremos quién se traga el paquete.
[La Libertad (Año XIII. Nº 3428, p. 3. Madrid, 15/03/1931]
Y de esos paquetes hubo muchos. Las pérdidas de la Compañía MZA en el ejercicio de 1931 ascendieron a 6.108.926 pesetas, corriendo a cargo del Estado 2.511.716 pesetas.

El sonado caso de la Compañía Porto Pi S.A. en la que estaban implicados banqueros y financieros de relieve como los March, Recasén, Marín Lázaro, el marqués de Cortina, y la Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos, la Compañía Española de Petróleos, el Banco Exterior de España, la Compañía Transmediterránea y la Banca Baüer-Marshall de París, interesada en la citada Banca Arnús, de Barcelona. La Transmediterránea y la Banca Baüer eran propietarias al 50% de la Compañía Porto Pi. En 1930 la primera vende su parte a la Banca Baüer, quedando ésta como propietaria absoluta y reclamando por sentencia de un Tribunal francés una compensación de 34 millones de francos (En algunas noticias de la época se refieren a 40 millones de pesetas).

Un despropósito difícil de resumir en pocas palabras pero que afectaba al Estado español y era similar a los rescates de Bancos de hoy; además de suponer una estrategia para el incremento abusivo en el precio del petróleo. Afortunadamente el engaño al Estado producido en 1927 fue resarcido en virtud del proyecto de Ley de 7 de noviembre de 1932, por el que el Gobierno recuperaría el dinero a través de la Compañía arrendataria del Monopolio del Petróleo. [Gaceta de Madrid número 315, del 10 de noviembre de 1932]



El 2 de julio de 1931 la Banca Baüer presentaba un escrito en el Juzgado de primera instancia solicitando se declarase la suspensión de pagos por un plazo de tres años. La petición estaba fundada en la crítica situación de los negocios en los que participaban y a la depreciación de los valores que tenían en cartera.
Lo mismo ocurrirá un día después con la C.I.A.P. (Compañía Ibero Americana de Publicaciones), que operaba con la Banca Baüer.

El 31 de julio de ese año el diario republicano de Valencia El Pueblo (Ano XXXVIII. Nº 13518, p. 1) publicaba la siguiente reflexión:
Estos días se han producido quiebras que han llamado la atención del elemento financiero y que han pretendido achacar a la falta de protección por parte del Estado. Y es de notar que esa Banca y esas empresas hundidas lo han sido porque recibían un apoyo extranjero y ese apoyo ha ido al traste. Es el caso de la Banca Baüer, que por ser judía aparecía como inalterable en una buena marcha, y sin embargo todos los recatos financieros, martingalas y recelos judíos no han podido detener una caída tan estrepitosa e inesperada. Y por caso natural han ido también al suelo las empresas españolas que recibían su apoyo. No puede ser, por lo tanto, estos hechos motivo de intranquilidad para el comercio.

En noviembre de 1932 se celebra la Junta de acreedores de la Banca Baüer y se firma el convenio que comprendía la cesión de los bienes, muebles e inmuebles personales de la Casa Baüer, de los créditos de la Banca, etc., cuyo conjunto sería liquidado para el pago a acreedores.

Formaban la Comisión liquidadora los siguientes acreedores: Banco Urquijo, Casa Rothschild, Sociedad Ibérica de Construcciones Eléctricas, La Urbana y Eduardo Baüer Landauer.

Dejamos para otro artículo lo ocurrido con El Capricho, propiedad que quiso adquirir el Ayuntamiento de Madrid en 1934, encontrándose con el oportunismo de la Comisión liquidadora de la Compañía Baüer que inflaba su precio al doble de lo ofertado.

En resumen, y habiendo pasado por alto una extensa lista de negocios dudosos y corruptela, aquella poderosa familia que había formado parte de la flor y nata de la sociedad madrileña; que se codeaba con la Corona, a la que facilitaba préstamos con beneficiosas exigencias después; aquella que manejaba los hilos de importantes empresas y era tan avariciosa con unos como benefactora hacia otros, sucumbía sin remedio.



Así, los últimos Baüer serán testigos directos del trágico final de su propio imperio.

Eduardo, como hemos comentado, será asesinado en 1939. Había contraído matrimonio con María López Chicheri y tendrá cuatro hijos: Gustavo, Juan Ignacio, Sonsoles y Patricio.

Por su parte, Ignacio pasará largas temporadas fuera de España hasta que en la década de los 50 se marchará a Suiza. Se había casado con Olga de Gunzburg y no tendrá descendencia.

Alfredo emigrará a México y también perpetuará el apellido. Se había casado con Gisela Von Ephrussi, y de esa unión nacerán tres hijos: Álvaro, Gonzalo y Mariano.


Réquiem por los Baüer
Y hasta aquí esta parte de la historia que ha recordado a los Baüer y su palacio. Otros artículos están en preparación y también hablan de la influyente familia.

Poder, riqueza y ambición. Beneficios y beneficencia. Reconocimiento y notoriedad a caballo entre dos siglos en un Madrid convulso.
De la cima al abismo y posterior olvido; porque...

"... polvo eres, y al polvo serás tornado"






Todo esto que hemos contado refuerza lo que quien escribe relata en el programa El Punto Sobre la Historia que se emitirá hoy:

Viernes 7 de octubre a las 21:30 horas, en Telemadrid



Citas y Bibliografía
[1] En “Las luminarias de Janucá” (Madrid, 1924), de R. Cansinos Assens, Ignacio Baüer es citado como “El viejo Khon”.

[2] NOTA: En algunas noticias de la época se dice “las hijas de los Sres. Baüer”, pero lo cierto es que la otra figura femenina de la casa era Irene Landauer, sobrina de Ignacio, que vivió con ellos desde pequeña, y era hermana de Rosa, mujer de Gustavo Baüer Morpurgo.
En el árbol genealógico, conservado en los archivos de la Casa Rothschild de Londres, aparece el nombre de “María de la Concepción Baüer-Marquesa de Villamanrique”, por eso algunos identifican a Paulina con este otro nombre.


En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2016) "La saga Baüer y su palacio de la calle San Bernardo (El Punto Sobre la Historia)", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/ ISSN 2444-1325 [VER: "Uso del Contenido"]

Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación.
En todas las citas se ha conservado la ortografía original.

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La Confitería Hidalgo de la calle Barquillo. "Casa especial en bombones"

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En la emblemática y transitada calle Real del Barquillo -que así se llamaba en tiempos de Fernando VI-, se inauguraba quizá en la última década del madrileño siglo XIX la postinera Confitería Hidalgo. El primer anuncio publicitario que encontramos sobre este selecto comercio data del año 1891.


Antes de Hidalgo era conocido como de Paricio, por lo que el negocio ya existía y en 1891 se hará con él un antiguo dependiente de la confitería Roldán, con doce años de experiencia en pastelería y confitería.

Estaba ubicada en el número 9 de la calle Barquillo, muy cerca de la Plaza del Rey y el mítico Circo Teatro Price. Más allá, en dirección a la casa de Tócame Roque, otro teatro, el Infanta Isabel.

Tuvo por vecino y competidor al también lujoso comercio "La Villa de Mouriscot", pastelería que estaba en el número 12, en la acera de enfrente y a escasos metros. Esta tienda tenía sucursal en Serrano, 28.

Encantadora, señorial y al gusto de la época era la fachada de Casa Hidalgo, con dos atestados escaparates y una única entrada. Su mayor reclamo, las "cajas para bodas".



A tenor de la información recabada, Hidalgo era una tienda asociada o de propiedad de Sobrino de Guinea, industrial afamado en la Villa y Corte por su Casa Sobrino de Guinea de la calle Carretas, números 27 y 29. Este comercio, que se anunciaba como "Confitería y Repostería", preparaba exquisitos roscones de Reyes con sorpresa... nada menos que una moneda de 25 pesetas, además de otros obsequios y almanaques.

En Navidad ofrecía excelentes mazapanes y turrones, muy cotizados en la Villa y Corte como en todas las provincias españolas, donde eran recibidos sin coste de envío.

En esencia, la Casa Sobrino de Guinea era un símil del primitivo Lhardy, con escaparate poblado de manjares, como jamones en dulce, pavos trufados, perdices en galantina, exquisitas empanadas de salmón, langosta o merluza, gran variedad de fiambres, dulces y una nutrida variedad de vinos y licores. El almacén de estos vinos espirituosos estaba en la calle Arenal, 2.

Dos graciosos eslóganes de 1892 y 1893, respectivamente, patrocinaban el Cognac de Moguer que allí se vendía:

"¡Viva el amor!
¡Viva el placer!
¡Viva el cognac!
¡El de Moguer!"

"Cuando venga al mundo un ser
de endeble constitución,
echadle en el biberón
Gognac fino de Moguer."



Confitería Hidalgo, "Casa especial en bombones"
Desde sus comienzos, y contando con el aval de la Casa Sobrino de Guinea, la Confitería de Hidalgo supo hacerse con una clientela selecta y de altos vuelos.
Con frecuencia se anunciaba en las crónicas de sociedad la presencia de Hidalgo como encargada del lunch o banquete en bodas de postín. Además, por la elegancia en el embasado de sus productos se había hecho con clientes de todos los estratos sociales.

Comprar unos deliciosos bombones en Hidalgo implicaba salir de allí con un precioso y elegante cofre profusamente decorado.

El interior del establecimiento era fiel reflejo del buen gusto y pompa de tan afamada firma; por él pasaron miembros de la alta sociedad madrileña de dos siglos.



La siguiente imagen corresponde a una factura de 1916 (más de cien añitos ya) cedida por el portal Todo Colección. En ella podemos ver el nombre del cliente, la "Excelentísima Señora marquesa viuda de Castrillo"; el producto adquirido, "Caja de raso con dulces y bombones finos", y el precio, veintidós pesetas con diez céntimos.
Ya desde 1901 la Confitería se había convertido en "Casa especial en bombones".


Cortesía de www.todocoleccion.net

También podemos apreciar que en ese año ya no figura Sobrino de Guinea sino el Sr. Francisco Pérez como sucesor. Más tarde, en los años 20 del pasado siglo, en los membretes figurará "Sucesores de Francisco Pérez". En algún momento Sobrino de Guinea se desprende de ese negocio y continúa con el de la calle Carretas al menos hasta 1935, año en que deja de aparecer publicidad en la prensa.

Como hemos comentado, para banquetes de postín y suministro a casas aristocráticas, ahí estaban los productos de Hidalgo. Los conocemos a través de estos anuncios:

AÑO 1891
AÑO 1900
AÑO 1901
AÑO 1903
AÑO 1909
AÑO 1912
AÑO 1915


Proveedor de la Casa Real
Y si su clientela era selecta, aún lo fue más cuando la reina Victoria Eugenia visitó la tienda en 1919 y disfrutó de sus exquisitos productos y delicados embalajes. Prueba de ello es esta fotografía -posiblemente de Salazar-, publicada en La Esfera (Ano VI. Núm. 280. Mayo de 1919).



Las famosas cajas de Hidalgo
Por cortesía de www.todocolección.net podemos mostraros el producto estrella de la confitería, sus cajas pintadas al óleo y fabricadas con materiales nobles y finísima artesanía.
La primera caja es de finales del siglo XIX y está coloreada a mano.


La siguiente caja es de principios del siglo XX, está confeccionada en tela y cartón con exquisitos acabados.

La última caja es de los años 20 y en esta ya aparece la etiqueta como "Sucesores de Francisco Pérez", nada que ver con otros sucesores del mismo nombre que eran fabricantes de tejas planas, con fábrica en Villaverde y Casa expositora en la Puerta del Sol, número 14.


Tal era el éxito de sus artesonadas cajas que en la prensa se anunciaban los nuevos modelos, y lo hacian de esta guisa:
La aristocrática confitería Hidalgo (Barquillo, 9), en la que siempre se exhiben las últimas novedades en cajas del mejor gusto para regalar los dulces de bodas, bautizos y cruzamientos, acaba de poner á la venta la última creación de sus modelos exclusivos. Son cajas con aplicaciones de cristal, placas metálicas y finísima piel que por su originalidad están siendo preferidas por las personas de buen gusto. De dichas cajas tiene ya varios encargos para las bodas que hemos anunciado en nuestras «Noticias de Sociedad». Recomendamos á cuantos necesiten estos artículos que visiten esta casa, la cual, dentro del buen gusto que la distingue, tiene de lo más rico á lo más moderno.

En enero de 1957 recibirá un premio, junto a otros comercios, correspondiente al Concurso de escaparates e iluminaciones comerciales promovido por el Círculo de la Unión Mercantil y el Ayuntamiento de Madrid.

En 1972 deberá abandonar su primitivo local de la calle Barquillo, 9 (entonces número 15), por derribo del edificio. Continuará atendiendo a su clientela en el número 10 de la misma calle, "bajo la misma dirección e iguales normas comerciales, con los mismos artículos, especialidades, etc., donde espera y atenderá con la consideración, respeto y afecto debidos que siempre ha sido su norma a todos sus antiguos clientes y amigos."

En 1974 anunciaba que habían acabado las obras de reforma de su taller, ofreciendo "nuevamente" todos sus productos y objetos de regalo. Para entonces Casa Hidalgo contaba con dos filiales: El Buen Retiro (Goya, 17) y Passy (Martínez Campos, 39).


Adiós a Casa Hidalgo
El 13 de junio de 1978 la Casa Hidalgo cierra definitivamente las puertas del local de Barquillo, 10. Continuará ofreciendo sus servicios en la calle Goya, 17.



Y así termina la historia de la "Casa especial en bombones" de Barquillo, 9. Muchas pastelerías han sobrevivido, entre ellas Casa Mira, La Mallorquina, El Riojano, La Duquesita y otras.

Nosotros hemos recordado un comercio más de los tantos que han caído en el olvido; esos que también forman parte de la historia y costumbres de nuestra ciudad y que han desaparecido de la geografía urbana de Madrid.



Bibliografía
De las imágenes:
- Archivo HUM (Historia Urbana de Madrid)
- Archivo Regional de la CAM
- Portal de coleccionismo "todocolección. net"

De los anuncios publicitarios:
- BNE (Hemeroteca digital)
- Archivo HUM

Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.

Otra referencia en este blog: https://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/2013/04/madrid-22-de-abril-de-1913.html

En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2016) "La Confitería Hidalgo de la calle Barquillo. "Casa especial en bombones", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/ ISSN 2444-1325 [VER: "Uso del Contenido"]

Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación.
En todas las citas se ha conservado la ortografía original.

© 2016 Eduardo Valero García - HUM 016-003 RECUPAPEL
Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325

El Aparcamiento mecánico de la calle Maestro Guerrero. Madrid, 1969

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Justo detrás del edificio España, sobre la calle Maestro Guerrero (llamada antes de Castro), y haciendo esquina con las de San Leonardo y los Dos Amigos, se levantaba en 1966 un estacionamiento mecánico giratorio que ensombrecía casi por completo la ya escondida iglesia de San Marcos.

"A la derecha puede verse el estacionamiento de vehículos vertical oculto por una “fachada” de planchas metálicas, montado y adosado a una de las medianerías que quedaron vistas tras los derribos de 1943 y que aquí, concretamente, correspondía al Convento de las Arrepentidas. El estacionamiento estaba prácticamente terminado en octubre de 1966. Obsérvese el acabado fingido de la fachada, de lógico y grato aspecto, frente a la descarnada fachada actual en un agrio ladrillo visto.Informe sobre el edificio de España y su circunstancia urbanística."
© 2014 Pedro Navascués Palacio
Plaza de España. Información complementaria
© Ayuntamiento de Madrid - Área de Gobierno de Urbanismo y Vivienda
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-004 RECUPAPEL
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Esta zona de Madrid había sufrido considerables daños durante la guerra civil y desastrosas decisiones urbanísticas al construirse el tercer tramo de la Gran Vía y, posteriormente, con la construcción del Edificio España. Por tanto, no es de extrañar que la situación actual de la iglesia, comprimida entre edificaciones, desconcierte al paseante. Afortunadamente, el templo fue declarado Monumento Histórico-Artístico en 1944 y le puso a “salvo” de mayores atrocidades.



"DECRETO por el que se declara Monumento Histórico-Artístico la iglesia parroquial de San Marcos, de Madrid."
Boletín Oficial del Estado núm. 223, de 10/08/1944, páginas 6095 a 6096.
Origen de los documentos: Agencia Estatal del Boletín Oficial del Estado.
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-004 RECUPAPEL
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Frente a la iglesia, en parte de los terrenos que una vez fueron del Convento de Arrepentidos (nº 27 en el Plano parcelario), conformando un polígono irregular de siete lados con una superficie total de 314,92 m², la empresa con patente italiana Aparcamientos mecánicos S.A. construía un estacionamiento similar-pero no idéntico-a los diseñados por Casto Fernández-Shaw; aquellos que le hicieron merecedor de la medalla de oro en la Exposición Internacional de Bruselas de 1958.


Plano parcelario. Hoja nº 8 (Fragmento)
© INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA
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El aparcamiento diseñado por Fernández-Shaw en 1934 fue bautizado con varios nombres; así, denominado por su creador como “aparcamiento circular”, será llamado “auto-silo”, “auto-park”, “garaje radial” o “garaje circular”. El entusiasmo del arquitecto por esa invención le llevará a crear la sociedad Estudios y Proyectos de Garajes y Aparcamientos ESPROGA, por lo que sus estacionamientos mecánicos también serán conocidos como “seripark ESPROGA” y “autopark radial SIRO-ESPROGA”.

Sección de garaje radial, 1958
Casto Fernández-Shaw COAM, 1980
Recopilación: Revista de Obras Públicas. Marzo, 1999. Nº 3.385, p. 53
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Pero el estacionamiento de la calle Maestro Guerrero no se parecía ni en el nombre, ya que a éste le llamaban “aparcamiento-noria” o “la noria”.


La calle Maestro Guerrero
Antes de entrar en la descripción y pormenores del estacionamiento, ilustramos al lector con una breve descripción de la calle Maestro Guerrero y su ubicación.
Esta calle correspondía antaño al Cuartel de Afligidos (después distrito de Universidad) y Barrio de San Marcos (después barrio de Conde de Toreno), lugar recoleto del antiguo Madrid, nada abigarrado y de buenos aires.



Era corta, con longitud limitada por las calles de Reyes y la de Dos Amigos. Según los datos de la Guía de Vías Públicas de Madrid de 1916, contaba con escasa numeración, siendo los impares 1 a 3 y los pares 2 a 6. En la actualidad, conforme al Callejero oficial del Ayuntamiento de Madrid (Relación de viales por distrito, con intervalos de numeración) los impares corresponden al número 1 y 2 a 10 los pares.

El primitivo nombre de esta calle fue el de Abadía y Castro, aunque en el plano de Texeira figura solo como de Castro.

Cuentan Hilario Peñasco y Carlos Cambronero en su libro Las calles de Madrid:
“[…] Otra tradición afirma que en la calle vivía una mujer llamada Teresa Abadía, en compañía de un tal Nicolás Castro; que la Teresa cedió parte de sus bienes al Convento de Capuchinas; que malcontento el Castro con la donación, hizo que se anulase, y muerta la mujer quedó él dueño de todo, aunque luego vino á perderlo por su conducta licenciosa.

La unión del último tramo de la Gran Vía o Avenida de Eduardo Dato con la calle de la Princesa cambiará la configuración de la zona. Desaparecerá parte de la Manzana 532 (ver plano del Barrio de San Marcos), permitiendo así la ampliación de la calle de Castro hasta la de San Leonardo y quedando enfrentada a la iglesia parroquial de San Marcos.
Corolario de la apertura del nuevo tramo son varias interesantes mudanzas en la calle de la Princesa y de las contiguas de Leganitos, plaza de España y del Conde de Toreno, calles de San Leonardo y de los Reyes. Estas dos se ensancharán, así como la que cruza a lo largo de la plaza de España (antigua de San Marcial), a la que se le dará capacidad para que recoja el movimiento de la estación del Norte y de los barrios de Argüelles y Pozas. En la calle de San Leonardo se abrirá, a la altura de la iglesia de San Marcos, una calle de 10 metros, a fin de que la iglesia de San Marcos, obra de Ventura Rodríguez, tenga perspectiva adecuada.” [Mariano García Cortés, en “La Gran Vía, que debió terminarse en 1920, se abrirá por completo al tránsito público en 1947”. Hoja del Lunes (III) 450. Asociación de la Prensa, Madrid. 3 noviembre 1947]

"Parroquia de San Marcos en medio de los solares resultantes de los derribos efectuados en la calle de San Leonardo. A la derecha, las alineaciones de la nueva calle de Castro/Maestro Guerrero, por donde antes avanzó la obra, pudiéndose observar las primeras plantas sobre las dos de sótano."
© 2014 Pedro Navascués Palacio
Plaza de España. Información complementaria
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Se llamará de Castro desde el 11 de enero de 1835 hasta el 14 octubre de 1953, fecha en que adquirirá el nombre de calle del Maestro Guerrero, en honor al brillante compositor del género lírico don Jacinto Guerrero. En 1957 se colocará una placa.





El niño mutilado
En esta calle de Castro apareció en enero de 1926 el cuerpo mutilado de un niño recién nacido. Quienes leyeron nuestro artículo “Las Beatas y Antonio Grilo, calle de asesinatos y truculentos sucesos” recordarán la noticia sobre el hallazgo de un cuerpo sin extremidades en la calle de Castro, frente al antiguo número 6. La cabeza había sido encontrada por un adolescente en la calle San Cipriano.


El estacionamiento mecánico giratorio
Como hemos comentado, en 1966 la empresa Aparcamientos mecánicos S.A. construirá el antiestético y gigantesco estacionamiento mecánico sobre el solar de Maestro Guerrero número 6, propiedad del Ayuntamiento. Se trataba de una concesión por dos años, a título experimental, solicitada por la citada empresa.

Fotografía: Torremocha (1969)
© Archivo HUM
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La horrorosa estructura de hierro desmontable tipo “Mecano” tenía una fachada de treinta metros de longitud sobre la calle Maestro Guerrero, siete metros de chaflán por la calle San Leonardo y cuatro metros por la de los Dos Amigos.

Se dividía en cuatro torres, de las cuales una nunca llegó a ponerse en funcionamiento. Dichas torres tenían una capacidad total de ochenta vehículos colocados en cinco planchas individuales que subían y bajaban por medio de un sencillo mecanismo similar al de las norias. Un único empleado accionaba el mecanismo elevador desde la rasante y controlaba la situación de cada vehículo.

Su fisonomía exterior era exageradamente fea. Una combinación de planchas metálicas, fibra de vidrio y plástico resguardaban el esqueleto interior de hierro y todo la maquinaria. La antiestética mole restaba protagonismo a la iglesia y la encajonaba aun más, algo de lo que se percataría el Ayuntamiento tres años más tarde.

Así, a finales de enero de 1969, aprovechando el fin de la concesión y el poco éxito que obtuvo el metálico aparcamiento, el Ayuntamiento dispondrá el desmonte de las instalaciones.
En reunión de la Comisión municipal de gobierno del Ayuntamiento, presidida por el alcalde Arias Navarro, se decretaba:
Requerir a Aparcamientos mecánicos S.A., entidad adjudicataria del estacionamiento mecánico rotativo de la calle Maestro Guerrero, 6-antigua de Castro, a espaldas del Edificio España-, con vuelta a la de San Leonardo, al objeto de que desmonte las instalaciones y deje libres y vacios los terrenos en el plazo máximo de seis meses.

El 8 de julio de ese mismo año se interpone ante la Sala segunda de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Territorial de Madrid un recurso (Nº 142/1969) contra el acuerdo del Ayuntamiento. Lo presenta el señor Laureano García Cabezón, secretario de Administración Local.



Parece ser que este funcionario era un tanto contestatario y picapleitos de fama. En 1968 un comunicado del Colegio Nacional de Secretarios, Interventores y Depositarios de la Administración Local daba cuenta de las acciones legales que ejercitaría en contra del tal Laureano por las “informaciones confusas, tendenciosas e insidiosas” que había vertido en algunos periódicos difamando a sus compañeros y al propio Colegio.

En auto del 23 de octubre de 1971, dictado por el Juzgado de Instrucción nº 19 de Madrid, se acordaba el procesamiento de Laureano por supuesto delito de falsificación y estafa. El proceso queda recogido en el BOE nº 11 (12 de enero de 1973), donde aparece la resolución de la Dirección General de Administración Local por la que se declaraba la incapacidad del susodicho para ejercer el cargo de Secretario y se le excluía del concurso de traslados.

Quizá las malas prácticas del secretario fueron las causas por las que se demorase más de seis meses, y un año también, el cumplimiento del requerimiento del Ayuntamiento. El desmonte del aparcamiento no se ejecutará hasta bien entrado el año 70.

Como podemos apreciar en el vuelo fotográfico del año 1977 y cartografía catastral de 2012, ya no existe la “noria” y en su lugar queda un espacio abierto, pequeña plaza con bancos y farola, que oxigena en gran medida la fachada de la iglesia de San Marcos.






https://www.google.es/maps/@40.4245635,-3.7109117,3a,75y,329.54h,97.94t/data=!3m6!1e1!3m4!1s2VWoUJUJubakg9w-KjbA4w!2e0!7i13312!8i6656

Vistas las fotografías y el plano catastral, no se consigue mantener homogeneidad en la línea de fachadas. En este sentido, el 19 de junio de 1978 decía Rafael López Izquierdo en Hola del Lunes (Tercera época-Número 2.044, p. 11):
Está visto que un camino para la descongestión de parte del casco antiguo de Madrid está en remeter las fachadas de nuevas edificaciones poniendo a línea las de nueva construcción y aprovechar, aun a cuenta del sacrificio dinerario que toda expropiación supone, para convertirlos en jardines, los solares resultantes del derribo de viejas casas. Lo que, por cierto, no se ha cumplido en la debida alineación de fachadas en la antigua calle de Castro, hoy del Maestro Guerrero, breve enlace entre Reyes y San Leonardo por fondo el templo venturiano de San Marcos. En ella, el edificio de apartamentos promovido por las religiosas capuchinas del Conde de Toreno rompe inexplicablemente la normal alineación viaria.

La decisión del Ayuntamiento por requerir el desmonte una vez cumplido el plazo de concesión y el escaso uso que los madrileños daban al aparcamiento por estar escondido y en una calle fría, fomentaron su desaparición y paso al olvido.

Así, después de la breve historia de la calle donde se levantaba, la descripción de los desequilibrios urbanísticos y los asuntos legales casi anecdóticos, llegamos al final del artículo.

Esto que hemos contado quizá no tenga mayor relevancia, pues no hablamos de un lujoso palacio, ni de un convento o monumentos ya desaparecidos. Pero fue una edificación que existió, que tuvo su escasa popularidad y pertenece a las historias urbanas de esta ciudad cambiante desde años ha.



Bibliografía
Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.

En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2016) "El Aparcamiento mecánico de la calle Maestro Guerrero. Madrid, 1969", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/ ISSN 2444-1325 [VER: "Uso del Contenido"]

Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación.
En todas las citas se ha conservado la ortografía original.
De las imágenes:
Muchas de las fotografías y otras imágenes contenidas en este artículo son de dominio público y correspondientes a los archivos de la Biblioteca Nacional de España, Ministerio de Cultura, Archivos municipales y otras bibliotecas y archivos extranjeros. En varios casos corresponden a los archivos personales del autor-editor de Historia Urbana de Madrid. La inclusión de la leyenda "Archivo HUM", y otros datos, identifican las imágenes como fruto de las investigaciones y recopilaciones realizadas para los contenidos de Historia Urbana de Madrid, salvaguardando así ese trabajo y su difusión en la red. Ha sido necesario incorporar estos datos para evitar el abuso de copia de contenido sin citar las fuentes de origen de consulta.

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Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325


Madrid, una gran obra en fascículos

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Hace pocos días se cumplía el trigésimo octavo aniversario del lanzamiento de “Madrid”, la emblemática obra que por fascículos contaba historias de nuestra ciudad, sus monumentos e ilustres vecinos, en la pluma de académicos, catedráticos, escritores, cronistas de la villa, altos funcionarios municipales, periodistas y estudiosos y conocedores de Madrid.

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Cien fascículos de veinticuatro páginas cada uno conformaban los cinco volúmenes, más otro a modo de apéndice, editados por Espasa Calpe S.A. a través de una fuerte apuesta de su director general, D. Fermín Vargas Lázaro. Se sumaban a ella el Ayuntamiento de Madrid como patrocinador, y uno de los principales impulsores de la idea: el Instituto de Estudios Madrileños y su director, D. José Simón Díaz.

En 1975 había surgido la idea de contar Madrid con erudición y amenidad, apoyándose siempre en los conocimientos de los intelectuales y su amor por la ciudad para disfrute de todos los madrileños y entusiastas. Aquellos eruditos señores tenían nombres de peso, siendo presidente del Consejo de Dirección editorial D. Federico Carlos Sainz de Robles y coordinadores de los trabajos los no menos conocidos Manuel Terán Álvarez, Miguel de Molina Campuzano, José María de Azcárate Ristori, Pedro Navascués Palacio y Antonio Bonet Correa.

El 25 de septiembre de 1978, a las 19:45 horas, en la Casa del Libro de la avenida de José Antonio se presentaba a la prensa la magnífica obra en fascículos de Espasa Calpe S.A.

Poco después, el lunes 2 de octubre, en el salón Real de la Casa de la Panadería, el entonces alcalde de Madrid, D. José Luis Álvarez Álvarez, hacía lo propio en compañía de los tenientes de alcalde, delegados de Servicios Municipales, el director de Espasa Calpe, miembros del Instituto de Estudios Madrileños, cronistas de la villa y otras personalidades.

Días antes la prensa anunciaba a toda página la inminente salida a venta de los primeros fascículos.
La encargada de realizar la publicidad fue Contrapunto, la agencia española creada en 1974 por los ex fundadores de la agencia Tandem: Teófilo Marcos, José Luis Zamorano, Rafael Sarró, José García y Antonio Sánchez; a los que se sumaría Antonio Caro.
En su chalet de la madrileña calle de San Telmo nacieron estos pintorescos diseños:


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Publicación de la primera edición (1978)
El miércoles 4 de octubre, se ponía a la venta la primera entrega, compuesta por los fascículos 0 y 1, al precio de uno (75 pesetas).
El fascículo número 0, que se entregaba gratis con el primero, estaba dedicado a la Puerta de Alcalá en su bicentenario; su autor, José M. Ballester.

El fascículo número 1 estaba dedicado a la plaza de Oriente y su autor fue el periodista y profesor José Montero Alonso.

El prólogo, escrito por el alcalde José Luis Álvarez Álvarez, decía:
Esta obra está hecha por lo mejor, por lo más notable de los hombres que quieren, que estudian, que se ocupan de Madrid. Que han hecho de Madrid su centro, su objeto de investigación, que conocen Madrid. Se despliega en ella lo que es el Madrid de ayer incorporado al presente y lo que es el de hoy, el Madrid que se está haciendo. Con su trabajo vamos a conocer Madrid, a tenerlo en la mano.
Como hemos comentado, el plan general de la obra consistía en la publicación de 100 fascículos, de 24 páginas cada uno y aparición semanal (los miércoles). Conformaban estos los 5 tomos o volúmenes de 23x30 cm., con un total de 416 páginas cargadas de textos, ilustraciones y fotografías, y una completa introducción a cargo del coordinador correspondiente.

Además un tomo independiente a modo de apéndice y los retratos de 100 madrileños ilustres que aparecían en la contraportada de cada fascículo.

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Contraportada del fascículo nº 47 Cortesía de todocoleccion.net

El 9 de octubre Espasa Calpe anunciaba en la prensa que, habiéndose agotado los fascículos 0 y 1 de la obra, el martes día 10 se pondría a la venta la segunda edición de dichos números.


Contenido de la obra
Muchos madrileños y amantes de Madrid atesoran en un sitio predilecto de su biblioteca esta casi cuarentona obra; sin embargo, hay personas que la conocen por las referencias que de ella hacen los investigadores y cronistas serios. Por tal motivo, bueno es recordar el contenido de tan valiosa colección que abracaba amplias zonas.

Tomo I: Plaza de Oriente - Carabanchel
Tomo II: Santa Cruz - La Villa de Vallecas
Tomo III: Paseo del Prado -Barajas
Tomo IV: Puerta del Sol - La Villa de Fuencarral
Tomo V: Plaza de España - El Pardo
Anexo: Cien madrileños ilustres

Con el último fascículo que completaba cada uno de los cinco tomos se ponían a la venta las lujosas tapas.


La segunda edición (1980)
Tanto éxito alcanzó aquel portento de historias madrileñas por fascículos que en marzo del año 1980 se relanzaba la obra completa, comenzando el miércoles 5 con la venta de los dos primeros números al precio de uno. Ya no se trataba de un simple coleccionable sino de "la obra capital".

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Así fue como nació esta mítica publicación que hoy es fuente de consulta y una joya documental para los amantes de Madrid.
Y así, Historia Urbana de Madrid ha querido rendir homenaje a sus mentores y colaboradores en el 38º aniversario de la aparición de Madrid, una gran obra en fascículos.



Bibliografía
Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.

En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2016) "Madrid, una gran obra en fascículos", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/ ISSN 2444-1325 [VER: "Uso del Contenido"]

Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación.
En todas las citas se ha conservado la ortografía original.
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Historia de un fiasco. Cien años del monumento nunca inaugurado (1916-2016)

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Hemos celebrado ya la muerte de don Miguel de Cervantes en su IV Centenario. Muchos actos, conferencias, congresos, representaciones teatrales y documentales, han servido y sirven para rendirle el siempre merecido homenaje. Debemos, pues, continuar haciéndolo.

Nosotros lo hacemos ofreciendo este capítulo que se inicia en 1916 y concatena una serie de acontecimientos hasta el desenlace de la "Historia de un fiasco", narración que devela lo ocurrido con el monumento de la Plaza de España desde el año 1905.

"Si preguntáis a un senador y a una portera, a un académico y a un picador de toros, a un tendero y a una cupletista, si les gusta el monumento de Coullaut Valera, os responderán inevitablemente, sinceramente, que sí. Pero exigidles que razonen su preferencia estética y veréis a todos esos tipos representativos vacilar, balbucear y concluir por encogerse de hombros, cuyo ademán no puede ser más castizamente español."
José Francés, 1916






Monumento a Cervantes
CONTENIDO:PRIMERA PARTE (1905-1913) - SEGUNDA PARTE (Enero-Mayo, 1914) - (Junio-Diciembre, 1914) - TERCERA PARTE: Concurso de anteproyectos (1915) - Los elegidos (1915) - CUARTA PARTE: Cien años del monumento nunca inaugurado (1916-2016)

Llegó el día 13 de abril de 1916. Por la tarde se inauguraba en el Palacio de Cristal de El Retiro una nueva exposición de los proyectos de monumento a Cervantes. En esa ocasión se exponían los tres que habían quedado finalistas en la votación del 15 de octubre de 1915, siendo estos los de Anasagasti-Inurria, Martínez Zapatero-Coullaut Valera y Hernández Briz-Ferrant.

Como hemos comentado en capítulos anteriores, el artículo 8º del Real decreto (29 de marzo de 1915) establecía que los proyectos elegidos debían reproducirse a "escala del 10  por 100"; más tarde se solicitaba al menos la presentación detallada de una de las esculturas que conformarían el monumento.

Los artistas dispusieron de un plazo de cinco meses para la realización de los bocetos definitivos, y en ese tiempo tuvieron la oportunidad de mejorar sus trabajos. Así, por ejemplo, en el proyecto presentado por Martínez Zapatero y Coullaut Valera se aprecia una postura menos relajada y más majestuosa en el principal elemento, la figura de Cervantes, y la torre estilizada y con elementos más sobrios.



1916
La exposición
La exposición estuvo abierta al público durante cuatro días; la entrada costaba 50 céntimos, luego fue gratuita.
A diferencia de la anterior, las grandes personalidades brillaron por su ausencia. Tal es así que don Fidel Pérez Mínguez, secretario de la Comisión del monumento, retrasó un poco la hora de entrada del público con la esperanza de ver aparecer alguna representación oficial.

No faltó la concurrencia de muchos pintores, escultores y arquitectos; así como la presencia de los responsables de la Junta y Comisión del Centenario, además de los hermanos Álvarez Quintero, que se apuntaban a un bombardeo.

Decían algunos críticos que la nueva exposición no había sido del interés del público por falta de propaganda y "al manifiesto deseo de que pudiera pasar inadvertida la existencia de los proyectos en el Palacio de Cristal del Retiro."


Dictamen del Jurado
Decía el diario La Acción del día 18:
"Próximo a terminar el plazo para la adjudicación del monumento a Cervantes, discuten los artistas los proyectos presentados y se espera con curiosidad el fallo del Jurado en asunto sobre el cual se han emitido tantas opiniones desde que se hizo la exposición de los bocetos, visitada por Su Majestad el Rey."
Y como en aquella elección de 1915, tanto el público como el Jurado lo tuvieron difícil para decantarse entre la obra de Anasagasti-Inurria y Martínez Zapatero-Coullaut Valera. La imponente 'tarta nupcial' de Hernández Briz-Ferrant parece no haber sido del agrado de nadie casi desde el primer momento.

© BNE
La Ilustración Artística, 1915
Foto: Vidal
ARCHIVO HUM
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-010 CERVANTES IV CENTENARIO
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El día 16 de abril se clausurará la exposición y, por fin, el miércoles 19 se reunirá el Jurado en la Biblioteca Nacional para la votación final. De más está decir -porque a la vista de todos está-, que el proyecto ganador fue el de Martínez Zapatero-Coullaut Valera. Sí debemos aclarar que resultó vencedor por once votos de un total de diecisiete.
La obra de Anasagasti-Inurria consiguió dos votos; los cuatro restantes fueron en blanco.

Resuelto el tema, coincidiendo con la celebración del III Centenario, se reabrirá la exposición en el Palacio de Cristal el sábado 22 y domingo 23, con un precio de entrada de un real.

Por esas fechas, el cervantista y director de la Biblioteca Nacional, Sr. Rodríguez Marín, hizo llegar al rey un lujoso álbum que contenía las fotografías de cada uno de los anteproyectos presentados en la exposición de 1915 y finalistas de 1916.
Aunque ya los hemos publicado en un capítulo anterior, ofrecemos la imagen de todos ellos en el siguiente video.





Las críticas
Ya en la exposición de 1915 había levantado ampollas que uno de los finalistas fuese el proyecto de Martínez Zapatero-Coullaut Valera. Protestas hubo en aquella ocasión y se vieron reflejadas luego en esos cuatro votos en blanco que hemos citado.

Al ministro de Instrucción pública y Bellas Artes, Sr. Julio Burell, le fueron enviadas sendas cartas de protesta. Una de ellas fue publicada los últimos días del mes de abril en La Acción, El Imparcial y El País.

En el número 9 de La Construcción Moderna del mes de mayo se publicará esa protesta, encabezada por José María López Mezquita, Ramón del Valle Inclán, Emilio Carrere y Tomás Borrás, entre otros muchos. También la de los alumnos de la Escuela Superior de Arquitectura, ratificada por D. Francisco Javier de Luque, catedrático numerario.

ACCESO AL DOCUMENTO


El monumento a Cervantes de Martínez Zapatero y Coullaut Valera
A finales de abril las revistas comenzarán a ofrecer fotografías del premiado proyecto del arquitecto Martínez Zapatero y el escultor Coullaut Valera. En ellas se apreciaban detalles hasta entonces no publicados. Las revistas La Ilustración Española y Americana, La Ilustración Artística y La Esfera darán cuenta de esos detalles en sus números del mes de mayo.















Homenajes
La noche del 13 de mayo se celebraba un homenaje a los ganadores en el Palace Hotel. Aquí la noticia recogida del Heraldo de Madrid del día 14 y una fotografía de Salazar publicada en Mundo Gráfico del día 17.


© BNE
Mundo Gráfico, 1916
Foto: Alfonso
ARCHIVO HUM
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Mientras en esta noble y leal villa de Madrid se apagaba el mediocre entusiasmo por el monumento, otras ciudades de América continuaban tributando homenaje al príncipe de los ingenios. Ocurría en septiembre y noviembre de 1916.

En California (Septiembre)
Dos españoles de origen celebraban el III Centenario de Cervantes donando un monumento a la ciudad de San Francisco.
Se trataba de Juan C. Cebrian y Eusebio José Molera, quienes creaban un sobrio conjunto escultórico en el "Parque de la Puerta Dorada de San Francisco de California" (Golden Gate Park).




En Cuba (Noviembre)

Los jóvenes cubanos Pedro E. Carr y Eduardo Cepero quisieron perpetrar literalmente el viejo lema de la Real Academia Española "Limpia, brilla y da esplendor" sobre el mismísimo monumento a Cervantes de la Habana. Provistos de agua, jabón y cepillo se dedicaron a limpiarlo con gran esmero. Hicieron lo propio con el monumento a José Martí.
Prueba de lo primero es esta fotografía de Menchón.

© BNE
Mundo Gráfico, 1916
Foto: Menchon
ARCHIVO HUM
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Brindarles un fuerte aplauso, que estos son los pulcros muchachos.

El tiempo pasa
1919 - 1920
Y fueron pasando los días, los meses y los años sin monumento a Cervantes.
En Real decreto del 25 de agosto de 1919 -catorce años después de la primitiva idea-, se anunciaba la permuta solicitada por el Ayuntamiento de los solares del Estado procedentes del derribo del Cuartel de San Gil por los terrenos y edificaciones del Matadero de la calle de Toledo.
En el artículo 2º se señalaba:
"Esta permuta se autoriza con las siguientes condiciones:
Primera. Los expresados solares continuarán, como al presente, destinados a jardines públicos, y en ellos se reservará espacio para el monumento a Cervantes, a que se refiere el Real decreto de la Presidencia del Concejo de Ministros de 22 de abril de 1914 y el acuerdo del Ayuntamiento de 19 de febrero de 1915."

También se continuaban formando Comisiones y Comités para el ya pasado Centenario. Una de ellas se creaba en 1920 para atender a la famosa suscripción para la construcción del monumento. ¿Cuántas se habían creado ya? ¿Cuánto dinero se había recaudado? La última pregunta tiene sentido, es difícil de creer que, tratándose de una suscripción a nivel mundial, en cinco lustros se recaudasen tan solo 300.000 pesetas.

El nuevo Comité quedaba anunciado en Real orden publicada en la Gaceta del 14 de enero de 1920:
"Primero. Que los excelentísimos señores duque de Alba, D. Francisco Rodríguez Marín, don Jacinto Octavio Picón, D. Luis Landecho, D. José María de Ortega Morejón y D. Francisco Belda, se constituya un Comité para fomento y organización de la suscripción voluntaria abierta por Real decreto de 8 de mayo de 1905 entre los pueblos que tienen el castellano por lengua nacional, para la erección en la plaza de España de Madrid del monumento a Cervantes, a que se refiere el Real decreto de 5 de marzo de 1915.
Segundo. Que los nombrados señores se constituyan como tengan a bien, proponiendo al Gobierno cuanto estimen más conveniente para el mejor éxito de la misión que se confía a su alto patriotismo.
Tercero. Que por todos los departamentos ministeriales y por todas las autoridades del Reino, y muy singularmente por los representantes de la nación en el extranjero, se preste a esa Comisión el más fervoroso y eficaz apoyo."

Mientras en Madrid se hablaba poco o nada de Cervantes -como ahora-, y de su monumento -como ahora también-, en Panamá se hacía realidad el homenaje al príncipe de los ingenios.
Aceptado en abril de 1919 el proyecto realizado por el escultor Julio González Pola, la Unión Ibero Americana puso en marcha la construcción del monumento costeado por suscripción pública. El 12 de octubre de 1920 se ponía la primera piedra en la plaza de la Cervantes de la capital panameña.



1922 - 1923
En mayo de 1922, el señor duque de Alba, presidente del Comité antes citado, pedía los permisos pertinentes al Ayuntamiento para comenzar la construcción del monumento. El alcalde se limitó a contestar que estudiaría la propuesta ante la duda de qué ocurriría con la plaza si, una vez iniciadas las obras, éstas quedaran suspendidas por falta de recursos.

A finales de ese año el alcalde pondrá empeño en potenciar la suscripción creando una Comisión. ¡Otra Comisión! Ésta estudiaría el caso del monumento a Cervantes y otro, el de la ubicación para el de Bolívar, regalo de Venezuela.

El viernes 20 de abril de 1923 la Correspondencia de España criticaba duramente lo que estaba ocurriendo con Cervantes y su monumento. Don Miguel de la Cuesta, firmante del artículo, lanzaba estas preguntas:
"¿Qué fue del aprobado proyecto de monumento a Cervantes?
¿Para cuándo se guardan unos cientos de miles de pesetas que llegaron a recaudarse?
La Comisión del monumento, constituida sin duda por las glorias del cervantismo, lo mejor de las Academias, quizás alguna figura de la política, ¿qué hizo durante todo este tiempo? ¿Desmayaron en su propósito?
"

Por fin, a finales de mayo o principios de junio, el Comité consigue que el Ministerio de Instrucción pública cediese el dinero para las obras de cimentación para la plataforma del monumento, gasto que correspondía al Estado.

Y mientras en Madrid surgían estas preguntas, en Panamá se instalaba el flamante monumento cervantino cuya primera piedra se había colocado en 1919. Sería inaugurado oficialmente el 22 de enero de 1924, coincidiendo con el aniversario de la fundación de la capital de Panamá.


1924
El monumento en peligro
Según las noticias de los primeros días del año 1924, los jardines de la plaza de España se veían amenazados por el proyecto de construcción de un grupo escolar o un edificio del Instituto Nacional de Previsión. Esto implicaba dar carpetazo a la erección del monumento en esa plaza.
Bajo el titular "¿Desaparece la Plaza de España? ¿Se desiste de la construcción del monumento a Cervantes?", decía La Correspondencia de España del viernes 4 de enero: 
"Nos resistimos a creer todo esto.
Es más: tenemos la seguridad de que nuestro Municipio se opondrá por todos los medios a proyectos que tienden a privar al pueblo de Madrid de sus jardines, que tantos millones han costado al Estado y al Ayuntamiento."
Añadía que de ser así, nunca podría llevarse a cabo la construcción del monumento a Cervantes.
Entonces, el Gobierno civil se apresuraba en aclarar la situación explicando que la plaza era irregular y con algunos desniveles, por lo que se pensaba hacer -además de la erección del monumento-, "un edificio para el Estado en la parte irregular del fondo, que además está en pendiente." [LA VOZ, V (1.103). Madrid, 7 de enero de 1924, pág, 8]

Afortunadamente, en marzo de ese año ya se habían concluido las obras de cimentación comenzadas en 1923, que tuvo un coste de 128.544 pesetas, y se había dado orden de comenzar a esculpir el monumento. Era un avance, pero el conjunto escultórico continuaba en peligro de no replantearse algunos aspectos del proyecto de construcción de la Gran Vía en su tercer y último tramo.


Los hermanos Álvarez Quintero
Por Real orden, en octubre se incluían como miembros del Comité ejecutivo del monumento a Cervantes a los conocidos hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero.



Una encuesta
En octubre, un periodista del Heraldo de Madrid se lanza a las calles para valorar el conocimiento de los madrileños sobre el emplazamiento del monumento a Cervantes (el de la plaza de las Cortes).
Por cafés, casinos, paseos, teatros y oficinas, iba el periodista interrogando: "¿Sabe usted dónde está en Madrid el monumento a Cervantes?".
Todo hacía esperar que la respuesta fuese, al menos, en la plaza del Congreso; pero no fue así. De las 100 personas encuestadas, el 65% declaró ignorar dónde se encontraba el monumento. Del porcentaje restante, sólo 8 personas dieron la respuesta correcta.
Para algunos el monumento estaba emplazado en El Retiro (sin precisar dónde); uno afirmaba que estaba en la Glorieta de Bilbao y otro en la de Ruiz Jiménez. La respuesta más curiosa fue la de uno que aseguraba rotundamente que el monumento a Cervantes era el Obelisco de la plaza de la Lealtad

©MCU-FPH
ARCHIVO LOTY
Nº inventario: LOTY-00705
Autor: Passaporte, António
(Entre 1927 y 1936)
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1925
Veinte años no es nada
"Que veinte años no es nada..." dice el tango "Volver", de Carlos Gardel y Alfredo Le Pera. Y esos años eran los que habían pasado desde 1905; cifra exagerada para la construcción de un monumento y ya alejada de su finalidad, que fue la de rendir homenaje a Cervantes en el III Centenario de su fallecimiento; es decir, nueve años atrás.

Pasado tanto tiempo aún se recibían donativos desde América. El Gobierno de El Salvador enviaba en octubre un cheque por valor de 500 dólares para la construcción de la Fuente del Idioma, perteneciente al conjunto escultórico de Cervantes.

Por su parte, en diciembre, el Comité ejecutivo del monumento se reunía con Alfonso XIII para contarle como iban las obras. El rey, complacido, les dio palmaditas en la espalda y les alentó a continuar la gestión de aquella empresa con denuedo; después, adiós, muy buenas.


1926 - 1927
Un folleto y dinerillo
Con la intención de fomentar el interés -ya casi perdido-, por el monumento, la Comisión ejecutiva edita en febrero un folleto que contiene textos de los autores del proyecto y fotografías del mismo.
Al mes siguiente varios miembros de esta Comisión se reúnen con el alcalde para conseguir apoyo económico. Éste dirigirá una moción al Ayuntamiento para subvencionar las obras con 15.000 pesetas que se cargarían a la cuenta del capítulo "Imprevistos".


En la Real Academia Española
Organizada por el Comité ejecutivo del monumento a Cervantes, y presidida por Alfonso XIII, el 4 de mayo de 1926 se celebra una reunión en el salón de sesiones de la Real Academia Española. Se dio cuenta de los resultados de trabajos y proyectos realizados por el Comité, además de un detallado análisis de las causas que motivaron tantos retrasos en la construcción del monumento.


Haciendo teatro
El 8 de octubre del mismo año se estrena en el Teatro Fontalba la obra titulada "Los grandes hombres, o el monumento a Cervantes", de los hermanos Álvarez Quintero. Fue su directora y primera actriz Margarita Xirgu.
Éste y otros tantos eventos, además de la suscripción popular, tenían por finalidad recaudar fondos para la construcción del monumento.


El Lyceum Club Femenino y Concha Espina
El Lyceum Club Femenino, que estaba ubicado en la calle de las Infantas número 31, había abierto una suscripción para avivar el interés por el monumento. En poco tiempo lograron recaudar la nada despreciable cantidad de 3.491,20 pesetas.
Por su parte, la escritora Concha Espina donaba al Lyceum 2.930,40 pesetas, cantidad que correspondía a parte de su Premio Nacional de Literatura.


La gran tajada
El 30 de diciembre de 1927 aparecía en la Gaceta la siguiente Real orden:
"Conocedor el Gobierno de Su Majestad de la idea y el propósito surgidos entre los funcionarios del Estado, consistentes en manifestar el aprecio que han hecho de la reforma tributaria, que reduce el descuento a que venían sometidos sus haberes, cediendo por una sola vez parte del beneficio que reciben por la regia disposición, con destino a un fin de tan alta significación cultural y patriótica, ha estimado aceptable la oferta y ha creído interpretar el sentir del pueblo español, que no puede ceder a nadie el cumplimiento del honroso deber de ser él quien erija un monumento a Cervantes, aplicando el importe del donativo que se ofrece a la terminación de las obras del referido monumento.
Y con el propósito de hacer más general y menos sensible el esfuerzo, S. M. el Rey (q. D. g.) se ha servido disponer se invite a todos los funcionarios del Estado, Provincias y Municipios, Empresas bancarias e industriales y clases pasivas y similares, a ceder el 1 por 100 del haber mensual del mes de enero de 1928."

Lo cierto es que aún recaudando dinero por doquier, el monumento de la plaza de España no avanzaba. A Madrid se le iban adelantando otras provincias que ya habían inaugurado sus propios monumentos y estatuas en honor a Cervantes.


1928 - 1929
El Quijote y don Lorenzo
Los años pasaban y aquel proyecto ganador comenzaba a envejecer, tanto como su creador.
La revista La Esfera del 27 de marzo de 1928 publicaba una fotografía realizada por Zarraga que muestra la escultura ecuestre de Don Quijote y a su autor, Lorenzo Coullaut Valera, como diminuto ser frente al inmortal personaje de Cervantes.
Coullaut Valera muestra ya signos de cansancio y desazón por tantos inconvenientes y retrasos que mantienen su monumental conjunto escultórico encerrado en su estudio de la calle de Torrijos, número 19.



La imagen formaba parte de una entrevista realizada al escultor por Francisco Caravaca. En ella Coullaut Valera comentaba el resultado de una reunión que había mantenido junto a los hermanos Álvarez Quintero con el marqués de Estella, Sr. Miguel Primo de Rivera, quien entonces era presidente del Consejo de ministros.
En palabras del escultor, esto había dicho el marqués:
"Es absolutamente preciso que el monumento a Cervantes esté casi concluido para la fecha de la inauguración de la Exposición Ibero Americana, que, como es sabido, se inaugurará el próximo otoño, y concluido completamente para la fecha de la inauguración de la de Barcelona.
Precisamente los funcionarios del Estado me han ofrecido un día de su haber, con destino al monumento del autor del Quijote; pero como esto representaría una cantidad excesiva, les he aceptado el 1 por 100 de sus correspondientes mensualidades, lo que equivale a unas 400.000 pesetas. El resto, hasta completar el millón y medio de pesetas, lo sacaremos de donde sea posible... Pero es preciso que el monumento se termine."

La siguiente fotografía, de Salazar, fue tomada en el estudio de la calle Torrijos. En ella podemos ver a Coullaut-Valera trabajando sobre el conjunto que corona el monumento; en primer plano doña María Teresa Mendigutia, esposa del escultor.




¿La plaza de España o el monumento?
Si hasta entonces las críticas eran por la lentitud para erigir el monumento, avanzado el año 1928 se daba vuelta la tortilla. Ahora las críticas venían por lo desangelada que estaba quedando la plaza, con calvas considerables en lo que había sido un bosque urbano.
Decía Roberto Castrovido que era costumbre en Madrid empequeñecer todo. Citaba el famoso proyecto de Jubara para Palacio Real que había quedado reducido a su mínima expresión y lo utilizaba como ejemplo para decir que la plaza de España, lejos de agrandarse, con el monumento quedaría empequeñecida.
Para Castrovido aquel espacio no sería más amplio que cuando allí estaba el Cuartel de San Gil.

Fotografía de Cortés publicada en MUNDO GRÁFICO, XVIII (881) Madrid, 1928
Muestra el aspecto de la Plaza de España con todo su arbolado
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A principios del año 1929, el Ayuntamiento aprobaba el proyecto de reforma de la plaza para dar perspectiva al monumento. Las obras debían estar terminadas antes de la inauguración del conjunto escultórico, cuya cantería estaba realizando Leopoldo Fontaiña, que tenía talleres en la calle de Magallanes, 30.

Poco a poco iba tomando forma el homenaje a Cervantes labrado en piedra. A finales de septiembre o principios de octubre de 1929 el monumento mostraba este aspecto

Fotografía de Cortés publicada en LA ESFERA, XVI (822) Madrid, 1929
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Todo hacía pensar que la inauguración se efectuaría el 12 de octubre, coincidiendo con la celebración del "Día de la Raza". Más no fue así.


Una idea
En diciembre se le ocurre a D. José Francos Rodríguez que, existiendo dos monumentos al "glorioso manco de Lepanto", el más antiguo -es decir, el de la plaza de las Cortes-, podía ser cedido a la Academia de la Lengua para instalarlo en su patio.
Conociendo las habilidades periodísticas de Francos Rodríguez, quizá aquello era una cortina de humo para desviar el interés del pueblo, que ya estaba harto de tantas promesas y retrasos. (Recordemos las promesas de Primo de Rivera)



Los años 30
Penosa era la imagen de la plaza y el monumento a principio de los años treinta. Todo parecía abandonado, descuidado, sin vestigios aparentes de una solución.
A mediados de junio de 1931 se entregaba el dictamen de un estudio solicitado por la Comisión de obras de la plaza de España. Rescatamos estos dos puntos:
"2.º Que se arregle inmediatamente el pavimento de la plaza de España, con cargo a la consignación de 276.000 pesetas existentes en presupuesto.
3.º Que se gestione del Gobierno la total terminación del monumento a Miguel de Cervantes, que está sin acabar por falta de recursos."

Según la liquidación de lo invertido en la obra hasta abril de 1931, se consignaban las siguientes partidas:
Cimentación, 89.025,89 pesetas.
Fábrica, 427.783,27.
Esculturas, 673.492.
Arquitectos, 52.159,70.
Guardería, 7.112.
Secretaría, 18.151,32.
Intervención, 3.000,29.
Todo esto hacía un total de 1.270.724,47 pesetas.


Mujeres españolas y el monumento
La revista bisemanal y de carácter patriótico Mujeres españolas criticaba en su número del 31 de agosto de 1930 (Año II. Nº 80, p. 35) la situación de dos monumentos inacabados: la catedral madrileña y el monumento a Cervantes.
"[...] en Madrid existen dos monumentos que dicen muy poco de nuestro amor a la religión y a la lengua patria; la futura Catedral de Madrid y el monumento a Cervantes erigido en la Plaza de España."
Decía el editorial que la Catedral permanecía desde tiempo inmemorial esperando el óbolo de los católicos españoles y la unión de todos para crear una suscripción para afrontar los gastos para su terminación; algo que embellecería esa zona tan cercana al Palacio Real.
En cuanto al monumento, espetaban:
"[...] que representa el genio de nuestra raza y nuestra lengua, se debe hacer un esfuerzo [...] para terminarla pronto e inaugurarlo, a fin de que desaparezca ese indicio de nuestra pereza y nuestro abandono."

1932
Muerte de Coullaut Valera
La madrugada del 21 de agosto de 1932, a las dos, fallecía en su estudio de la calle Torrijos don Lorenzo Coullaut Valera.
Todos los periódicos dieron cuenta de la noticia en sus páginas interiores y alguna revista le rindió homenaje. Amplias biografías y enumeración de sus obras; fotografías del escultor y algunos de sus monumentos, pero nada más. De su entierro sólo se dijo que en el cortejo fúnebre se habían visto representantes de las Bellas Artes y la Literatura, además de personalidades del elemento oficial.



La birria madrileña
Difícil es encajar en estas líneas todo lo que se pudo decir en detrimento del conjunto escultórico.
En 1933, durante las elecciones, el monumento fue objeto de pintadas y pega de carteles.
En 1934, el propio Ramón de Valle-Inclán había comentado en La Luz, a propósito de un artículo titulado "Por un Madrid menos feo":
"Lo que faltó ese 14 de abril, y yo lo dije desde el primer día, es coraje en el pueblo, que no debió dejar ningún monumento. Para la próxima revuelta espero que las masas vuelen con dinamita el monumento a Cervantes..."

"Birria madrileña" fue llamado junto con los otros monumentos realizados por Coullaut Valera  y el mismísimo Palacio de Comunicaciones o el edificio del Círculo de Bellas Artes, entre otros. Hasta se llegó a votar para elegir el monumento más feo de todos los que había en Madrid.


1936
La obra incompleta
La monumental obra de Coullaut Valera continuaba inacabada en la plaza de España y en su taller de la calle Torrijos. Habían pasado 31 años desde la primer Real orden y 20 de la elección del proyecto.

Aún faltaban muchas esculturas que conformaban el conjunto. Difícil era adivinar cuándo serían colocadas La Gitanilla y Rinconete y Cortadillo, y en los pedestales laterales de la base del monumento las figuras de Dulcinea del Toboso, según la soñaba Don Quijote en sus sueños de enamorado, y la de Aldonza Lorenzo.

Los años posteriores nada aportan al monumento; si acaso coronas de laureles en los aniversarios de Cervantes y uno que otro homenaje asociado. Más la obra continúa inacabada, abandonada y peligrosamente expuesta durante la guerra.





Los años 60 y 70
Entre 1957 y 1961 se completará el monumento con la colocación de los conjuntos y figuras ya citados. Será Federico Coullaut-Valera Mendigutia quien se encargue de finalizar la monumental obra de su padre, Lorenzo Coullaut-Valera.

En 1969, seguramente siguiendo las directrices del Plan General de Ordenación de Madrid de 1941 y su Ley de 1946, con la última reforma y actuaciones acometidas sobre el paisaje urbano de la plaza, se erige la Fuente del Nacimiento del Agua (también llamada de las Conchas), obra del arquitecto Manuel Herrero Palacios.
El escultor murciano Antonio Campillo Párraga esculpirá las ninfas en 1970.
"Esta fuente, a la vez monumental y ornamental, que preside la fachada de la plaza de España al eje Gran Vía-Princesa, se caracteriza por su pregnante trazado elíptico roto en quiebro por sendos semicírculos en ambos extremos del eje longitudinal, sobre los que gravitan las dos figuras escultóricas de la composición, apoyadas en una suerte de conchas que sirven de remate a un historiado vaso central alzado en el seno de un segundo vaso exterior y concéntrico, a su vez rodeado de un basamento plano de 1,27 m de ancho y de un amplio recinto exterior, de 45 x 27 m, en traza de perfiles similares desarrollado hasta una secuencia de borde de bancos o bancadas perimetrales en configuración de un bello y romántico escenario urbano." [Monumentos urbanos: Fuente de la Concha o del Nacimiento del Agua (Ref.: 8601) © Ayuntamiento de Madrid - Área de Gobierno de las Artes - Dirección General de Infraestructuras Culturales.]

Y fue también en 1969 cuando plantaron un pequeño bosque de olivos centenarios, robles y cipreses en rededor del monumento y poco después el bonito estanque donde se refleja.



Catalanes y madrileños bailaban en 1978 frente al monumento para celebrar el Día Universal de la Sardana.




Llegados a este punto, después de haber desgranado paso a paso todos los acontecimientos y prolegómenos relacionados con Cervantes y su monumento desde 1905 hasta la fecha, ofrecemos una visión aérea de la transformación de la Plaza de España a través del tiempo.





Siglo XXI - Final y conclusión
Y aquí nos encontramos, en el final de esta extensa historia de un fiasco. Siglo XXI, 2016, año Cervantino en el que todos nos afanamos por ensalzar el genio y figura de Miguel de Cervantes Saavedra, príncipe de los ingenios.

Y es en este siglo cuando el Ayuntamiento de Madrid, con Ana Botella por alcaldesa, se apresura en buscar entre el polvo más polvo, para ratificar lo ya conocido: que don Miguel estuvo y está sepultado en las Trinitarias. Y se apresura también en erigir una lápida con errata, exhibida casi en penumbras en propiedad privada.

Eduardo Valero, durante una visita guiada y frente a la lápida, recordó y repitió las palabras del marqués de Molins:
"En cuanto á los restos de Cervantes, una cosa hay demostrada: que no han salido del Convento que él vio fundar, y en donde mandó que se enterrasen.
Por mi parte, lo confieso, me basta saber que están allí; no me importa descubrir en qué rincón. Duerme Cervantes con los que esperaron como él; guardan su sueño las que creen como él; están en su compañía las que amaron y padecieron como él.
O ¿acaso un edificio de pocas varas cuadradas será demasiado monumento para un hombre que llena el mundo con su fama?
He hecho, no obstante, cumpliendo vuestro encargo, estas averiguaciones, y en ellas he adquirido el pleno convencimiento de que allí fué sepultado, y que de allí no ha sido removido; que allí no será hallado."
["LA SEPULTURA DE MIGUEL DE CERVANTES". Memoria escrita por encargo de la Academia española y leída a la misma por su director el marqués de Molins (1870) pp. 145-146]

Sobre el intenso y exhaustivo trabajo desarrollado por cada uno de los profesionales y especialistas intervinientes en las excavaciones nada debemos criticar y mucho es de alabar por cuantos resultados obtuvieron. Más la reducción 4.2/32, que data del siglo XVII, les acercó a Cervantes y un posible hallazgo de sus restos, algo que sólo podrá ser ratificado al 100% algún día con pruebas de ADN.
La conclusión del Informe ejecutivo de la segunda fase (2015) dice:
"En definitiva, a la vista de toda la información generada en el caso de carácter histórico, arqueológico y antropológico, es posible considerar que entre los fragmentos de la reducción localizada en el suelo de la cripta de la actual Iglesia de las Trinitarias se encuentren algunos pertenecientes a Miguel de Cervantes."
Nada más que agregar al respecto.


Después, el otro Ayuntamiento de Madrid, el de Manuela Carmena, pone en marcha un concurso de proyectos para reformar la Plaza de España; concurso que aún está en proceso de votación y que pueden ustedes conocer en este enlace.

Y casi a la vez, o un poco antes, una Plataforma dice que Cervantes está orientado malamente, "enseñando el culo a la Gran Vía". Entonces proponen darle la vuelta, para que el hidalgo Quijote y su fiel escudero Sancho se den de bruces con el litigado Edificio España.

Pero nadie-ninguno de ellos, ni ningún otro-fue capaz de dar por inaugurado el monumento.
"Recuérdese, por citar ejemplo bien notorio y presente, que el monumento a Cervantes, de la plaza de España, proyectado en 1916 e iniciado en 1925, sólo ha sido completado en 1961 con la colocación de diversas efigies, evocadoras de personajes cervantinos. No puede, sin embargo, decirse que tal monumento de la plaza de España haya sido finalizado después de su inauguración, pues se trata-lo cual constituye sin duda una nota curiosa-del único monumento de Madrid jamás inaugurado o descubierto oficialmente por autoridad alguna." [Hoja oficial del Lunes (III) 1.211, p. 8. Madrid, 1962]

El lector puede entender ahora porqué decidimos poner a este trabajo el título de "Historia de un fiasco". Más que demostrado queda en el extenso recorrido histórico realizado:

Primera parte (1905-1913)

FIN
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*****
***
*


Muchas gracias por vuestra atención.
Eduardo J. Valero García


Bibliografía
Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.

En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2016) "Historia de un fiasco. Cien años del monumento nunca inaugurado", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/ ISSN 2444-1325 [VER: "Uso del Contenido"]

Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación.
En todas las citas se ha conservado la ortografía original.
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Madrid, 140 años atrás. Sesión inaugural de la Institución Libre de Enseñanza

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Ciento cuarenta años atrás, el 29 de octubre de 1876, quedaba inaugurado el curso académico de la Institución Libre de Enseñanza.

Anuncio publicado en 1883.
Aparece el nuevo domicilio de la Institución en Madrid
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A la una y media de la tarde tuvo lugar la sesión inaugural en el local que la Sociedad ocupaba en la calle Esparteros, número 9, principal (actual 11). El ex-profesor de Derecho político comparado de la Universidad de Madrid y rector de la nueva Institución, Sr. Laureano Figuerola, era el encargado de pronunciar el discurso:



La noble Institución había redactado las Bases Generales para su fundación el 10 de marzo de aquel año con la firma de los siguientes ex-profesores de la Universidad de Madrid:

LAUREANO FIGUEROLA
Ex-profesor de Derecho político comparado

SEGISMUNDO MORET PRENDERGAST
Ex-profesor de Hacienda pública

FRANCISCO GINER DE LOS RIOS
Ex-profesor de Filosofía del Derecho

EUGENIO MONTERO RIOS
Ex-profesor de Derecho Canónico

NICOLAS SALMERÓN Y ALONSO
Ex-profesor de Metafísica

AUGUSTO G. DE LINARES
Ex-profesor de Historia natural

GUMERSINDO DE AZCÁRATE
Ex-profesor de Legislación comparada

LAUREANO CALDERÓN
Ex-profesor de Química orgánica

JUAN ANTONIO GARCÍA LABIANO
Ex-profesor auxiliar de la Facultad de Derecho

JACINTO MESÍA
Ex-profesor auxiliar de la Facultad de Derecho


De estas Bases transcribimos los artículos primeros, correspondientes a los capítulos fundacionales de la Asociación y la Institución, respectivamente:
"Se constituye una Sociedad, cuyo objeto es fundar en Madrid una Institución libre, consagrada al cultivo y propagación de la ciencia en sus diversos órdenes, especialmente por medio de la enseñanza."
"Esta Institución es completamente ajena á todo espíritu ó interés de comunión religiosa, escuela filosófica ó partido político; proclamando tan sólo el principio de la libertad é inviolabilidad de la ciencia y de la consiguiente independencia de su indagación y exposición respecto de cualquiera otra autoridad que la de la propia conciencia del Profesor."

Quien deseara suscribirse a la Asociación podía hacerlo en la calle de Alcalá, 72, duplicado 2º.

El 31 de mayo de 1876 quedaban redactados y aprobados los Estatutos, que habían sido autorizados por Real Orden del 16 de agosto de ese año. Constaba de 21 artículos y otros dos adicionales.


El anuncio que hace de preámbulo a este artículo homenaje ubicaba la Institución en la calle de las Infantas, 42 en el año 1883.

Con anterioridad, el 2 de mayo de 1882, se colocaba la primera piedra del suntuoso edificio que sería su sede. El solar, de siete lados y una superficie de  9.755 metros cuadrados, estaba ubicado en el Paseo de la Castellana, entre las calles de Bretón de los Herreros y Zurbano.



La Ilustración Española y Americana (XXVI) 17. Madrid, 1882
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El proyecto, del arquitecto Carlos Velasco, suponía un coste de 486.761 pesetas y representaba una construcción de 2.778 metros cuadrados de superficie cubierta y 7.000 la descubierta.
Nunca llegó a ejecutarse.




Bibliografía
Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.

En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2016) "Madrid, 140 años atrás. Sesión inaugural de la Institución Libre de Enseñanza", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/ ISSN 2444-1325 [VER: "Uso del Contenido"]

Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación.
En todas las citas se ha conservado la ortografía original.
De las imágenes:
Muchas de las fotografías y otras imágenes contenidas en este artículo son de dominio público y correspondientes a los archivos de la Biblioteca Nacional de España, Ministerio de Cultura, Archivos municipales y otras bibliotecas y archivos extranjeros. En varios casos corresponden a los archivos personales del autor-editor de Historia Urbana de Madrid. La inclusión de la leyenda "Archivo HUM", y otros datos, identifican las imágenes como fruto de las investigaciones y recopilaciones realizadas para los contenidos de Historia Urbana de Madrid, salvaguardando así ese trabajo y su difusión en la red. Ha sido necesario incorporar estos datos para evitar el abuso de copia de contenido sin citar las fuentes de origen de consulta.

© 2016 Eduardo Valero García - HUM 016-001 ILE
Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325














Día de todos los Santos, con coplillas. Madrid, 1916

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Hoy es el día de todos los Santos. A ellos se rinde homenaje en las necrópolis de Madrid, como se viene haciendo desde siempre, e Historia Urbana de Madrid lo hace rememorando lo que se hacía y decía en 1916.

Como preámbulo, esta fotografía de Marín y Ortiz que lleva por título "Camino del Este", es decir, hacia la necrópolis del Este, conocida entonces como cementerio civil.

ARCHIVO HUM
Fotografía: Marin y Ortiz
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-020 EFEMERIDES 1916
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325

Recuerde el lector lo que siempre decimos sobre que en cien años "no hemos cambiado tanto". En algunos aspectos sí lo hemos hecho; muchas costumbres han cambiado y otras se han perdido en el olvido; mas las cuestiones socioeconómicas y políticas apenas se ven transformadas, marcando-claro está-las diferencias en modas y modismos a lo largo de una centuria.

Si en 1916 la política era un desastre y la situación social y laboral otro tanto, en nada nos debe sorprender lo que hoy vivimos; porque si el hemiciclo del Congreso era un símil del Circo Parish, hoy lo es del Price... que es lo mismo.

Y si en algo nos confundimos, o si alguien se siente ofendido, como Pilatos nos lavamos las manos (que está de moda), y nos remitimos a una coplilla de Luis de Tapia. Lleva por título "Por los difuntos" y fue publicada en El Imparcial de hace cien años menos un día:


Por los que reposan, con sus cuerpos yertos,
rezo estos motivos...
Por los que se fueron... Por todos los muertos...
Por algunos ricos...

Por todo el que en vida nos causó algún daño
y ya no se mueve...
Por Maura y La Cierva, muertos desde el año
novecientos nueve...

Por ciertos alcaldes, cuyo gran descuido
fué su único móvil...
Por los infinitos niños que han caído
bajo el automóvil...

Por ciertos proyectos, cuyos funerales
aun cantar no puedo...
Por ciertos ministros... Por los liberales,
muertos hoy de miedo...

Por los miserables muertos de trabajo
y sin pan bendito...
Por el pueblo humilde... Por el pueblo bajo...
Muertos de apetito...

Por los que esperaron felices edades
para gobernar...
Por los reformistas y por don Melquíades,
muertos de esperar...

Por los que en la guerra yacen enterrados
en sangrientos lodos...
Por los alemanes... Por los aliados...
Por los hombres todos...

Por todo lo muerto... Por los corazones
y las almas yertas...
Por mis esperanzas y mis ilusiones,
hace tiempo muertas...

Por cuanta semilla la Pálida siembra
en los camposantos
rezo esta plegaria al nacer noviembre,
que nace entre llantos...


ARCHIVO HUM
Ilustración de TITO
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-020 EFEMERIDES 1916
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325

A quien con sorna se tomaba este sagrado día de Difuntos, de los Muertos, y también de todos los Santos, nada podemos reprocharle. ¿O es que hoy se hace más caso y se les rinde mayor respeto?
El virus extranjero llamado "Halloween" ha infectado nuestras tradiciones y-amén de los que llevan flores a camposanto-el resto, desde párvulos, se disfrazan de espantajos.

Si eso ya chirría, más lo hace el haber suplantado los villancicos-que redituaban cuartos-, por el "trick-or-treat" o su igual en lengua castellana: "truco o trato"; el que, lejos de beneficiarnos, nos produce caries y hasta empachos.

Desconocida esa pandemia en el Madrid de cien años atrás, era costumbre, y continúa siéndolo, la de adornar las tumbas de nuestros muertos. A esto sumemos la que había de lucir capa, ver el Tenorio en el Novedades o el Español, y comer castañas y buñuelos.
Y si de Tenorio hablamos, aquel año de 1916 la obra de Zorrilla se representó también, y con gran lujo, en el teatro Eslava.

ARCHIVO HUM
Fotografía de Salazar
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-020 EFEMERIDES 1916
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325



1º de noviembre de 1916
El día de todos los Santos de hace cien años cayó en miércoles y fue uno de esos días que hoy llamamos "veroño" o "verotoño". "Jamás lució tanto el sol en día tan triste", decía la crónica del diario católico Siglo Futuro. Y añadía:
"Hizo un tiempo excepcional. Los primeros fríos del Invierno no se dejaron sentir como otros años y tal vez esto contribuyera á que los camposantos se vieran concurridísimos."
En efecto, todos los cementerios de Madrid se vieron muy concurridos, especialmente la Almudena y el de San Isidro. Este último llamó la atención de la prensa por la cantidad de coronas que habían sido depositadas en las tumbas del dramaturgo D. José Eghegaray y la del II duque de Ahumada, D. Francisco Javier Girón, fundador de la Guardia Civil.

Las fotografías de Marin y Ortiz recuerdan aquel instante. En la primera podemos ver al general Tovar, director del Cuerpo en 1916, acompañado de otros miembros de la Benemérita.

ARCHIVO HUM
Fotografía de Marin y Ortiz
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-019 EFEMERIDES 1916
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325

La segunda fotografía muestra la tumba de Echegaray atestada de coronas y adornos florales.

ARCHIVO HUM
Fotografía de Marin y Ortiz
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-019 EFEMERIDES 1916
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325

Las calles de Toledo, Alcalá y Segovia-vías que conducían a los camposantos-, estuvieron muy concurridas desde primera hora de la mañana, con mayor aglomeración de gente por la tarde; eran los que iban a alumbrar a sus muertos, seguidos de muchos curiosos. Hasta altas horas de la noche duraron las visitas.
Aquel día sólo se registraron pequeños incidentes motivados por incendio de coronas. Y es que en las tumbas, además de adornos florales, se colocaban vistosos farolillos encendidos.

El elocuente don Juan Pérez Zúñiga escribe en su columna "Cosquillas" del Heraldo de Madrid una coplilla sobre la profusa decoración, haciendo alusión a un diálogo que había "pescado ayer".

—Petrilla, ¿qué estás haciendo?
—Estoy metiendo en la cesta
cuatro cosas pa mis padres
que en gloria estén.
—Asi sea.
—Si, chico; como mañana
son las ánimas, quisiera
llevarles al camposanto,
a más de estas cuatro velas,
esta corona de flores...
cordiales, «u» lo que sean,
y este par de farolitos
con palmas y calaveras
pintadas en los cristales
por el hijo de la Pepa,
que pinta mejor que el «Gallo».
—¡Como que estudia «pa» albéitar!
¿Y cuándo vas a llevarles
los chirimbolos, princesa?
—Pues esta tarde, sin falta;
porque los pobres lo esperan
«tos» los años... ¿Tú eres hombre
«pa ir ande» ellos con tu nena
y ayudarla a colocarles
encima estas frioleras
con un «pitafio» que dice:
«A sus pobres padres, Petra»?
—¡Hombre, mentira parece
que así le juzques a menda,
sabiendo que hace por «tigo»
cuanto le mandas y ordenas.
Yo que me ando el «papamundis»
y la esfera, ¿oyes?, la esfera,
y llego a los «antiporras»,
como dicen en la escuela,
sin rechistar y a pie enjuto,
si «oservo» que lo deseas,
¿voy a achicarme, pichona,
por salir fuera de puertas
y acompañarte al «tumulto»
donde tus padres «requiescan»?...
Es más; «pa» que tú te enteres
de que no soy un cualquiera,
tomamos un coche abierto
de par en par, y nos lleva...
-¿Donde mis padres?
—Por ellos
me gasto yo dos pesetas,
pero con «muchismo» gusto;
másime más si uno piensa
que es «pa» verlos en el fondo
de la tumba sempiterna,
—Bueno; pues alza, que es tarde
y sabes que el tren no espera.
—¿Eh?... ¿Pues en qué cementerio descansan?
—En el de Cuenca.
Conque... ¿andandito?
—¡Un demonio!
¡Que te acompañe tu agüela!
—¿Pues y la «esfera» que has dicho?...
—¡¡Es que eso no está en la esfera!!


Finalizamos nuestro artículo con un fragmento de "El diario de un difunto", pequeña colaboración de Emilio Carrere en la revista Nuevo Mundo del 2 de noviembre de 1916:
"Me molestan mucho estas visitas que nos hacen los vivos en estos días. Más parecen cosa de teatro que de íntima devoción. Las coronas, las luminarias y los llantos enfadan a los difuntos tan modestos como yo, que ya en vida odiaba el rebullicio. Mi pariente, el notario, me ha obsequiado este año con una redondilla que ha mandado labrar sobre mi piedra funeraria. Este hombre es implacable, no se conforma con haberme heredado; su rencor me persigue más allá de la tumba."



Bibliografía
Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.

En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2016) "Día de todos los Santos, con coplillas. Madrid, 1916", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/ ISSN 2444-1325 [VER: "Uso del Contenido"]

Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación.
En todas las citas se ha conservado la ortografía original.
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Romance de la plausible fiesta de Nuestra Señora de la Almudena. Madrid, 1732

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Hoy celebramos el día de Nuestra Señora de la Almudena, patrona de Madrid. Volver a contar su historia y leyendas queda fuera de nuestra intención, porque hoy recordamos la devoción del pueblo madrileño de hace 284 años atrás.

En 1732, un antiguo madrileño que llevaba por nombre el de Mathias de Junguito, describía la fiesta a la virgen en el precioso romance "La plausible fiesta de Nuestra Señora de la Almudena este año de 1732".



Comenzaba don Mathias de Junguito su canto

"Del prodigioso Simulacro de Maria,
Virgen, de la ALMUDENA
El Corazón de Madrid,
Su gloria, Patrona, y Reyna.

De la Morenica mas Bella,
Quien sobre Trono de Plata
Es Perfección, y Milagro,
Y de estatura, estupenda.

De la Gran Madre
De su Hijo de Belleza,
Siempre Imagen respetable
Quanto la Palma en Alteza.

Y asi metrico el discurso
De la propugnada idea
Comienza de sus glorias
Una limitada cuenta."


La Biblioteca Nacional de España guarda este romance que invitamos a leer completo desde AQUÍ

En documento está catalogado como libro, siendo su portada la representada en la imagen superior, con orla tipográfica en todas sus páginas. El único ejemplar se encuentra en la sede de Recoletos (Sala Cervantes), con signatura VE/648/21.

Finalizamos este homenaje felicitando a todas las Almudenas con una estampa del siglo XVII (entre 1661 y 1700) donde aparece nuestra patrona y a sus pies Carlos II con su esposa, María Luisa de Orleans, y la reina madre Mariana. Flanqueando a la Almudena, San Juan Evangelista y San Cristóbal. En la parte superior una alegoría de la vida de San Isidro.

Grabado del Siglo XVII. Anónimo
© BNE-BDH
Signatura: INVENT/30010
Inscripción a pie de imagen: "RETRATO DE LA ANTIQSS, ma Y MILAG, ma IMAGEN DE Nª S. LA REAL DEL ALMVDENA VNICA PAT.na DE LA NOBILISSIMA Y CORONADA / VILLA DE MADRID"
Das Bild der Stadt Madrid : Druckgraphik von 1550 -1820 , 1996, p. 244, n. 149
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-001 ALMUDENA 1732
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325


🙌
¡FELICIDADES ALMUDENA!


Bibliografía
Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.

En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2016) "Romance de la plausible fiesta de Nuestra Señora de la Almudena. Madrid, 1732", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/ ISSN 2444-1325 [VER: "Uso del Contenido"]

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Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325

La Rotonda Reina Victoria de la Plaza de Canalejas. Madrid, 1916

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En el Madrid de cien años atrás se fraguaba la idea de construir un paso peatonal subterráneo con galería comercial en la plaza de Canalejas. La intención de aquel proyecto era descongestionar el tránsito de viandantes en una zona atestada de tráfico rodado.


Plaza de Canalejas desde la calle Sevilla, 1918
© mcu-IPCE-FPH
Archivo RUIZ VERNACCI
Signatura: VN-25062
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-001 PLAZALEJAS
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325

La confluencia de la Carrera de San Jerónimo con las calles de Sevilla, de la Cruz y del Príncipe, en la antigua plaza de las Cuatro Calles, proporcionaba un caos de circulación poco regulado e incrementado a su vez por la afluencia de peatones. El arquitecto e ingeniero de Caminos D. José María Sáinz tenía la intención de acabar con ese problema ofreciendo al Ayuntamiento una solución elegante y rentable.


La rotonda “Reina Victoria”
Los primeros días de noviembre de 1916, en la sección “Panorama de Madrid” del periódico matutino La Nación, aparecía el siguiente titular:



En septiembre el arquitecto José María Sáinz, apoyado por el industrial santurziano D. Mauricio Albaniz Echevarría, había presentado al Ayuntamiento un proyecto de rotonda subterránea de dimensiones iguales a la plaza de Canalejas y con tres accesos a nivel. La galería circular dispondría de locales comerciales, oficinas, baños públicos y un café-bar.
Sin duda un proyecto interesante que pasamos a describir.


El proyecto
El radio interior de la galería circular citada sería de 22 metros y una altura 6,47 metros desde la rasante de la plaza hasta la solera.
Quedaría dividida en tres coronas: una exterior de 8 metros de ancho destinada a tiendas de lujo y oficinas; otra central de 6 metros de ancho para el uso de los peatones, y una interior de 6,50 metros con el mismo uso que la primera. La zona de café-bar ocuparía 153,75 m² bajo la calle de Sevilla.
Doce locales conformarían la corona exterior y cuatro la interior, con un aprovechamiento absoluto de la superficie.

Plano de planta de la rotonda
© CICCP-ROP (LXIV) 214, 1916
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-001 PLAZALEJAS
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325

Todo estaba pensado y adaptado con proporcionalidad al flujo de gente que transitaba a nivel, especialmente la que venía de la Puerta del Sol por la Carrera de San Jerónimo y desde Alcalá por la calle de Sevilla.

El acceso al paso subterráneo se haría por tres escaleras situadas en las zonas de mayor afluencia, siendo una de ellas de doble sentido. Estos accesos se ubicarían estratégicamente, obstaculizando lo menos posible la circulación en las aceras al utilizar 2 metros de ancho de los 5 existentes.
En este sentido, el autor del proyecto indicaba que ya se había cedido parte del ancho de las aceras sobre las calles de Alcalá y Sevilla para la instalación de sillas y mesas, “las primeras para el servicio visual de sus socios y las segundas para el despacho al aire libre”, por lo que no se incumpliría ninguna ordenanza.

Dos escaleras estarían situadas en las esquinas más próximas a la Carrera de San Jerónimo, con espacios reservados para puesto de flores y servicio de limpiabotas, respectivamente.
Una tercera se ubicaría en la esquina más próxima a la calle Sevilla, con espacio para los baños públicos.

Situación de las escaleras según el plano sobre fotografía panorámica actual
© Archivo HUM
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-001 PLAZALEJAS
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En el centro de la plaza, y a modo de glorieta, se colocaría una imponente farola coincidente con el punto central de la rotonda subterránea. El plano de corte realizado por el arquitecto José María Sáinz sirve de referencia para ilustrar lo que contamos.

Plano de corte de estructura y ubicación de la rotonda
© CICCP-ROP (LXIV) 214, 1916
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-001 PLAZALEJAS
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325

Para la construcción de la elegante galería circular se tenían en cuenta como opción dos materiales: el hormigón armado y el acero. Para cada uno de ellos se explicaban los pros y contras relacionados en todo caso con el tiempo de ejecución de la obra y la carga que hubiere de soportar la estructura. La utilización del hormigón armado no era conveniente debido al tiempo de fraguado, algo que retrasaría la ejecución de la construcción, que estaba prevista para la temporada estival por la menor afluencia de tráfico.

Utilizando uno u otro material, la bóveda sería plana, con vigas en cajón para las radiales y viguetas apoyadas en aquellas o sobre muros de ladrillo que servirían de división en la zona exterior. Entre el paramento exterior y los muros del recinto existiría una cámara para un colector circular y las cañerías de agua y electricidad, limitando así el radio de la rotonda a 22 metros.

En cuanto a la profundidad, era similar a los sótanos de los edificios de nueva construcción que circundaban la plaza, incluso menos profunda que las del entonces Banco Hispano-Americano, y no afectaban al alcantarillado, que pasaba 9,30 metros bajo nivel.

El problema de la ventilación, que resultaba escasa a pesar de los huecos de las tres escaleras, se solventaría con la instalación de un extractor “Sturtevant”, con tomas de aire instaladas en el techo y salida al exterior por la tubería hueca diseñada para tal fin dentro de la farola de superficie.

Cortesía de www.gracesguide.co.uk/Sturtevant_Engineering_Co

Para la iluminación se utilizarían elegantes candelabros de latón con dibujos modernistas. Al no poder colocarse un techo de cristal sobre el pavimento de la plaza, y siendo escasa la luz que penetraría por las escaleras, no quedaba otra opción que la utilización de luz eléctrica.

Vistos estos aspectos técnicos nos ocupamos ahora del elegante decorado, de un sencillo estilo renacentista francés, con poca pompa, para no restar importancia a la sólida estructura de hierro que conformaría la galería circular.

Galería peatonal
Los soportes de hierro estarían revestidos con columnas de 25 centímetros de diámetro en el fuste, capiteles formados por ménsulas unidas por guirnaldas y ábaco sencillo. Mismo modelo de columnas irían adosados a los muros divisorios de los locales.

Sobre estas columnas descansaría un arquitrabe y sobre él una moldura cóncava (escocia) de 2 metros de desarrollo, cortada por ménsulas a plomo de las columnas. Entre ménsulas se dividía la escocia en recuadros por pilastras figuradas y rosetones.

Todas las vigas irían revestidas, simulando un techo de artesonado con aspecto regio y elegante.

Plano de corte de estructura, con detalle de escalera y fachada de locales
© CICCP-ROP (LXIV) 214, 1916
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-001 PLAZALEJAS
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325


Locales y oficinas
Como hemos comentado, en los muros divisorios de los locales irían las columnas. También estarían ellas en la fachada de cada tienda, quedando una parte para escaparate y la otra para escaparate y puerta de entrada. Además, otra de estas columnas estaría situada en el centro de cada local.

Los escaparates serían de madera, vistosos y elegantes, al estilo propio de aquella época.

En el caso del gran local destinado a café-bar, en su fachada dobles puertas de madera de caoba y tiradores de latón. A lo largo de todas las paredes zócalo de caoba, espejos sencillos de 1,50 metros de altura y decoraciones con motivos alusivos. Las columnas se revestirían de madera fina y en los techos un precioso artesonado combinando las vigas de hierro con otras figuradas, buscando simetría.

Escaleras
Los muros de las escaleras de servicio estarían decoradas con cerámicos similares a los que hoy podemos ver, por ejemplo, en la estación de Metro de Tirso de Molina. El resto de paredes tratadas al estuco y figurando mármol blanco.



Los peldaños y mesetas serían de mármol blanco de Italia, de 4 centímetros de ancho en las huellas y 2 en los frentes. Las barandillas de hierro forjado, con elegantes incrustaciones de bronce y las columnas con capiteles jónicos, circulares desde su base.

Plano de corte de estructura, con detalle de escalera y fachada de locales
© CICCP-ROP (LXIV) 214, 1916
© 2016 Eduardo Valero García-HUM 016-001 PLAZALEJAS
© 2016 Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325

Baños, salón limpiabotas y puestos de flores
Todas las paredes de estos locales, así como los techos, irían revestidos de azulejos blancos, con pequeñas cenefas y collarines de color. Se contaría con los más modernos y funcionales sanitarios.

En general, toda la decoración de la rotonda y sus locales se realizaría en blanco.


Presupuesto
Llegados a este punto es interesante conocer el coste de tan singular obra. Para ello debemos considerar que en esos años parte de Europa estaba sumida en la terrible Gran Guerra, por lo que los precios de algunos materiales se habían encarecido. En este sentido, resulta curioso saber que a pesar del conflicto bélico, se construían en Madrid muchos edificios particulares. Y es que existía un pensamiento positivo que se prolongó en el tiempo hasta el final de la contienda; así, era muy frecuente leer el siguiente comentario que acompañaba a cualquier actuación: “El conflicto europeo felizmente no puede prolongarse mucho”.

Parece que todos olvidaban el gasto interior que provocaba la guerra de Marruecos, en la que se llevaban gastados más de 700 millones de pesetas. Ese asunto fue motivo de discusión en la sesión del Congreso del 4 de noviembre de hace cien años, durante el estudio del Presupuesto extraordinario presentado por el Gobierno.

En el caso de la rotonda, algunos materiales se habían valorada al alza para prevenir esa inestabilidad en los precios. Para las vigas y viguetas se había signado un valor de 550 pesetas por tonelada de acero; cantidad baja en relación al fluctuante coste de mercado.

En resumen, el presupuesto de ejecución material ascendía a 787.677,57 pesetas, y el de contrata a 905.829,21. Esta última cifra se deducía de igual forma que en los presupuestos de obras del Estado, añadiendo un 15% al presupuesto de ejecución material que comprendía un 1% de imprevistos, 5% por dirección y administración, y el 9% de beneficio industrial.


La solicitud al Ayuntamiento
A finales de septiembre de 1916 se entregaba al Ayuntamiento toda la información del proyecto conforme a los requeridos para obras del Estado. Estos eran: Memoria, planos, pliegos de condiciones y presupuesto. Se aclaraba en la Memoria la denominación de la rotonda:
Propónese dar á esta obra la denominación Rotonda Reina Victoria, como homenaje de respeto y simpatía á nuestra Augusta Soberana.
Y es que aquel año de 1916 se había cumplido el décimo aniversario de la boda trágica.

Firmaba el proyecto el arquitecto José María Sáinz y era entregado al Ayuntamiento por el industrial santurziano D. Mauricio Albaniz Echevarría, quien solicitaba la concesión y pedía se le otorgase la explotación durante cincuenta años del arriendo de los locales dedicados a tiendas y oficinas. Pasado ese tiempo la rotonda pasaría a ser propiedad del Municipio.

El arquitecto José María Sáinz explicaba en la Revista de Obras Públicas [(LXIV) 2.140, pp. 495-500. Madrid, 1916] la finalidad del proyecto:



El Ayuntamiento de Madrid no aceptará y el proyecto pasará al olvido. La idea de una rotonda subterránea parecía no tener interés a pesar de su práctica utilidad.

Sólo hubo una crítica a la actuación del Ayuntamiento; provenía del único medio que puso interés en dar a conocer el proyecto, el ya citado periódico La Nación. Decía una nota de la redacción:
El autor del proyecto nos ha visitado, y nos manifestó que encuentra en el Ayuntamiento cierta resistencia, cuando él creía que todo serían facilidades.
Comprendemos que se examinen las condiciones técnicas y se hagan las advertencias que justificadamente se deban hacer; pero sería muy de lamentar que se insistiese en (…) sistema de pequeños obstáculos que caracterizan á la Casa de la Villa, y que conducen á aburrir á todo el que á ella se acerca sin una eficaz recomendación, aunque vaya con tan recomendable propósito como es éste de hacer un bien á Madrid sin que cueste dinero.
Quizá la propuesta de construir una rotonda subterránea con galería comercial no era de interés para el alcalde, D. Martín Rosales Martel, duque de Almodóvar del Valle, pues su atención estaba puesta en la aprobación del empréstito municipal. El día 13 de noviembre, en Junta de asociados, se aprobaba por votación de 55 contra 18. El duque se mostró muy satisfecho y contento, igual que sus concejales y vocales asociados; sin embargo, pasaron los meses y nunca llevó a cabo el empréstito.

Por otra parte, y a tenor de una entrevista que le realiza para Nuevo Mundo el periodista José María Carretero Novillo (“El Caballero Audaz”), parece que el alcalde tiene a la plaza de Canalejas entre ceja y ceja:
Periodista: —¿Entonces, ya hay que desistir de la prolongación de la calle de Sevilla hasta la de la Magdalena?
Alcalde: —En absoluto... En vez de la Gran Vía debió hacerse esa reforma, pero ya la plaza de Canalejas la ha matado por completo... Mi idea al ensanchar y prolongar la calle de Jovellanos es precisamente iniciar una calle ancha que, después, continuada por San Agustín puede ir a parar a la Ronda de Embajadores y por medio de ella poner en comunicación los barrios bajos con el centro de la población.
En la siguiente imagen, del fotógrafo Caballero, vemos al estirado alcalde inspeccionando unas obras en 1916.


Y así quedaron las cosas.

Años más tarde, a finales de octubre de 1957, se anunciaba el proyecto de estacionamiento subterráneo en la calle Sevilla y Plaza de Canalejas. Se pasaba de la descongestión de peatones a la del alivio para el tráfico rodado.




Como es obvio, nunca se llevó a cabo la construcción del paso peatonal subterráneo y galería comercial diseñados al estilo de la época; pero existió la idea, que era buena, y en parte representaba la añoranza por aquellos paseos comerciales caídos en desuso, como los pasajes Iris, de Matheu, de San Felipe o el de Murga, entre otros.

Madrid pintoresco donde los poderes públicos decidían y deciden qué se hace, y lo peor… qué se destruye.

Fotografía: cortesía de unserenotransitandolaciudad.com



Bibliografía
Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.

En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2016) "La Rotonda Reina Victoria de la Plaza de Canalejas. Madrid, 1916", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/ ISSN 2444-1325 [VER: "Uso del Contenido"]

Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación.
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En nombre de Lope por el Barrio de Las Letras

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El viernes 25 de noviembre celebramos el cumpleaños de Félix Lope de Vega y Carpio en la Tercera edición de "En nombre de Lope"; un recorrido histórico literario, poético y teatral a cargo de Carpetania Madrid.




Un año más el Barrio de Las Letras será escenario de la vida y azañas del Fénix de los Ingenios con un recorrido por sus calles y las historias del insigne Lope; referencias a su obra; los lugares que frecuentaba; sus inquietudes; sus mujeres, y todo cuanto hace a su vida y obra contado con calidad insuperable por Carpetania Madrid.

Cuatrocientos cincuenta y cuatro años después del nacimiento del "Monstruo de la Naturaleza" celebramos su cumpleaños con este recorrido literario:

"En nombre de Lope"
Visita guiada gratuita previa reserva.
Viernes 25 de noviembre
A partir de las 19:30 h
(Duración aproximada: dos horas)
Participantes: mínimo 10 de personas y un máximo de 20 aprox.

Itinerario:
Plaza de las Cortes, calle del Prado, calle Cervantes, casa de Lope de Vega, calle del León, Calle de Lope de Vega, Iglesia-convento de las Trinitarias, calle Huertas, Iglesia de san Sebastián, y Plaza de Santa Ana.

Reservas:
http://www.carpetaniamadrid.com
correo@carpetaniamadrid.com
Tel: 915314018- 657 847 685 (lunes a viernes)

Patrocinan este evento:
A Golpe de Efecto, Alma Viva Teatro, Asociación Comerciantes del Barrio de las Letras-BDLL, Historia Urbana de Madrid, Leer en Madrid, El Marcapáginas de Capital Radio, María Díaz Comunicación, Secretos de Madrid.

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El reloj de la Puerta del Sol en tiempo real. Madrid, 1866

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Hoy, 19 de noviembre de 2016, el famoso reloj de la Puerta del Sol celebra el centésimo quincuagésimo aniversario de su instalación en la torre de la antigua Casa de Correos.




Historia Urbana de Madrid se suma a este aniversario contando cómo conocieron y vivieron aquel acontecimiento los madrileños de 1866.
"Estaba yo embebecido en contemplar tantos objetos á un tiempo, cuando empieza á sonar el reloj del Buen Suceso, y de repente toma la escena un aspecto muy diferente. El tambor, el pito, el soldado que estaban solozándose en los amables corros de las ninfas nocturnas echan á correr apagando su cigarro; los aguadores cesan en el precioso sonsonete, y cogiendo cada cual su botijo, se ponen en actitud ambulante; las manolas empiezan á desfilar y marchan á pasos lentos cual por la calle de Carretas, cual por la de la Montera, esta se dirige hácia la Fontana, y aquella se planta de jarras en una esquina, como si aguardase en ella alguna cita."

Con este fragmento de "La retreta", texto publicado en el periódico El Ateneo, propagador universal de conocimientos, progreso e inventos, de diciembre de 1833, podríamos comenzar la historia del reloj de Gobernación (antigua Casa de Correos); porque dicen que el primero allí instalado fue el que lucia la iglesia del Buen Suceso hasta su demolición. Asi lo expresaban Francisco Mota y José Luis Fernández-Rua en su "Biografía de la Puerta del Sol" (Editorial Colenda. Madrid, 1951); y así lo publicaba el periódico La España en marzo de 1854:


Pero aquel reloj no era el primitivo, de una única manecilla, sino el realizado por D. Tomás de Miguel:

Gaceta de Madrid núm. 5091, de 21/08/1848, páginas 3 a 4.
Origen de los documentos: Agencia Estatal del Boletín Oficial del Estado

Charles Clifford retrató en 1857 el aspecto del Ministerio de Gobernación y su torre con reloj. Los madrileños -como antes con el Buen Suceso-, tenían una referencia horaria.



Dicho esto, retrocedemos al Madrid de 1866 y la inauguración del reloj que hoy conocemos y que los madrileños llevan contemplando y escuchando desde hace 150 años.


El reloj de la Puerta del Sol en tiempo real
En octubre de 1866 los madrileños leían en La Correspondencia de España la grata noticia que llegaba el mes de octubre, a finales:



El viernes 2 de noviembre, en el periódico monárquico La Esperanza, se anunciaba la fecha prevista para la inauguración de la nueva torre y su reloj:


Días después, el martes 6 de noviembre, La Esperanza volvía a interesarse por el tema y anunciaba:



Y el miércoles 14 de noviembre apostillaba:



Por fin llegó el día 19 de noviembre, que fue lunes, y el pueblo madrileño pudo ver en todo su esplendor la nueva torre que marcaría los minutos y horas de sus vidas.
El autor de este blog comparte fecha con el reloj de la Puerta del Sol, porque, como anunciaba el diario católico, apostólico, romano El Pensamiento Español, el día 18 había quedado colocado definitivamente. Y es ese día cuando Eduardo Valero celebra su cumpleaños.


Poco dicen los periódicos sobre la inauguración. Tuvo que ser un acto tan simple como la reapertura del Metro de la línea 1; sin más pompa que la de verle lucer flamante.
El Diario Oficial de Avisos de Madrid del jueves 22 de noviembre se limitaba a decir:



Y el agudo Gil Blas del jueves siguiente, día 29, se mofaba:



Lo que podemos agregar -no como crítica, sino como curiosidad-, es que un lustro más tarde de su inauguración la voz popular decía:

"Este reló tan fatal
que hay en la Puerta del Sol
-dijo un turco a un español-
¿porqué anda siempre tan mal?
El turco con desparpajo
contestó cual perro viejo:
este reló es el espejo
del Gobierno que hay debajo."


Y hasta aquí hemos de llegar. Esto es parte de la historia del mundialmente conocido reloj que engalana la Puerta del Sol y que en breve volverá a anunciarnos la llegada de un nuevo año.
Lo hemos contado en tiempo real, porque así sucedió y así lo vivieron los madrileños de ciento cincuenta años atrás.


Bibliografía
Todo el contenido de la publicación está basado en información de prensa de la época y documentos de propiedad del autor-editor.
En este caso corresponden a la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional de España.

En todos los casos cítese la fuente: Valero García, E. (2016) "El reloj de la Puerta del Sol en tiempo real. Madrid, 1866", en http://historia-urbana-madrid.blogspot.com.es/ ISSN 2444-1325 [VER: "Uso del Contenido"]

Citas de noticias de periódicos y otras obras, en la publicación.
En todas las citas se ha conservado la ortografía original.
De las imágenes:
Muchas de las fotografías y otras imágenes contenidas en este artículo son de dominio público y correspondientes a los archivos de la Biblioteca Nacional de España, Ministerio de Cultura, Archivos municipales y otras bibliotecas y archivos extranjeros. En varios casos corresponden a los archivos personales del autor-editor de Historia Urbana de Madrid. La inclusión de la leyenda "Archivo HUM", y otros datos, identifican las imágenes como fruto de las investigaciones y recopilaciones realizadas para los contenidos de Historia Urbana de Madrid, salvaguardando así ese trabajo y su difusión en la red. Ha sido necesario incorporar estos datos para evitar el abuso de copia de contenido sin citar las fuentes de origen de consulta.

© 2016 Eduardo Valero García - HUM 016-001 PUERTASOL
Historia Urbana de Madrid ISSN 2444-1325




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